Tras tener que lavarme varias veces para quitarme
hasta la última gota de sangre salpicada
por el Doctor Vilches en el final de la serie de “Hospital Central”, como
vecino del mundo tengo unas cuantas cosas que decir a los guionistas de esta
serie y de todas en general.
Me gustaría que me explicaran el por qué cuando se
va a terminar una serie de éxito como ésta, o por ejemplo “Los Serrano”, los guionistas parecen ser
poseídos por unas ganas inmensas de que la audiencia se dé cuenta de que detrás
de todas las palabras y situaciones propuestas en cada capítulo están ellos, y
quieren destacar sea como sea.
Lo mejor de una serie sería que te dejara un sabor dulce, con un toque de
añoranza, sin embargo a los guionistas les entra unas inmensas ganas de seguir
siendo originales y de sorprendernos tanto, que lo estropean.
Ni después de tantos años en “Los Serrano” fue de
recibo que en el último capítulo los guionistas nos dijeran que todo había sido
un sueño, con lo que al final en realidad no era una serie, sino solo un sueño
con más duración que mil osos invernando, ni en “Hospital Central” que después
de tantas y tantas aventuras y peligros, muera el Doctor Vilches, porque si pretendían hacer con ello una especie de
homenaje a tal personaje, en realidad lo que han conseguido es un despropósito.
No es justo que una persona que durante toda su
vida ha buscado hacer el bien dentro y fuera del hospital, en el momento de su funeral
no aparezcan la mayoría de personajes que compartieron con
él la serie. En lugar de un homenaje ha sido un curso intensivo de olvido, no
apareciendo sus anteriores parejas ni alguno de sus hijos.
Una serie gusta por todos sus capítulos, y hay que
recordarla como una carrera de fondo, y no solo por los metros finales. Por eso
la escena del cementerio no ha sido triste, sino cruel por la presunta frialdad
de los personajes que no aparecen en ese momento.
Tanto intento de redondear una serie que por
siempre será mítica en España, tras veinte temporadas en doce años, que al
final ha quedado coja. Vilches, nuestro
Vilches, no se lo merecía.
*FOTO: DE LA RED