martes, 17 de agosto de 2010

ENTRE LA TELE Y EL CLERO

Alguna vez se me ha pasado por la mente el presentarme a algún reality de televisión, en especial a "Gran Hermano" por, como se suele decir, vivir esa experiencia, pero en cuanto empiezas a analizar la situación, las expectativas no son muy halagüeñas.
Entrar en un reality es una especie de patente de corso para que todos los colaboradores del programa practiquen la arqueología en tu vida, y claro, no van a resaltar que todos los domingos vas a misa, si es que vas, o que perteneces a cuatro ongs, si es que perteneces. Y teniendo en cuenta que parte de la programación de esa cadena se basa en ese programa...serás el enemigo número uno de la humanidad.
Bucean en las miserías, y ... siempre pueden encontrar algo, eso sin hablar de las ayudas que puedan dar los presuntos familiares o amigos. Quien más o quien menos quiere su minuto de gloria.
Estos días en la mayoría de las cadenas se puede ver la cantidad de cosas que puede hacer la gente en una playa cuando una cámara les enfoca. Me niego a pensar que ese sea su comportamiento normal. A mi me gusta ir a la playa y nunca he presenciado en ellas algo que se le parezca.
Al entrar en el concurso seguro que te enterarás de cosas de tí mismo que ignorabas: tus tendencias sexuales, la lista de novias que has tenido (que si al menos fuera verdad...que te quiten lo bailao), la cantidad de dinero que debes, y sobre todo las sustancias que consumes en todo tipo de fiestas.
En ese tipo de programas parece que no hay gente que tenga una vida normal, que se tenga que levantar a las siete de la mañana para pagar la casa y la comida
diaria.
De todas maneras, lo que más miedo me da, y lo que me hace rechazar la idea de entrar en esos programas es, ese grado de sorpresa que todavía te puedes llevar. Siempre habrá algo que no lo habías previsto, y te sorprenderá negativamente.
Puede que ya vayas mentalizado a enterarte, quizás, de que tu padre es el cura del pueblo, perdone Don Ramon con lo santo que es usted, pero lo que uno nunca espera es el enterarse, como en el chiste, de que el cura no es tu padre, sino tu madre.

1 comentario:

  1. Buenísimo.
    He hecho un enlace de tu blog con mi página de facebook para que mis amigos te lean en mi muro.
    Josémi, el de New York, ya lo ha hecho y dice que eres muy bueno. Y lo eres, de verdad.
    Es como leer mi columna diaria favorita de mi
    periódico.
    Ánimo, sigue así y suerte.

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