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jueves, 28 de julio de 2016

DON MARIANO RAJOY Y SU PARTICULAR STEP-WALKING


En el singular “Parto de los montes” que los españoles tenemos montado para encontrar un presidente que esté en buen estado, así como para entrar a vivir, parece que estamos de enhorabuena, o enhoramala, vaya usted a saber, y ya han comenzado las contracciones.


Ahora el Señor Rajoy, con ese aire de que va a comentar la cosa más importante del mundo, ha dicho que se compromete a intentar ser presidente en la próxima legislatura. Aunque como diría un amigo mío, “pero sólo la puntita”. Dando a entender que si no encuentra los apoyos necesarios no se presentará. Es como si dices que te vas a bañar en un río pero solo si no hay pirañas, o te subes al trapecio, con red, y atado y bien atado, que a lo mejor algo de eso ya puede haber.


Mientras comparecía ante los periodistas tras su reunión con Felipe VI, he tenido la impresión de que Don Mariano hablaba mientras estaba en una escalera haciendo que subía bajando, en un “step-walking” marca de La Casa Rajoy. Y  es que Don Mariano tiene ese poder, que cuando habla y dice algo, nunca estás seguro de si lo ha dicho o no. Como cuando esta mañana despedía a los deportistas españoles que van a ir a competir a las Olimpiadas de Brasil, y ha dicho que no olviden que representan “a España, llena de españoles”.


Como siempre dicen que Don Mariano no da puntada sin hilo, este vecino del mundo ha estado pensado el por qué habrá dicho “España, llena de españoles”. Y he llegado a la conclusión de que puede ser que como se le está achacando tanta culpa de la cantidad de españoles que tienen que emigrar al extranjero, él, quizás inconscientemente, ha querido recalcar que “todavía quedan españoles, y muchos, aquí”.



Por cierto, la citada ceremonia, la despedida a los atletas, ha sido tan evidente que estaba montada a mayor gloria del Señor Rajoy (él en primer término, y todos los demás detrás en un segundo plano), que él mismo se ha disculpado. Y hay que tener en cuenta que nunca lo ha hecho, lo de disculparse, antes, especialmente con las muchas veces que hubiera tenido que hacerlo con la cantidad de casos que presuntamente le han salpicado.


En el mundo de Gila, Don Miguel, quizás el asunto de encontrar un presidente de consenso, por decirlo de alguna manera, se podría desatascar fácilmente mediante indirectas. Alguien muy cercano al Señor Rajoy, que poco a poco, pero con insistencia, le fuera diciendo, así muy bajito, como que le habla su conciencia, y le dice “Aquí sobra alguien, y yo ya sé quién es”. “Mariano, ya va siendo tiempo que lo vayas dejando, y atiendas a tu familia como es debido”. “No se merecen que les ilumines con tu sapiencia, porque son unos desaboríos”.


Esperemos que el parto sea cortito. Yo por si acaso, y lo recomiendo a todos, hace tiempo que he alejado de mí todo tipo de objeto cortante, intentando evitar cortes de vena, o daños a terceros.


Por cierto, una última recomendación: Que el humor no falte nunca, y espero no darle ideas al Señor Montoro. Es una de la pocas cosas que tenemos gratis, por ahora.

*FOTO: DE LA RED



lunes, 2 de febrero de 2015

ACTUALIZANDO A GILA


La vida actual en nuestra España me recuerda a una película de Ingmar Bergman. Gracias a Dios, a los hados, al destino, o a lo que sea, con mucha más gracia, por supuesto.
Lo de Ingmar Berman se refiere a los recuerdos de cuando este vecino del mundo fue a ver “Gritos y susurros”, hace más de cuarenta años, creo que fue mi primera incursión en el firmamento del director sueco. Y antes de ir a ver la película, leí todas las críticas, habidas y por haber, y me pertreché con una brújula para no perderme. 
Pues eso, que ahora cualquier cosa que pasa en España, te puedes, si quieres, asesorar con mil cantos de sirena, y al final es posible que tu barco de opinión se hunda, porque cada cual pinta la vida con el color que quiere. Y, generalmente, con grises, y “marrones”, especialmente los que nos atañen más de cerca.
De todas las maneras, el que no se toma sus pequeñas venganzas es porque no quiere. Esta mañana, sin ir más lejos, estaba dentro, como se dice ahora, de una entidad bancaria, y a la persona que me ha atendido no le he visto muy centrada. Por eso le he dicho, ante sus continuos chascarrillos y risas, a un punto de ser desaforadas, que lo bueno que tienen ellos en su trabajo, es que trabajan con red. En el mismo instante se ha notado perfectamente que ha entendido que, aquello, su postura, le iba a traer factura, y nunca mejor dicho, porque se ha puesto en modo “autodefensa”, y me ha preguntado el por qué de lo de la red.
-¡Hombre! Está muy claro, pase lo que pase en el negocio en que usted trabaja, siempre “pagamos” nosotros…
Me ha dado la impresión de que esa misma conversación ya la había tenido con anterioridad, y que él se habría defendido con eso de que “es un mandado, que el negocio no es suyo, y que cumple órdenes”. Y alguno de sus interlocutores ya le habría dicho, que lo mismo había ocurrido con lo de las preferentes, y que luego nadie sabía nada, y que órdenes eran órdenes; y mientras, sus jefes en lugar de plegar velas, las desplegaban en lugares paradisiácos, y todo pagado gracias a sus tarjetas “black”.
Por eso, ese empleado se ha callado, porque su defensa era una huida hacia adelante, y a mí me ha dado cargo de conciencia, amén de los otros cargos que había ido a pagar.  Porque ni ellos cambiarán, ni nosotros tampoco, y como a lo largo de la historia se nos ha echado todo tipo de culpa, ya nacemos, no con un pan debajo del brazo, sino con un saco de culpa heredada. A favor del empleado, el que ya tiene clarísimo a quién no va a conceder ninguna hipoteca.
Por todo eso, entre el universo de Bergman, y el de Miguel Gila, sin dudar me quedo con este último, es más nuestro. Su juego entre bromas y veras, forma parte de nuestra idiosincrasia, y su famosa frase: “Y si no sabe aguantar una broma que se marche del pueblo”. No es muy democrática, pero sí visceral, y con un punto de inocencia dicha por el auténtico Gila.
Poniendo al día el universo de Miguel Gila, la única variante que se podría dar ahora, para buscar a un culpable mediante indirectas, en su famosa frase “alguien ha matado a alguien” es “alguien ha robado a alguien”. Lo demás sigue igual, nadie se da por aludido.

*FOTO: DE LA RED