Dos de la tarde de hoy sábado en uno de los supermercados de EroskI. Todos, trabajadores y clientes con prisa porque en treinta minutos se cierra. Una de las cajeras pregunta en voz alta pero sin gritar: ¿Alguien ha visto una mariconera?
Este vecino del mundo, con ganas de guasa, pero siendo
consecuente con las tendencias actuales, y con ansias, lo reconoce, de ganarse
alguna batallita personal, vistiendo cara, eso si, de la más pura inocencia comenta:
Ahora no será políticamente correcto decir “mariconera”, verdad?. Además, bien
pensado…¿Cómo se dirá? Mariconera, mariconero, mariconera y mariconero…
Más de uno, y una, me han mirado y han abierto la boca en
ademán de contestar, pero como si les fallara el aire, la han cerrado, y mirado
hacia otro lado, como quien intuye que tiene que huir de una zona muy peligrosa, o cuando menos con cierto miedo a una cámara oculta.
Hace mucho tiempo que en España se confunde el sentido
del humor con la falta de tacto. Y muy al contrario, en plena dictadura franquista una revista satírica llamada “La Codorniz”, toreaba (verbo también ahora difícil de declinar) todos los temas , sin que la censura le pudiera meter mano. Por cierto, revisando muchos de sus chistes, valdrían para nuestra situación actual. Quizás, sea verdad eso de que "no hay nada nuevo bajo el sol", aunque tal vez los nuevos o los novatos siempre somos nosotros.
Cuando pones una lupa sobre los cierres falsos, las
costuras resaltan a la primera, y en nuestra sociedad actual el paripé de hoy deja paso indefectiblemente al paripé
del mañana, y las fibras del velcro que las une y desune se van acumulando en
la epidermis de nuestra moral, haciéndonos sin duda mucho más maleables y manejables, si es que eso ya le sigue importando a alguien...
*FOTO: DE LA RED