Muchas
veces desde mi atalaya tengo la sensación de que estoy orientado hacia una
playa nudista, porque más de una vez las circunstancias que capto son
verdaderamente pornográficas.
Por
un lado de esta playa, tenemos
que el Gobierno Vasco ha decidido mediante algún resquicio más o menos legal
pagar a los funcionarios la paga extra de Navidad, y mientras, desde el Gobierno
Central, entiéndase desde Madrid, ya están advirtiendo, y tomando los pasos pertinentes,
para llevar a la JUSTICIA, así con mayúsculas, esta decisión de un gobierno
autonómico.
Por
otro lado de esta misma playa, tenemos al gobierno de la Comunidad de Madrid,
encabezado por Ignacio González, del Partido Popular, que está haciendo de su
capa un sayo, y al mismo tiempo, un traje legal y fiscal a medida para que el
magnate estadounidense Sheldon Adelson construya, se supone que en Alcorcón o
muy cerca, el macrocomplejo de ocio y juego (hoteles y casinos) más conocido como
Eurovegas.
Digamos
que el gobierno de esta comunidad, que además es para más inri del mismo pelaje
que el gobierno central, está poniendo las vendas antes de la herida, y no
aplicará una norma por la que, si un casino cometía una
falta muy grave, por ejemplo, amenazar a un jugador para
abandonar la sala cuando la suerte está de su lado, no pagarle lo que acaba de
ganar, o colocar una ruleta no reglamentaria, se arriesgaba a recibir una multa
de hasta 600.000 euros por parte de la Comunidad de Madrid, pudiendo además cerrar
el citado local hasta cinco años o incluso para siempre.
Ahora, esa norma no se va a utilizar con el imperio
del magnate americano, tras el cambio efectuado en la Ley 6/2001 del Juego por
el Gobierno autonómico de Ignacio González. A partir de la entrada en vigor de
este “zurcido”, la Comunidad se reserva el derecho a no aplicar esos castigos
cuando considere, subjetivamente, que son desproporcionados.
Entre este cambio y que luego los extranjeros que
tengan dinero y compren una casa por más de160.000 euros puedan obtener el
permiso de residencia, están diseñando un presunto paraíso para gente de ideas
y actitudes cuando menos, bastante oscuras, por decirlo de una manera
políticamente correcta.
Resumiendo, que este vecino del mundo muchas veces
tiene que cerrar su atalaya, y dejar de respirar aire fresco, porque las vistas
que tiene, y consecuentemente nuestro futuro, son pornografía pura, y
desgraciadamente como mucha programación de la televisión, además de ser
basura, hay que pagar el peaje de nuestros impuestos y de ser
discriminados en nuestro propio país.
*DIBUJO: DE LA RED