El
niño me seguía pellizcando y me producía una falta de dolor
insoportable que no lo podía traducir ni con un simple gesto. Y
encima, aquella ajada mujer se mosquea, y me tacha de “borde”
porque no le he reído la gracia al ajado niño, ni le miro a ella
mientras me habla.
Llevo
unas dos horas en este cubículo sin poder moverme, y no solo la gente
no se da cuenta, sino que ve en mí actitudes que no son, porque no
puedo mover un simple músculo de mi cara.
Alguna
vez había sentido cierto adormilamiento en la mano y pie, pero esta
mañana al entrar en el centro comercial, he sentido que una especie
de calor frío invadía mi cuerpo.
Nada
puede ir peor. La ansiada cita de trabajo buscada durante meses se ha
ido al garete, y la razón, imposible de creer.
Me
tengo en frente, y la verdad es que mirándome en el espejo, cuando
no hay nadie que interrumpa mi visión, no se adivina nada raro en mi
figura que advierta de mi parálisis total. Quizás, observando
fijamente, se me ha quedado como único efecto, un rictus que da una
especie de autosuficiencia a la expresión de mi cara, que es lo que
ha debido de sacar de sus casillas a la madre gruñona.
Estoy
experimentando lo que alguien llamó la soledad en la muchedumbre,
pues este ascensor, uno de los cuatro que se encuentran junto a la
entrada del centro comercial, no para de subir y bajar, y nadie
advierte lo improbable de mi comportamiento.
Estoy
convencido de que lo mismo que me ha invadido ese calor paralizante,
en cualquier momento comenzaré a sentir los músculos relajándose
dentro de mí. Solo puedo esperar, y no importa si me da un ataque de
nervios, porque nadie lo va a notar.
Estoy
en la última planta, con la puerta del ascensor abierta a mi
izquierda. Desde hace unos instantes parece que la gente habla más
alto y en desorden. Se acaban de oír unos gritos, y justo al lado
de la puerta pasan varias personas corriendo.
No
se si es mi imaginación, pero juraría que un poco de niebla con
olor a pintura empieza a ocultarme.
La
puerta se cierra tras un chasquido metálico. Estaba confundido.
El
día empeora.
*FOTO: DE LA RED