Semana de pasión, en la que quizás la zona álgida no ha estado en nuestras calles y en nuestras procesiones, que también, sino especialmente en Cuba y Venezuela, digamos que países amigos, sobre todo porque sus líderes son amigos.
Hace tan solo unas pocas semanas hubiera sido totalmente impensable ver imágenes como las de estos días: celebración del Viernes Santo en Cuba, primera desde la revolución, y a Hugo Chavez implorando a su manera una visa para más tiempo en la Tierra en las dependencias del Todopoderoso, es decir asistiendo a una misa.
Da, quizás, la casualidad, de que el mandatario venezolano acababa de volver de Cuba, por eso está más que claro la vinculación entre los dos actos comentados. Siendo ambos, de amplio carácter diplomático con la Iglesia, de acuerdo a las aptitudes de cada mandatario naturalmente.
Es curioso que en gobiernos considerados de izquierdas, quizás lo que falla en ellos precisamente es la mano zurda, y no se puede decir la “siniestra”, porque siniestros han podido ser muchos momentos de su historia.
En cierta manera, los dos gobiernos están llegando al final de algo: en Cuba quizás a la terminación de un régimen, y en Venezuela Chavez entabla conversaciones, a su manera, con el líder de la dimensión a la que cree puede viajar en un tiempo indeterminado.
Son conversaciones, las del venezolano, como siempre en su trayectoria, con sabor a órdenes y a urgencia, y que si tiene que asistir a mil eventos religiosos, no hay ningún problema en hacerlos todos seguidos para no perder más tiempo. Son peticiones con sabor a ya.
Qué verdad es esa de que el tiempo pone a cada uno en su sitio, y a medida que los años pasan y se nos va la vida, vamos pensando más en lo que vendrá, si es que viene algo. Sobre todo cuando sabes, que si existe la otra orilla puede que te estén esperando personas a las que tu actitud mandó al mundo de las sombras.
Entre los puntos fuertes de Hugo Chavez nunca ha estado el saber esperar, y ahora menos que antes, porque considera que lo que no tiene es tiempo.
Sin embargo, este vecino del mundo imagina quizás la respuesta del Todopoderoso, dicha con esa voz que todos imaginamos, profunda y con un gran eco, diciendo eso de: _ ¿Por qué no te callas?
*FOTO: DE LA RED
Muy buena cabecera,y genial el final.
ResponderEliminarHugo Chávez, que se creyó todopoderoso y lo era en cierto sentido, ha sucumbido al mal del siglo, y le queda poco tiempo para seguir alimentando su insufrible prepotencia.
En el caso de haber alguien al otro lado, es decir, Dios, debería fulminarlo con un rayo, allí mismo, al lado del altar, y dejarlo como un chicharrillo de ceniza, para consuelo de sus víctimas. Lástima que lo mismo que tu le deseas, que Dios le dijera ¿Por que no te callas?, tampoco le veremos hecho una colilla al pié del altar.
Todavía tendrá cuerda para hacer más daño.
Algunas veces no hace falta recurrir a Dios porque el tiempo pone a cada uno en su sitio.
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