Hoy se han hecho públicos los últimos datos del paro: 67.858 personas menos, un 3,18 por ciento en Guipúzcoa, y cada partido político, sindicato, medio de comunicación,…los presenta a su manera.
Esto me recuerda que cada vez que estamos en una noche electoral, al final todos en cierta manera han ganado, o si han perdido, han perdido menos de lo que pensaban.
A mí me sigue dando la impresión de que lo único que importa son las apariencias. Es decir que baje la cifra de parados es lo único importante, no importa que en casa del parado 313 no se pueda comer, ni que en la casa del parado 24.432 se haga lo imposible para intentar pagar la hipoteca.
En cierta manera, los parados se han convertido en las vergüenzas del gobierno, y a nadie le gusta, claro está, enseñarlas.
El problema es que no se trata de maquillar las cifras, sino el encontrar un plan para que Jesús, Laura, Pedro, Alicia… y otros millones de españoles, cada vez más, encuentren un puesto de trabajo, y no para cuarenta días, como se está haciendo ahora, con vistas al verano.
Tampoco me parecen de recibo las últimas palabras de Rubalcaba en las que prácticamente viene a decir que si le votamos para presidente del gobierno, él sabe qué hacer para disminuir el paro.
Es que lo triste de todo esto es que parece que nos toman por tontos, pues después de tanto tiempo ¿qué se nos quiere decir, que tengo la fórmula pero nadie me ha preguntado?.
Esta persona como político había dado siempre una apariencia de seriedad, pero sus últimas afirmaciones, sólo me parecen electoralistas, y eso es todo menos serio.
Hasta ahora creo que se ha prestado una gran atención a explicar todo lo que pasa, y está claro que explicaciones hay de todos los colores, pero lo importante es dictar leyes para que todo funcione, y donde hasta ahora solo se ve caos, comiencen a brotar puestos de trabajo de buenas condiciones, y con una remuneración digna, y por ahora parece que estamos lejos de eso.
No sé por qué pero todo esto me recuerda al clásico chiste de aquel que pregunta si funciona el intermitente de su coche, y el otro tras observarlo muy atentamente desde fuera contesta: - Ahora sí…, ahora no…, ahora sí…
* DIBUJO: SHUTTERSTOCK
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