Muchos de los goles que nos
han metido a la sociedad española de ahora, vienen motivados por el famoso “en
Europa se lleva esto” o “en Europa se lleva lo otro”, y así nos han dejado, que
no nos conoce ni la madre que nos parió.
Sin embargo, si hay algo
totalmente “spanish way”, o a la española, es la noche después a unas elecciones a lo que sea. En el resto de
Europa, gana uno y los demás la palman bien palmada, en España no, en España aparentemente
ganan todos. El que gana, porque gana, y los demás porque nos cuentan milongas,
milongas que tragamos.
Los británicos acaban de
tener unas elecciones, que por cierto, todo tipo de estudios ni se han enterado
de por dónde iba a ir la fiesta. Ha habido un partido, no hace falta señalarlo
porque todos lo sabemos, que en contra de todas las encuestas ha ganado, y tres
que han perdido sonoramente. Pues en el
momento de rendir cuentas a sus votantes, esas tres cabezas visibles han
dimitido esa misma noche. En España ese verbo, dimitir, no existe.
Es como el título de aquella
película de Sofia Coppola, ”Lost in translation” que viene a ser algo así como “Cosas
que se pierden en la traducción”, y en España no solo varía el horario desde el
Reino Unido a aquí, sino que en esa hora de diferencia, se pierden muchos usos y
costumbres.
En el Reino Unido tienes,
por decirlo de alguna manera, tu responsable político de cabecera, al que puedes acceder
para mostrar tu malestar o tu pensamiento, en España el mundo de la política y
el del ciudadano de a pie son dos mundos paralelos que no se tocan prácticamente
nunca. Por eso este vecino está hasta el gorro de esa expresión de “en Europa es costumbre…” porque siempre que
se lanzan este tipo de globos sondas, mi amigo Genaro, en la tasca de la
cuadrilla, diría que “date por follao” .
Nadie quiere hacerlo, pero
es que Europa manda, Europa quiere. Ahora resulta que Europa es el coco, y
nosotros somos Caperucita que nos han puesto “rojos” de tantos palos que nos
han dado.
En Europa se lleva “dimitir”
y eso no se debe de perder ni en la traducción, ni con la hora de diferencia, ni
en nuestro pensamiento.
Ya no nos vale ese famoso “las
cosas son así”, porque hasta hace poco las cosas en España eran de una manera,
y ahora con el famoso “en Europa es costumbre” ya no nos conoce ni la madre que
nos parió. Pero tenemos que luchar para que no se pierdan en la traducción
hechos que nos favorecen, o que nos cuenten otra "película", ya que al político de turno no le conviene recordar,
como el famoso “dimitir”, que si pudieran, cualquier día lo quitaban del
diccionario.
*FOTO: DE LA RED
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