“Difama, que algo queda”. Ayer me vino a
la mente esta frase, viendo un programa de televisión. Por cierto,
siento que algunos de vosotros que tenéis la sana costumbre de no
ver la televisión quizás no sepáis de qué voy a hablar hoy, pero
este vecino del mundo cree que la tele es un virus al que hay que
acercarse, porque como la mayoría de los virus, una vez pasado te
hace más fuerte.
Como
estaba relatando, ayer iba a intervenir en la cadena alegre, el
hermano de una cantante mexicana, muy brava ella, que todavía está
casada con un español de alta alcurnia, menciono ésto porque en
este caso es importante. A última hora el hermanísimo dió la
espantada por respuesta, pero como muchos ya sabrán, cuando se
apalabra una entrevista, se suele hacer lo que se dice “una
previa”, una especie de ensayo, y entonces se pudo ver lo que el
supuesto protagonista de esa noche hubiera dicho si estaba allí.
Desde
la atalaya en que este vecino intenta ver todo más lejano, pone en
solfa hasta qué punto la citada cadena, ha hecho el caldo gordo a la
familia de la cantante, ayudando a difundir unas declaraciones que
como mínimo le tildan de vago, y al final los interesados pueden
decir que de su boca no han salido.
En
primer lugar, y utilizando como siempre la misma táctica para ver si
algo está bien o está mal, podemos imaginarnos todo al revés, que
el cantante era un español y su mujer, una mexicana que también
podía ser de buena familia, a la que no se le conocía profesión
alguna, que en realidad no es el caso real porque él si tiene una
carrera y supuesta profesión.
Y
viéndolo todo desde este prisma, hay cientos de casos en los que el
famoso que se divorcia paga hasta el entierro de Manolete, y eso que
aún no había nacido. Sin embargo en el asunto que tratamos, desde
el principio de la separación, y sin dar la cara, se ha ido diciendo
que él es un vago y un aprovechado. Pero, y de aquí viene la
importancia de la familia de él, como son de alta alcurnia y muy
bien considerados, no todos los periodistas “tragan” lo que se
rumorea en los mentideros.
La
brava cantante mexicana, como ella se autodenomina, después del
tiempo de noviazgo, se presupone que debía conocer a su futuro
marido, y desde el principio él se dedicó a ser una especie de
ayudante, viajando los dos allí donde ella tenía que actuar, y
después de que tuvieron familia, él siempre se hacía cargo del
niño, por lógica también.
Ahora,
es un vago, maleante, y vividor. Os imagináis decir ésto si la que
se separa es una mujer, sea o no famosa. Y sin embargo, antes nos vendían
la idea, ella incluida, de que él había dejado todos sus negocios
por ella.
Quizás
después de todo, la presunta brava en realidad es más bien una
presunta tacaña, y ahora de pronto no mira a Cupido sino al dinero,
por cierto él solo pide la parte proporcional a los cinco años de
matrimonio, y la mitad de la casa en la que vivían, que después de
haberse separado, se ha enterado de que en realidad no es de la brava
sino de una empresa de su madre, gran actriz.
*ILUSTRACIÓN: DE LA RED
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