miércoles, 5 de marzo de 2014

¿DÓNDE ESTÁN LAS LLAVES?

Creo que es la primera vez que voy a comenzar el “post” con una pregunta:
¿A alguien de vosotros no os ha pasado alguna vez que queréis cerrar vuestro "edificio interior”, porque el horario de oficina mental ya está más que cumplido, y sin embargo, alguno de vuestros operarios de esa sección está dispuesto, más que a meter horas extras, a hacer lo que se denomina aquí “gaupasa”, o pasar la noche sin dormir, que normalmente suele ser de juerga, pero que en el caso de este vecino del mundo es sentir un reconcome interior que no le deja tranquilo?
Es como si el edificio de este vecino tuviera unas placas solares que se van cargando día a día con todos los datos exteriores, y el resultado es que la instalación general tiene mucha más carga de la necesaria, una especie de tensión sexual no resuelta con el mundo que le rodea, pero sin "polvo" por medio.  Es que eso de sexual, en este caso no es algo exterior, de aquí te pillo aquí te mato, sino algo interior. En el caso que este vecino comenta, “el-aquí-te-pillo-aquí-te-mato” te lo hace la vida diaria, y ya te da miedo hasta abrir tu puerta, porque violadores hay muchos, y además no descansan.
Como para ahora, alguno de mis lectores/as ya se habrá, más que rasgado las vestiduras, arrancado directamente, podemos emplear otro tipo de vocabulario, más de ciencia-ficción, y podemos hablar en lugar de violadores, de vampiros que te chupan toda tu energía, y si te descuidas, ya eres un zombi, un muerto andante, pero políticamente correcto, eso sí,  que comulga cada semana, si eres practicante, o que cumples con todas las normas sociales, pero que por dentro estás vacío.
Estábamos acostumbrados a tener un mapa mental de lo que iba a ser nuestra vida, y en qué lugar estábamos situados en cada momento, y el nuevo sistema, o el de siempre que ahora está más fiero que nunca, y ha mostrado sus garras salvajes, nos ha arrebatado el plano del tesoro, y ahora más que perdidos, parecemos un equipo de invidentes intentando jugar a fútbol, y algún cabrón ha cambiado, sin avisar, el balón de cascabeles por un balón oficial de la primera división.
Y mientras, estoy buscando las llaves de mi oficina interior, para llegar a algún consenso con los empleados destajistas. Espero dar con ellos, y convencerles, porque ésto es un sinvivir. 

*FOTO: THE CROOKED HOUSE (SOPOT, POLONIA)

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