martes, 4 de marzo de 2014

MIRAR NO CUESTA NADA


Que el donostiarra es específicamente mirón quedó ayer demostrado con creces ante el espectáculo de luz, muy poca por cierto, y sonido, que el temporal, y la alerta roja, nos brindaron en una especie de prolongación del ambiente carnavalero de los días anteriores.
Estamos, porque este vecino se incluye aunque en realidad es un agregado, moldeados de tal manera que todo lo convertimos en Concurso Internacional de Fuegos Artificiales, y raro es el donostiarra que al amanecer o al atardecer, no se congregara a lo largo de una de sus playas para contemplar el poder de la naturaleza en todo su esplendor. Hay que decir que este vecino, cada vez que las olas o bien rompían en la costa o en cualquiera de los puentes de la ciudad, echó de menos el ¡ohhhhhhh! con que se jalea cualquier “japonesa” cuando explosiona durante la Semana Grande.
Como a este vecino siempre le gusta, como buen cinéfilo, poner la cámara en diferentes ángulos para crear otras perspectivas, buen día también para los denominados amigos de lo ajeno, pues muchos domicilios estarían vacíos de sus moradores, y no le extrañaría que haya aumentado, desgraciadamente, los damnificados por los ladrones, y en este caso, aunque quizás lo pudiera parecer, este vecino no está hablando de las denominadas “preferentes”, que también es otro tipo de robo, aunque los presuntos culpables de esto último llevan corbata y su foto en lugar de estar en un archivo policial, seguro que está en alguna orla, o “adornando” varias directivas empresariales.
Por cierto, ayer este vecino y ayudado por información conseguida por internet,consiguió llevar acabo uno de los nuevos doce trabajos de Hércules, si éste se reencarnara en héroe de carne y hueso. 
En los tiempos del consumismo por el consumismo, y el tirar todo por conseguir algo más moderno, este vecino consiguió encontrar en Donosti, a uno de los últimos reparadores de paraguas, especie prácticamente en extinción. Se encuentra en Padre Larroca, 9, Gros, un bajo pequeñito, y aunque esto último parece una redundancia, es así.
Tras expresar mi alegría por encontrarle, en unas breves palabras me expresó el gran mal que las tiendas de chinos, y sus precios, han causado para su sector. Aunque este vecino le dio su opinión de que con los tiempos duros de crisis, a más de uno le vendría bien conocer su dirección, especialmente teniendo en cuenta que cada vez hay más gente que, aunque se vista de Guzzi, no le hace ascos, y cada vez más, a lo “baratuzzi".

*FOTOS: F.E. PEREZ RUIZ-POVEDA

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