Hoy
todos son entendidos en música y hablan del resultado final de La voz, ese programa tan original y
rompedor, que ayer terminaba en la
cadena alegre.
En
primer lugar hay que decir que de original y rompedor nada de nada, que en
realidad es más de lo mismo desde el momento en que el público y los mal
llamados “coaches” conocen las caras de los concursantes.
Para
los neófitos habrá que decir que el producto se vendía como un concurso para
encontrar una nueva voz, en el que a los participantes no se les iba a ver su
aspecto físico, pero eso solo duró hasta los castings, cinco minutos en el programa, y además solo para los
que los escogían, los coaches, porque el público desde el primer momento los podía
ver.
El
resultado es que al final, las votaciones han sido en el mismo sentido que en
cualquier reality de la misma cadena. Todas las jovencitas se han dejado la
paga en llamadas, y de los cuatro finalistas, el vencedor, Rafa, heavy
reconvertido con canciones de Abba, y de Queen, y el segundo, Jorge, que ya había participado en Operación triunfo, y trasunto de Luis Miguel
con acento flamenco, chicos jóvenes y guapitos de cara. El señor mayor, Pau,
con el culo pelado de haber actuado toda su vida cantando música standard, al
estilo Sinatra, y Maika, una roquera de pro, y que si no la ves, por la voz
parece un hombre, y máxima favorita para este vecino, se quedaron a las
puertas.
Lo
positivo de todo es que durante unas
semanas se ha ofrecido música, y de la buena, con unos excelentes músicos en
directo, en una cadena donde normalmente la música no es su fuerte.
También
es positivo el que muchos nombres de verdaderos profesionales en la sombra,
puedan estar ahora, como diría la bella
de turno, en el “candelabro”. Pero como
siempre, los que se han quedado con la parte del león han sido las
discográficas que han editado todas las galas, y encima les han hecho un estudio de mercado y de
gustos del público, poniéndoles nuevas estrellas, sin ellos haberse gastado un
euro.
Sin
olvidar, que para alguno de los “coaches”, como es el caso de Melendi, ha resultado
todo un descubrimiento su manera de ser, y un espaldarazo para el gran público.
A
destacar, que una vez más la cadena alegre ha utilizado a los concursantes para
llenar de contenido todos sus programas, aunque para ser justos, por una vez no
los han utilizado en su gran mayoría para contar sus miserias, y que
tristemente este comportamiento es nuevo, pues en lo contrario, en contar las
miserias son verdaderos especialistas.
*DIBUJO: DE LA RED
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