sábado, 1 de octubre de 2011

PRODUCTO NACIONAL


Hoy es sábado y como tal uno está predispuesto a pasar un buen día, se supone que de los tropicales de las últimas semanas. Mientras, este país cada día se parece más a una república bananera, ya no nos falta, por lo anteriormente dicho, ni el clima.
Ayer algunos medios de comunicación se hicieron eco del sumario que se está instruyendo en la Audiencia Nacional con relación al presunto caso de la Sociedad General de Autores de España (SGAE) y cuyo volumen de hojas es mayor que unas cuantas ediciones de El Quijote juntas.
Entre dos parejas, y a través de otra empresa conectada a la anterior, presuntamente se han pulido en viajes de lujo por diversas partes del mundo; compras de todo tipo de objetos, incluidas joyas, lencería, e incluso jamones, alquileres de vehículos y apartamentos, más de 30 millones de euros.
Mientras el españolito de a pie está intentando llegar a final de mes, unos cuantos se han gastado unos millones que bien hubieran venido para tapar unos cuantos agujeros del colador que es la economía española.
Ayer precisamente ví un reportaje de los negocios que la SGAE presuntamente tiene por España y en algún país iberoamericano. Inmuebles de todo tipo, donde en muchos de ellos reciben todos los meses dinero por diferentes alquileres. Los teatros Arteria por ejemplo son de ellos, incluido el de Bilbao.
Viendo ese reportaje, y quizás por ello, esta noche he soñado que el panorama de la mala economía, y de la dura crisis, que tenemos instalada se podía remontar en poco tiempo. Hay que recordar dicho sea de paso, que hay ayuntamientos, y no dos o tres, que están a punto de que se les corte la luz por impago, y no al alcalde o concejales, sino la luz de disfrute público, como la de las farolas.
La solución de la crisis en mi sueño pasaba, no por cambiar de partido político en el gobierno, sino en que el país entero ya pertenecía a la SGAE. Puesto que han demostrado con creces el saber gestionar su empresa, ponernos en sus manos, no sé si en mi sueño o mi pesadilla era la solución definitiva. Los hospitales soñados gozaban de una limpieza resplandeciente, con música ambiental por los pasillos, pues ya no hacía falta declararla porque era de ellos directamente. Los quirófanos con el añadido de las siglas de los nuevos administradores por todas partes, dispuestos a ser paisaje de todo tipo de operaciones, eso sí, con música por ejemplo de Vivaldi, para que el zurcido fuera rítmico.
Sin embargo al despertarme con esa luz tropical anteriormente mencionada, aterrizo en la realidad donde seguímos intentando subsistir, y como vamos a andar escasos para comprar productos extranjeros, compraremos los nacionales, como el querido y sabroso chorizo. Quién sabe, como lo que se come se cría....

*FOTO: DE LA RED

No hay comentarios:

Publicar un comentario