Que nosotros tenemos nuestra propia idiosincrasia, está clarísimo, porque mientras otros tienen huracanes y tifones, nosotros tenemos una ciclogénesis explosiva, ¡casi nada!, algo así como un huracán al estilo patrio, y lo de “explosivo” será como aderezarlo todo con unas cuantas pelotas de goma, que para eso es uno de los pocos sitios donde todavía se pueden utilizar.
Está claro que en un lugar con “marcos incomparables”, con el metro cuadrado de solar de los más caros de la península, e incluso más que un kilo de angulas, y que para salir de tragos un fin de semana, tienes que hipotecar las joyas de la familia, no podíamos tener un tiempo meteorológico normal.
Que mueras, por ejemplo, porque te parta un rayo, es una especie de castigo bíblico. Cuando se enteran tus conocidos, que no amigos, dirán algo así como: _ Y es que con esa vida depravada que llevaba, ha tenido que ser castigo del “altísimo”.
En cambio morirse víctima de una ciclogénesis, y además “explosiva”, es algo así como ser doctorado héroe por el destino, como un Bruce Willis en plena aventura de “La jungla de cristal”, que con todo lo que le pasa, se puede morir de todo menos de aburrimiento.
Como decía anteriormente, con lo cara que sigue estando la construcción aquí, es la única escusa por la que un edificio podría dañarse.
Te podrías quedar sin casa igual que con un huracán, pero suena esnob.
Decir que “tenía un duplex enfrente del marco incomparable de la Concha hasta que una microgénesis explosiva me lo destruyó”, tiene que ser algo así como volver sano y salvo después de una explosión nuclear, y sin una mota de polvo y bien peinado.
Te vas a quedar sin nada, como con un huracán, o como con un tifón, pero te tiene que dar un toque de distinción. Algo así como pedir limosna en plena calle acompañado de tu mayordomo, o si no lo tienes, llevando puesto el monóculo, porque hablar mientras con el móvil ya no es signo de distinción, pues este vecino del mundo, y fuera bromas, tiene visto a algún “pobre”, hacer un pequeño descanso durante su “jornada laboral”, y sacar un móvil para empezar a hablar. Y es que eso no es serio, pero una ciclogénesis explosiva sí.
*FOTO: DE LA RED