Muy
poca gente se puede imaginar, lo que cunde un buen paseo bajo el
sirimiri donostiarra en un fría noche de domingo, que por cierto es
uno de los pocos vicios que puedo seguir practicando y que no cuestan
dinero.
Estaba
perdiéndome en mis pensamientos y en las calles, mientras de tiempo
en tiempo me paraba para observar alguna tienda, más con
pretensiones de hacer un descanso disimulado a los ojos de los demás
viandantes, que para coger ideas para próximas compras, cuando
reparé en la cantidad de libros de recetas que se editan
actualmente.
Si
hasta hace poco tiempo aquel que lograba un poco de estatus se
dedicaba luego a diseñar algo: joyas, roscas sin agujeros...¡lo que
fuere!, parece que ahora se lleva escribir un libro de recetas de
cocina.
Me
imagino que repetirán platos, es decir la misma película, “chico
busca chica”, pero en “alubias buscando sus sacramentos”.
Por
un momento, y solo por un momento, mientras inspeccionaba el
escaparate con todo tipo de libros de receta, me pareció ver
reflejado en el cristal junto a mí, la figura de Gandhi. El frío
que debía de estar pasando, en el caso de que un espíritu o lo que
fuera pueda pasar frío. Todo un ejemplo para la humanidad..., y sin
escribir un libro de recetas culinarias, aunque bien visto, escribió
en cierta manera otro tipo de recetas, quizás para ver la vida de
otra manera, más hacia dentro.
La
sabiduría popular siempre ha dicho que “entre
lo dulce y lo amargo no existe trecho muy largo” por
lo que en vista de males mayores y con el fin de que los números
vayan cuadrando, y es que un paseo en la fría noche da para mucho,
habrá que seguir el ejemplo del gobierno y flagelarse con más
recortes.
Habrá
que dejar de visitar el bar del gimnasio, ya que de ir al gimnasio
hace tiempo que pasé, y así borrándome de los dos, aligeramos
gastos. Para paliar la pérdida anterior en cuanto a posible deporte
se refiere, desde hoy habrá que practicar el “steeping”, o subir
y bajar escalones. ¡Vamos! El ascensor ni tocarlo, y teniendo en
cuenta que Donosti es una gran ciudad en maqueta, habrá que coger
menos autobuses, y recorrer sus bonitas calles andando.
Otro
recorte fácil es el de la calefacción. Desde ahora, más
movimiento de ropas puestas, y menos que estén reposando en los
armarios a la espera de una oportunidad, utilizando además las
mantas mientras se está sentado frente al televisor. Tal como están
las noticias, insultar al presentador del noticiario nocturno, a voz
en grito, calienta y relaja mucho.
Espero
que la próxima vez que se aparezca Gandhi, si lo tiene a bien, me
encuentre más relajado y austero.
*DIBUJO: DE LA RED
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