Algunas veces cuando este vecino va a tratar un tema
sobre alguien de quien ya ha hablado con anterioridad, aprovecha para leer, lo
ya escrito, otra vez, y es una manera de echar la vista atrás, y ver si en alguna opinión ha podido variar, y
en el caso de hoy, la figura de la semana, Doña Esperanza Aguirre, las
opiniones que ya se esbozaban en el post “Aguirre, o la cólera de Dios” del 23
de mayo del 2012,(http://patxipe.blogspot.com.es/2012/05/aguirre-o-la-colera-de-dios.html)
no han cambiado ningún ápice, muy al contrario.
Como hay personas que leen al vecino desde muy lejanas
tierras, quizás convendrá informarles de que la presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, protagonizó, hace
cuatro días, un incidente con un agente de Movilidad y, posteriormente ignoró
el alto que le dio la Policía Municipal en el centro de Madrid, según confirmó
el Ayuntamiento de la capital y fuentes policiales, tirando en su huida una de
las motos.
La
Señora Aguirre (aunque habitualmente va acompañada por dos escoltas, en ese momento estaba sola) había parado
su coche en el carril bus de la Gran Vía, sobre el número 44, en la plaza de Callao.
Según explicó posteriormente, se había detenido para sacar dinero de un cajero.
Hasta aquí, y muy resumido, las últimas aventuras de uno de los granos que le ha salido al PP en
los últimos años.
Doña Esperanza, porque ante todo nunca hay que abandonar
la buena educación, aunque ella sí lo haya hecho, es como la “tita” que todos
hemos tenido, o que tenemos, soltera y con posibles, y que todos los familiares
la tratan mejor de lo que se merece con la esperanza, una vez más, de que sea a
ellos a quien deje como único heredero. Normalmente, en estas historias suele
haber dos finales posibles. El primero, que una vez fallecida, se descubre que
no tenía ni un euro, y te imaginas su carcajada con eco desde el más profundo
de los infiernos. Y el segundo final es, que todo lo que tenía, que era
muchísimo, lo ha dejado a un convento de monjas, que los últimos días de su
vida le llenaron de cuidados.
A este vecino este suceso no le ha extrañado en absoluto,
porque personas como la Señora Aguirre son capaces de cualquier cosa, y el
problema, desde su punto de vista, no es suyo, sino que las leyes están mal
hechas. Se tendrá que inventar, ipso facto además, una señal de tráfico con
unas gaviotas sobre fondo azul para que indiquen “zona para estacionar dirigentes
del PP”, que dicho sea de paso, y visto lo visto, deberían de usarse
hasta en Suiza.
Recalcando una vez más de que a este vecino no lo ha
extrañado nada, porque cree, firmemente y desde hace mucho tiempo, de que Doña
Esperanza es capaz de todo, una especie de Robin Hood a la inversa, es decir
que no roba a los ricos… (ya entendéis al vecino), lo más triste de todo, es
que una de las escusas que esgrime es que el comportamiento de los agentes en cuestión
fue totalmente machista. Y eso no ayuda a los millones de mujeres que
se baten el cobre cada día para ganar milímetro a milímetro una posición que
sea cada vez más justa.
Ella, Doña Esperanza Aguirre, condesa
consorte de Bornos y grande de España, confunde el ser hombre con el machismo,
aunque también se podría confundir el ser mujer con ser feminista, y en el caso
de la Señora Aguirre, eso no vale, porque ella solo ha mirado siempre, siempre,
por sí misma, ni siquiera por su partido. Y es que en el fondo, sigue habiendo diferencia, y mucha, de clases, y ella, al menos eso piensa, la tiene toda.
*FOTO: DE LA RED
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