La verdad es que las imágenes, que han dado la vuelta al mundo, en las que se ve a Rajoy, intentado dar esquinazo a los periodistas por los pasillos del Senado, y saliendo por el garaje, mírese como se mire son más bien lamentables.
Me recordaron a un hecho curioso acaecido hace muchos años en Donosti.
Nos remontamos a hace unos veinte años.
No había pasado mucho tiempo desde que se había aprobado en la Real Sociedad , que pudieran jugar extranjeros, y teníamos en ese momento un jugador británico llamado Dalian Atkinson, todo un prodigio de la naturaleza en cuanto a facultades físicas, pero bastante disipado en sus ansias de triunfar en el equipo txuri urdin.
Cuando se estaba poniendo en tela de juicio su fichaje, al menos eso cuenta la leyenda, salió a disfrutar de la noche donostiarra, con tan mala fortuna, que tuvo un accidente en el mismo centro de la ciudad, y sabiendo lo que se le podía venir en cima, presuntamente abandonó el lugar de los hechos.
Lo que no tuvo en cuenta era, que hace unos veinte años, no había tanto extranjero en la ciudad, y menos tan joven, y de color, con un cochazo rojo, por lo que inmediatamente se supo el nombre del presunto culpable.
En cierta manera a Mariano Rajoy le ha pasado lo de a Atkinson, que para lo que nos interesa queremos ser ciudadanos de a pie, y para otros momentos desarrollar nuestras capacidades personales pero sin que tengan repercusiones negativas sobre nosotros mismos.
El problema de desear un sueño es que a veces se te puede cumplir, y entonces puedes descubrir que no estabas preparado, o que el cargo te viene grande. Esperemos sinceramente que éste no sea el caso del Señor Rajoy, y no por él, sino por nosotros, porque encima de que la economía va de cráneo, como diría un enterrador, lo peor sería que nuestros dirigentes no estuvieran preparados.
De todas las maneras, la imagen de todo un presidente del gobierno intentando dar esquinazo a la prensa, es cuando menos curiosa, y no resiste a ningún análisis que se precie, porque ya de antemano dice muy poco de sus convicciones, o es que no se habrá enterado todavía de que ya han pasado los primeros cien días de su gobierno. En resumen, de chiste, y muy malo por cierto.
*FOTO: DE LA RED
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