Si la vida fuera un número
circense, ya podemos estar tranquilos, porque para este fin de semana, al
menos, ya nos han puesto la red, ya hay partidos de fútbol. Porque estos días
donde la sombra de una posible huelga de futbolistas ha rondado por todo tipo
de medios de comunicación, daba la sensación de que nos iban a cortar el
oxígeno, y la humanidad, al menos la española, esa que besa de verdad, se iba a
quedar sin respiración.
Así, a primera vista, parecía que, por una vez, y rizando el rizo, la clase millonaria
amenazaba con una huelga, aunque luego en todos los medios de comunicación, que
en ese momento se convertían en abogados defensores, se nos
recordaba, una y otra vez, que la mayoría de los futbolistas ni son
millonarios, ni tienen la vida resuelta. Aunque al final, también se dice que en el fondo lo que primaba era que, presuntamente, los gerifaltes de la federación lo que no quieren es rendir cuentas al fisco, como al parecer lo han estado haciendo hasta ahora. Y como ocurre en la mayoría de huelgas que se precien de serlo, unos ponen la cara, en este caso los futbolistas, y otros cardan la lana, recordando siempre, siempre, que al parecer la sombra de Villar es alargada.
Si tienes alguna duda de que
la vida es algo más que futbol, abre el buzón, el tuyo, y allí encontrarás la
verdad: publicidad de todo tipo, y facturas, muchas facturas. Esa es la cruda
realidad. Y ahora, sin que este vecino del mundo se intente poner filosófico,
ha llegado a la conclusión de que incluso en un buzón se puede encontrar ese
famoso círculo vital, que nos cantaban en “El rey león”, porque la publicidad
de hoy se convierte en las facturas del mañana.
Eso de ejercer de “blogger”
(porque lo de “bloguero” siempre me suena más a vendedor de globos, y los
globos se sienten y sufren, pero no se
deben de vender), me ha hecho ver la vida como si leyera un libro, y estuviera
todo el tiempo fijándome en el sujeto, el verbo y el predicado; haciendo siempre comentarios de texto de lo que estoy leyendo, en este
caso viviendo.
Y la vida debe de ser como
un buen vaso de vino, que no hace falta mirarlo, sino solo beberlo y sentirlo
como baja. Porque, y volviendo al principio, si la vida te la tomas como un
partido de fútbol, siempre hay ganadores y perdedores, y la vida simplemente es
para vivirla, porque la partida al final siempre la vas a perder, pero puedes
ir ganando pequeñas experiencias y grandes amigos, que al final, es de lo que
se trata.
*FOTO: DE LA RED
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