Ayer
estaba viendo la televisión y hablaba una contertulia de esas que lo
mismo sabe de un roto que de un descosido, pero siempre, alguna
supuesta desgracia, que siendo de algún famoso, parece que es menos
desgracia.
No
me preguntéis sobre que hablaba, porque la verdad es que no me
enteré. Mis ojos se fijaron en el labio superior de su boca. Estaba
ligeramente caído hacia arriba, y mi preocupación durante toda su
intervención fue cómo lograría el cirujano de turno, darle esa
elasticidad a la piel, una forma mezcla de patodonald y flequillodeparaguas.
Por
un momento me la imaginé como integrante de una supuesta ONG
Paraguas sin fronteras, velando por un mundo sin catarros y
mojaduras intempestivas. Al primer sirimiri, personas como ella salen
a la calle, ofreciendo refugio por el morro, a personas sin
paraguas, y mientras, con su perorata hacen que la espera a que
escampe, debajo de sus labios, sea más gratificante.
Lo
mismo que ahora están de moda esos “labios oferentes”, y
esos otros hinchados, modelo princesadelpueblo, que no sabes si
acaban de sufrir un incidente con una puerta cerrada antes de tiempo,
o se han pasado toda la tarde intentando inflar un flotador, hace
unos años estaba de moda la nariz, y el kit completo a lo
“Michaeljackson”.
Recuerdo
que durante un tiempo, cada vez que veía a nuestra Paloma de
cabecera, a la Sanbasilio, siempre tenía la sensación de que en
cualquier momento se iba a lanzar a hacer un “moonwalk”, o
versión bailada de lo que hacía Cantinflas con las palabras, que no
sabías si iba o venía.
En
opinión de este vecino del mundo hay personas que dependiendo de la
profesión que tengan, se deberían de pensar muy mucho, pasar por
ese tipo de garaje y pintura, porque por muy perfecto que sea el
efecto conseguido, la naturaleza es sabia. Por ejemplo, la cara de un
actor/actriz, lienzo que tiene que expresar todo tipo de
sentimientos, retocarlo es muy complicado. Además este vecino piensa
que cada época tiene sus papeles recomendados. En el teatro clásico,
por ejemplo, hay todo tipo de papeles importantes, para todo tipo de
edad.
Sin
hablar de gente famosa o de oficios relacionados con el arte, una
persona que trabaje en una funeraria, por ejemplo, no debería
operarse y ponerse unos labios a lo Marquesadevillaverde, o incluso
los de su hija, la Carmencita, porque van a dar el pésame y parece
que todo el tiempo se están riendo, y encantadas además, de lo que
ha ocurrido.
Hay
personas que olvidan eso de que el rostro es el espejo del alma, y
en lugar de limpiar un poco su vida, y quitar las telarañas posadas
en sus sentimientos, piensan que con una acción quirúrgica pueden
cambiar la fecha en su carnet de identidad, y las arrugas creadas
especialmente por su carácter, y su tipo de vida.
*FOTO: DE LA RED. En la imagen, la madre de Sylvester Stallone.