Si tuviera una bandera desde la atalaya donde observo el mundo, hoy estaría sin duda con un crespón negro, y es que José, Don José Guardiola nos ha dejado tan discretamente como vivió.
Si hubiera que definir a este artista, sin duda, fue nuestro crooner particular en una época de alpargatas y pelo mojado, donde con un gabán tapabas el frío del invierno y de la ignorancia. Clasificado como cantante melódico, era la personificación de una elegancia varonil que ya desde el momento que nacía era entrañablemente kitsch.
Con él aprendimos, los niños de la época, en la canción Di papá, que había un buen Dios.
Pues sí corazón, sé donde está
puede estar en ti y en mí
él está en cualquier lugar.
Pues sí corazón, yo sí lo vi
En el monte y en el mar
Y en la rosa de tu jardín
puede estar en ti y en mí
él está en cualquier lugar.
Pues sí corazón, yo sí lo vi
En el monte y en el mar
Y en la rosa de tu jardín
Sin embargo, los integrantes de nuestro gobierno, parece que no tuvieron una niñez, ni buena ni mala, y con tanto recorte van a acabar con todo tipo de dioses, porque no va a quedar ni Dios después.
Este vecino se pregunta si antes de jugar con nuestra educación y salud, no hay unos cuantos vicesecretarios, secretarios, cadenas de televisiones autonómicas, que no autónomas, subpolicías que sean repeticiones de repeticiones.
Me da la sensación de que a Rajoy se le ha regalado un arma, mas que recortada, de recortar y está disparando a todas partes, como un niño con zapatos nuevos, y que en cualquier momento se los puede agujerear, porque eso no es inherente a la sangre azul, y cualquiera se puede hacer un descosido.
Tampoco parece que tuvieron una niñez con Dios, esos presentadores de programas punteros que en lugar de conductores de realities se erigen en conductores morales, velando por el buen convivir de las parejas, eso sí, intentando parecer que eres tù quien decide en su concurso, pero sin embargo son ellos quienes ya han decidido, y por eso alargan el turno de votaciones dos horas más, tiempo que se pasan dando imágenes que justifiquen su decisión. Y es que todavía hay gente que no se da cuenta, que muchas veces el mal no está delante, sino en los ojos que miran.
Lo dicho, este vecino del mundo está colocando un crespón negro por una voz que se ha callado para siempre, y por muchas que están intentando callar bajo el peso, no de las 16 toneladas de la canción, sino de la democracia.
*FOTO: DE LA RED
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