Sin intentar hacer un chiste
de la situación, en momentos de crisis económica es más que previsible quedarse
sin Monedero, y ésto es lo que le ha pasado a Podemos. Y los que antes ponían el
acento en Venezuela, ahora lo ponen en las desavenencias en un partido recién nacido, y que por el mero hecho de estar, ha
puesto nerviosos a muchos.
Se podrá hablar, y en abundancia, de
que una cosa es la teoría y otra llevar una idea, un nuevo partido, a la
práctica, pero eso es el juego de la vida en sí, teoría y práctica, o el famoso
prueba y error.
Este vecino del mundo está
totalmente convencido que por el mero hecho de que Podemos haya nacido, ya el
juego electoral ha cambiado, y esos intentos de regenerar fachadas de PSOE y PP
es un claro ejemplo de ello. Lo que ocurre es que con limpiar la cara de un
partido no es suficiente a tenor de cómo está el patio de choriceo, corrupción
e ideario más que trasnochado.
Y es que cuando se hinchan
las venas de los políticos de turno y se
les sube la tensión, aflora toda su verdad. Como le ha ocurrido, hace pocos
días, a la Señora Aguirre al intentar prometer, aunque nadie se lo pidiera, al
menos a la vista de la opinión pública, dejar las calles madrileñas limpias de
todo aquello que puede “azorar” la vista de un turista. Y es que confundir la
potestad en un ayuntamiento y aquel antiguo, pero al parecer eterno, “la calle
es mía”, es frecuente.
En realidad, y bien pensado,
la calle tiene que ser para el que la trabaja, y si alguien lo hace, son esas
personas que por diversas circunstancias se han visto avocadas a vivir en ella,
por mucho que lleven colchón o no. Y lo del colchón no es un tema baladí, ya
que al tener que rectificar sus primeras declaraciones, Doña Esperanza dijo que
ella no se metía con los que lo han perdido todo y están abocados a vivir sin
techo, sino a los que están en la calle
con los colchones, y luego mezcla a “mafias” callejeras en el tema.
La duda que le entra a este
vecino es si la Señora Aguirre parte de que los bancos se deben de quedar con
las casas al completo, incluido mobiliario y ajuar, y quizás le cabree el
comprobar de que algunos en ese naufragio que supone un desahucio, literalmente, salven los muebles.
Y volviendo a Monedero, este
vecino ve con buenos ojos que cada uno tenga su Pepito Grillo, o su piedra en
el zapato que le recuerde lo que quería ser, y lo que es. Y quizás Podemos haya
actuado como un Monedero con los demás partidos, y ahora, ellos mismos, se
tengan que replantear también muchas cosas.
Más de uno se habrá dado cuenta
de que este vecino del mundo no ha mencionado para nada a CIUDADANOS, y es
que cuando un partido es tan parecido a otro, PP, pero cargado con buenas
intenciones y aires renovadores, desde la atalaya de la que “vigilamos” el día
a día, atisbamos con seguridad, de que en el futuro, al PP le vendrá bien Ciudadanos,
aunque eso suponga remover la máscara de un partido lleno de más luz que la que se desprenden de sus ideas.
A poco tiempo de unas
elecciones, que aparezcan estudios de voto, que siguen dando, esta vez
con la ayuda de Ciudadanos, la alcaldía de Madrid al PP, este vecino no sabe si
es descorazonador, pero cuando menos es comprobar que tenemos lo que nos
merecemos y que luego no debemos ir llorando por las esquinas, esas mismas que
quieren que estén libres de colchones.
Este vecino por su lado, está poniendo en este mismo momento un póster de Monedero en la puerta de su habitación.
No, no está enamorado de él, sino que quiere acordarse, al comenzar cada nuevo
día, de lo que fue el ideario de juventud, para no apartarse mucho, y en su caso recuperar rumbo, de dónde quiso llegar.
*FOTO: DE LA RED
*FOTO: DE LA RED