Debo de decir que quizás hoy no es uno de mis mejores días, y por eso estoy escribiendo sin manos, sólo con el corazón, y eso duele. Creo que puede ser la época. Vísperas de sanjuanes, siempre ha sido una época especial.
Recuerdo de joven, que significaba el comienzo de las vacaciones, o mejor dicho, era época de labranza, o más bien de recolección, de parabienes o de hermosas calabazas, depende cómo te hubiera ido en los exámenes. Esa era la base fundamental de pasar un buen verano.
Recuerdo que los veranos eran enormes. Para nosotros no existía el calendario. Días de bocadillo y fútbol. Hasta que un buen día en casa te decían: -La semana que viene al cole otra vez. Tus recuerdos pasaban del destello deslumbrante del sol, al negro de los hermanos que te daban clase. Desde tu altura, la cámara de tus ojos enfocaba a unos hermanos con sotana, grandes, pero grandes y sanos, muy sanos, de mejillas rojizas y morenas, de estar mucho tiempo al aire libre, jugando sobre todo a pelota en el frontón. Por eso cuando pegaban, te podían hacer mucho daño.
Tú, pequeño y descolorido, del miedo que pasabas sabiendo que en cualquier momento te podían hacer esa pregunta cuya respuesta nunca sabrías; lo único que sabías y con gran certeza además, cómo iba a acabar todo: él cabreado, tú con sus colores, pues te los llevas puestos por las dos tortas que te ha dado, y todo ello acompañado del silencio con eco de tus compañeros.
Siempre pensaba lo mismo, para qué hace las preguntas, si sabe de antemano la respuesta, y además sabe cómo acabará todo. Lo único que no sabíamos era a quién le iba a tocar ese día, y el hermano era el único que lo podía prever, y ese día te podía tocar a tí.
Muchos años después me enteraría de que los niños tienen derechos, y que los profes no siempre tienen razón, aunque el mayor error de la enseñanza de aquella época, era que en muchos casos podías aprender las lecciones, no pensando en el día de mañana, sino en el presente màs presente que era salvar el tipo.
Y de aquellos barros, estos lodos.
Yo creo que tenían que crear un canal temático para los de nuestra época en la tele. Con Locomotoro y Valentina en el geriátrico. Concursos donde ganar significara que no te pasaba algo malo, por ejemplo que no te pegaran. Conciertos de música clásica y películas de Jesucristo en Semana Santa. Y por supuesto todo ello en un magnífico blanco y negro. Con hombres de bigote facha dando el parte del tiempo sobre el mapa que tú mismo tenías en la escuela. Y él siempre sabrá en qué provincia lloverá, y dónde está su capital, señalando perfectamente su ubicación en el mapa. Y como no todo va a ser malo, también habrá programas con entrevistas que valgan la pena, donde no se promocione un libro, o una película. Entrevistas donde se puede conocer al individuo en cuestión. Y dónde el famoso lo es por algo importante, y no por con quién se acuesta, o a quién conoce.
Por supuesto el producto estrella de la cadena sería el Estudio 1, con actores de raza, que cuando hablen digas: eso es voz y eso es sentir, y no lo que pasa en mi realidad.
Lo dicho, parece que la vida es una mentira porque cuando miras para adelante, todavía no has llegado, y cuando miras para atrás,... ya no estás. Eso es...como en el cine, mentiras arriesgadas.
*FOTO: DE LA RED
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