El
show de Palma, o dicho de otra manera, el denominado Caso
Nóos, acaba de empezar, exactamente ayer, y no sé si nos vamos a
divertir con las salidas de pata de banco de los diversos abogados por llevar
el ascua a su sardina, aprovechando esas bellas costas marineras que les
circundan, lo que ha quedado claro desde un primer momento es que no nos vamos
a aburrir.
Hay cosas que se saben de siempre, o de nunca, pero no se
dicen por obvias, y porque aunque sean verdad pueden molestar a alguien. Todo
el mundo, a partir de cierta edad, sabe quiénes son los verdaderos Magos de
Oriente, pero nunca se dice por obvio o porque puede haber “ropa tendida” y se
puede manchar, porque la verdad mancha, y si entras en contacto con ella, ya
nunca más serás igual.
Lo de que “Hacienda somos todos”, más o menos se
sospechaba que como mínimo algunos éramos más que menos, pero nunca se había
dicho así tan a las claras como ayer lo hizo la abogado del Estado Dolores Ripoll, que el lema "Hacienda somos
todos" es meramente publicitario. Si a las primeras de cambio disparamos cañonazos,
no va a quedar ni el decorado del juicio.
Por cierto, lo del Fiscal Anticorrupción, Pedro Horrach, es
tan surrealista comparado con la imagen que del fiscal se suele tener en el
cine americano, que cualquier día nos encontramos con una O.N.G. Pedro Horrach
dedicada a la aclaración y salvación de nobles en proceso de procesos
judiciales.
Desde hace un tiempo ha quedado muy claro que en España
el mejor guionista, y por mucho, es el destino, porque que aparezca una foto
del Señor Fiscal, en el caso Nóos, el ya mencionado Señor Horrach en su
despacho, muy serio él, muy digno él, y en un segundo plano un carro de la
compra (¿un carro de imputados?) supuestamente de procedencia ajena, y con una apariencia muy a lo “Mercadona”, es más
flipante, hiriente y tajante, que el último plano, y que es donde se descubre
todo el misterio sobre Rosebud, en Ciudadano Kane.
Y, quizás, todavía queda un gran divertimento en este show
de Palma, y que probablemente nunca se nos desvelará, es el saber lo que opinan las tres juezas que llevan el caso (Samantha
Romero, Eleonor Moyà y Rocío Martín) y que, tras un amplio historial de 32 años de
experiencia conjunta, tienen que lidiar entre otras cosas, con esa imagen, muy contraria a la suya, que
nos quieren vender de una Infanta Cristina muy esposa de su marido, y que
presuntamente hace todo, firma todo, lo que el macho de la casa dice, sin
plantearse nada, y accediendo a todos sus deseos como buena ama de casa y
compañera.
Para cuándo habrá una nominación a los Goya al mejor
guión original al destino español y su peculiar manejo del humor y la ironía.
Un consejo, si no se lo toman como algo personal, porque en ese caso sufrirán, y mucho, con El
show de Palma nos vamos a mondar.
*FOTO: DE LA RED
No hay comentarios:
Publicar un comentario