Estoy harto de que los hechos no se midan siempre por el mismo rasero. Pero... como debe ser, comencemos por el principio.
Llevan ya un tiempo en nuestras pantallas televisivas dos anuncios de la misma compañía de seguros, y en los dos, un personaje femenino hace un chiste sobre otro personaje masculino.
En uno de ellos, el personaje femenino dice algo así como que ...”y al arreglarme el coche de mi hijo, ¿me lo cambian a él por otro?. El dialogo es más o menos así.
En el otro una mujer en el despacho de la representante del citado seguro, está hablando de un seguro que sirve para arreglar las chapuzas de casa, y comenta algo así como que “¡Vamos! Como si fuera un marido de verdad”. La representante del seguro le espeta algo así como: -Cortate un poco. Con lo cual nos indica que el hombre que está con ella es su marido.
Partiendo de que todo lo que se ve en pantalla está pensado y bien pensado, ignoro cuál será el target (objetivo), de la citada campaña, pero está claro que no es para personas como el que escribe estas lineas. El problema es que si en esos dos anuncios cambias el sexo de los personajes..., no tiene mucha gracia ¿verdad?, y mucho menos, como se dice ahora, con la que está cayendo.
Se cuida mucho la violencia de género, y me parece excelente, pero por supuesto siempre debe ser en ambos sentidos, y creo que se debería practicar eso de no quieras para los demás lo que no quieres para ti mismo, y si no hay que desprestigiar a un sexo, tampoco se debería hacer con el otro, o es que esto es lo que se entiende por progresismo?
Partiendo de que todo lo que se ve en pantalla, como ya lo he apuntado anteriormente, nada ocurre por casualidad, más justo hubiera sido que en un anuncio se hubieran metido con el género masculino, y en el otro con el femenino. Es lo justo, y de lo contrario, conviene no meterse en jardines creados por uno mismo. ¡Eso.. seguro!
* CUADRO: IDILIO EN EL MAR, DE JOAQUIN SOROLLA
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