Aún recuerdo el comienzo, finales de julio del año dos mil. Un bonito día de verano en que yo ya estaba preparando mis vacaciones y tu me las trastocaste. Miraba un escaparate cuando nuestras vidas se cruzaron. Fue un flechazo al menos por mi parte. Han pasado once años desde que nos conocimos y parece que fue ayer. Todavía puedo sentir ese olor a atardecer, cuando el mar juega a teñirse de mil rojizos resplandores mientras las barcas vuelven al puerto para guarecerse de la negra soledad.
Te dije desde un principio que lo nuestro tenía que ser una aventura cada día y que no nos teníamos que dejar invadir por la costumbre, y así ha sido hasta ahora.Los días nunca han sido de veinticuatro horas, sino de miles de sentimientos por segundo, porque siempre te he sentido junto a mi.
Nunca ha habido terceras partes pues seguir contigo me llenaba de manera plena. Desde que te conocí mi vida cambió para siempre.
Cada cierto tiempo variabas tu look, tu apariencia por completo. Era como volver a empezar pero con los mismos sentimientos, con la misma esencia, o incluso mayor, por alguien a quién le había dado todo.
Estar contigo ha sido una autentica droga para mi. Cada día te necesitaba más, y tenerte me ha colmado de felicidad, pero ha habido momentos en que yo he notado tu frialdad.
Sabías que me tenías seguro y te has dejado querer, pero por tu parte juraría que en muchos momentos has hecho más caso a otros que a mí, y me has hecho dudar de tu fidelidad. Siempre me has dado buenas palabras, pero quizás sólo eso.
Te he tenido entre mis labios, pero durante mucho tiempo, aunque rehusaba creerlo, sentía tu ausencia. Tus palabras me lo negaban pero en cierta manera yo ya te sentía lejana.
Ahora, mirando hacia atrás, me doy cuenta de que lo nuestro era una muerte anunciada. Estoy seguro de que a partir de ahora tu vas a ser la que me va a echar de menos; de que recordarás cuando yo te imploraba y me dabas palabras de cariño, pero sólo eso.
Sé que habrá nuevos veranos, en los que ya no estarás conmigo. Muchas veces te dije que si algún día tomaba la determinación de dejarlo, ya no iba a haber marcha atrás y ahora es el momento.Tendré que aprender a olvidar que un día fuiste imprescindible para mi.
Me daba mucha pena el mirar para atrás y pensar que todo aquello se iba a perder; que tenía que rehacer una nueva vida sin tí. Ha habido momentos muy felices, pero la sombra de la duda empaña todo y ya me resulta imposible buscar tu sol entre la niebla que invade mi presente.
Ya está decidido... Mañana mismo voy a cambiar de compañía de telefonia móvil. Sólo ofrecen buenas ofertas a los nuevos contratos. Es una pena....Sé que no me vas a olvidar. Espero que aprendas, aunque sea para otros.
*FOTO: SHUTTERSTOCK
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