Se
suele decir que no hay preguntas indiscretas, sino respuestas
indiscretas. Por lo visto ya desde hace tiempo en el panorama
nacional, este vecino del mundo discrepa abiertamente.
Estamos
hartos de ver escenas en las que durante un triste acontecimiento, un
fallecimiento por ejemplo, a un famoso se le pregunta: ¿Cómo
te encuentras?
En
nuestro país hay muchos periodistas que están especializados ellos
mismos en crear la noticia, y con ello no me refiero a que se la
inventen, sino que en cierta manera la provocan.
Hoy
estaban preguntándole a un ex-torero, que lleva muchísimos años en
el mundo de la pintura, y que se ha labrado un cierto nombre como
artista del pincel. Primero diremos que tras muchísimos años de
matrimonio, inesperadamente se separó el año pasado. El motivo del
reportaje era la inauguración de una exposición con parte de sus
cuadros. Primera y única pregunta del avezado periodista:
-¿Ya le ha felicitado su ex-esposa?
El
maestro ha salido como ha podido argumentando que ya no forma parte
de su vida. A buen seguro, que mientras contestaba, se ha imaginado
la cabeza del que le ponía la “alcachofa”, colgando a modo de
trofeo taurino de una de las paredes de su cortijo.
No
se puede dejar al margen el detalle de que el mundo del periodismo,
como todos ahora, está muy mal pagado, y que hay mucho freelancer,
o trabajador por cuenta propia,
que
puede esperar a dar el pelotazo de su vida, mientras le rompen la
cara como consecuencia de una de sus “simpáticas” e inocentes
preguntas.
A
todos aquellos que defienden el amarillismo en el periodismo, me
gustaría que ellos se pusieran en la piel de cualquier famoso en un
mal momento, y que ellos mismos tengan que soportar preguntas de “Nos
acabamos de enterar de que la novia de su hijo (con el que lleva
cinco minutos de relación), está embarazada. ¿Está contenta de
que va a ser abuela?”.
Eso,
y visto desde la ventana de este vecino del mundo, es en el fondo
una lucha de clases sociales mal entendida, porque, en primer lugar,
toda persona famosa por el mero hecho de serlo, no tiene por qué ser
ni rica, ni mala persona, y muchas preguntas que se hacen hoy en día
están repletas de mala leche, muchas veces como producto de las frustraciones del propio preguntador.
*FOTO: DE LA RED