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jueves, 8 de marzo de 2018

CAMBIANDO EL DIGO POR EL DIEGO

Hoy, 8 de Marzo, Día internacional de la mujer, no tenía previsto escribir nada al respecto, porque tenía claro que escribiera lo que escribiera, seguro que no iba a estar a la altura para ninguna de las dos partes, porque siempre hay diferentes partes. Sin embargo, he observado dos detalles de los que no los buscas, sino que saltan a la vista, y que han hecho que no me pueda reprimir, y solo han pasado quince horas de un día mucho más importante de lo que much@s quieren admitir.

Veo por la tele al Señor M. Rajoy, nuestro Presidente por ahora, y por lo que parece durante mucho tiempo, ya que lo que se dice espabilar no debe de ser lo nuestro. Y se ha comprometido hoy, el Señor Rajoy, durante su intervención en unas jornadas del Partido Popular Europeo (PPE) en Valencia, “a seguir trabajando en la defensa de la igualdad real entre hombres y mujeres, sin regatear ni un solo esfuerzo". Y ha señalado, por lo que dicen además los presentes, sin parpadear, que esa lucha debe ser una tarea común en Europa todos los días del año

Durante el acto, además, ha llevado un lazo morado en la solapa del traje. Ha pasado en muy pocos días, y por lo dicho en su momento durante una entrevista con Carlos Alsina en las mañanas de Onda Cero, de "no querer entrar en ciertos temas" a luchar por ellos, según él, todos los días del año.

Se suele decir que parte del ritual de la caza es vestirse con ropas de cazador que en realidad no es más que intentar camuflarse con el medio ambiente. Hoy el Señor M. Rajoy diríamos que ha hecho lo mismo en su versión “caza del voto de la mujer”, para lo que ha utilizado, sin dudarlo, ese famoso lazo violeta. Y es que si para un Rey de Francia, París bien valía una misa, para un Presidente de España, un simple color, aunque no fuera un color ligado a  los “machotes”, tampoco iba a ser un impedimento.

Sinceramente, estoy muy enojado, con ese intento de decir cualquier cosa, “seguir trabajando en la defensa de la igualdad real entre hombres y mujeres”, “sin regatear ni un solo esfuerzo”, frases que son totalmente contrarias a la manera de ser y hacer de nuestro “presi”, experto sólo en dejar pasar el tiempo para que todo siga igual.

Y en otro orden de cosas y dimensiones pero siguiendo con el mismo tema, este mediodía, nuestra televisión, la TVE1, de todos los españoles, sin hacer nada, se ha retratado fidedignamente.

Momentos antes de las dos y media, este vecino del mundo (como consumidor de programas de cotilleo, en su versión edulcorada, porque la otra versión, la sanguinolenta, queda para el Canal Feliz, y este vecino no la practica por prescripción facultativa) estimaba que hoy era un buen momento para que “Corazón” fuera presentado, siendo el día que era, por un hombre. 

Y los de TVE1, siguiendo directrices o haciendo de su capa un sayo, han cambiado la programación en ese momento, y han dado un programa de esos que se dice “enlatados”, un capítulo de esa serie, con voz en off de Santiago Segura e ilustraciones, del recientemente fallecido, Forges, llamada “Viaje al centro de la tele”. En realidad, ha sido una autentica metáfora de un proceder sin cabeza, y por supuesto sin sentimientos, un auténtico viaje al centro de la “pre-histeria”.

Siempre he opinado que esta huelga estaba claro que no iba a servir para nada, al menos para su fin último, igualdad en todo, pero visto lo visto, más de uno, y de una, ha tenido que retratarse, y como mínimo cambiar el digo por el Diego.


*FOTO: DE LA RED

lunes, 10 de octubre de 2016

ESOS RINOCERONTES QUE ME RODEAN...



Hace muchos años, cuando solo había un canal de televisión, con muchas cosas malas, pero con cosas buenas también, como aquel siempre recordado “Estudio 1”, vi precisamente aquella obra, dicen que cumbre en el llamado “Teatro del absurdo”, “El rinoceronte” de Ionesco, con un colosal José Bódalo.


Según el argumento, resumiéndolo al máximo,  hay una especie de plaga en el mundo en el que poco a poco todas las personas se van convirtiendo en rinocerontes. 


Han debido de pasar tranquilamente más de cuarenta y cinco años, y aunque era niño, nunca he olvidado aquel tan dramático momento. Y como el significado de la obra es de los que se calificarían como “abiertos” a muchas teorías, hay momentos en los que tengo la sensación de que nos estamos convirtiendo en verdaderos rinocerontes, por ejemplo, no destruyendo nuestro idioma, el castellano, pero sí maltratándolo una y otra vez.


Ocurre que últimamente que se predica "igualdad", la única igualdad verdaderamente alcanzada es la manera de hablar. Un día descubres una palabra, o un dicho, y a los pocos días te das cuenta que hasta lo dicen por televisión o en tu programa de radio favorito.


De un tiempo a esta parte, por ejemplo, ya es común esa expresión que cuando pides una opinión a alguien, en lugar de contestar directamente, te dicen eso de “...no, lo siguiente”. 


Preguntas: ¿Te gusta eso?  Y te contestan: No, no me gusta, lo siguienteNo dices nada pero piensas, dentro de tu lógica: Si es algo más que gustar, sería, por ejemplo, que le chifla. Hasta que te das cuenta que gran parte del día, esa persona en cuestión utiliza el mismo cliché. Ya es un rinoceronte completamente perdido, y sin remisión. Y tú ya tienes miedo de que te haya contagiado ese virus, porque te vas pesando “Ese no es tonto, sino lo siguiente”.


Gracias a Dios ya pasaron las elecciones del 25 de Septiembre, y con ellas ese empacho de “SORPASSO”. Y este vecino del mundo siempre se preguntaba por qué no utilizaban el verbo “ADELANTAR”. Muy probablemente porque de esa manera pretendían ser “los primeros de la clase”. Y seguro que algo de eso había.


Mención aparte merecen esos anglicismos que ya nos han invadido hasta lo más íntimo. Hoy mismo, en un negocio donostiarra, he visto que en su publicidad, era una pastelería, anunciaban pasteles “home made”. Y he llegado a la conclusión de que la diferencia entre “casero” y “home made” seguro que indefectiblemente está en el precio, mucho más caro.


Y ya lo último, y que me ha motivado a escribir este post es esa manía en la que últimamente, los periodistas deportivos especialmente, pero que hoy ya lo he oído en otro tipo de ámbito, cada vez que entablan una comparativa dicen que algo es “muy favorito”.  Que este vecino del mundo sepa, favorito solo puede ser uno, por eso precisamente lo es, por lo que “muy” sobra.


He tomado una determinación; ya no voy a salir a la calle nunca más, porque la calle ya está llena de rinocerontes. Y, por supuesto, he quitado los espejos de casa… Más que nada, por si veo uno… 

*FOTO: DE LA RED


martes, 5 de enero de 2016

REINAS MAGAS, LA TRADICIÓN DE ESTE AÑO



Ahora resulta que tenemos otro problema más para escribir la carta a los Reyes, porque lo hacemos…¿a los Reyes o a las Reinas?. Si no me queda más que elegir, y como la experiencia es un grado, este vecino del mundo se decantará por las Reinas Magas, porque, seamos prácticos, al final siempre son ellas las que preparan los regalos, o dicen, la última palabra.


Otra cosa es la tradición. Pero si algo estamos aprendiendo en estos últimos tiempos es que las tradiciones están para cambiarlas, y que algo que se ha hecho por una vez, el segundo año ya es tradición.


Personalmente cuando se comenzó a hablar de poner Reinas Magas, inocente de mí, me imaginaba el tema como mujeres disfrazadas de Melchor, Gaspar o Baltasar, que a los ojos de los infantes, destinatarios últimos del “show”, por decirlo de alguna manera, no variaba nada. Sin embargo, visto lo del domingo con la denominada “Cabalgata laica”, en Valencia, y presidido por las Reinas Magas “Libertad”, “Igualdad”  y “Fraternidad”, ya directamente me he imaginado uno de los carruajes presidido por una guillotina gigante, resplandeciente ella, muy cortante ella. Solo me falta saber si estas reinas van a traer carbón a los niños que no sean republicanos, porque según se dice es un auténtico remedo de la última cabalgata republicana que se hizo en Valencia.


Seamos serios, desde mi punto de vista al menos, unos señores con barbas y todo tipo de disfraces, dan un cierto aire de misterio a los niños, que viene bien en ese mundo de luces y sombras en el que todavía viven, y en el que cada día van aprendiendo algo nuevo. Y parece que hay que explicarlo, pero “los disfraces” de pelucas y barbas pelirrojas, grises y de tez negra, es un mero artificio, junto con lo exótico, a que de un año a otro se puedan cambiar los miembros sin que prácticamente se note. Cosa que también funciona igual con sus equivalentes tanto en Euskadi como en Galicia.


Pido perdón de antemano, pero ya se sabe que siempre digo lo que pienso, y por las fotos vistas, unas cuantas, “Libertad”, “Igualdad” y “Fraternidad”, las del domingo en Valencia, están encantadas de haberse conocido, y en ningún momento se les ve haciendo caso a la plebe infantil, no lo olvidemos, razón principal del acto, y directamente remiten en su apariencia a una alta clase social pija entre las pijas,  y de usos y costumbres tan separados del Lejano Oriente como del españolito medio. Y que de un año a otro,  se va a notar el cambio en los personajes. Es más, es posible, que para ahora, más de un niño haya dicho eso de: “Qué hace ahí la loca de mi madre. ¡Qué vergüenza para la familia!


Al ver las fotos de ellas, tan risueñas y “campechanas”, ya se sabe que esta palabra lleva mucho tiempo ligada a la realeza española, me he acordado (¡qué le voy a hacer si mi mente asocia imágenes de esta manera!) a aquellas imágenes en que una desconsolada Montserrat Caballé, desolada entre las desoladas por el incendio del Liceo, santo y seña de la sociedad catalana más catalana, y al que no podía entrar cualquiera, pide, y además en un excelente castellano, dinero a todos los españoles.


Sé que hoy me he podido meter en un jardín inmenso, y también es posible que mi Reina Maga particular me haga gentilmente trasladarme a otra ala del palacio, y dormir allí hasta que haya pagado con el carbón del desdén por dar una opinión que, además, nadie me había pedido. Pero de la buscada de la paridad, hemos llegado, pasando por una parida, que aunque se parece semánticamente, nada tiene que ver, a un derrocamiento real,  por algo que tiene mucho de fuegos fatuos y de disfrazarnos de carroza real fémina una igualdad, que el día a día lo desmiente.


Mientras, los niños, más desorientados que una brújula ante un imán.

FOTO: DE LA RED

miércoles, 14 de octubre de 2015

EL PASTEL ENVENENADO DE GRAN HERMANO 16


Este vecino del mundo tenía pensado hablar sólo de Gran Hermano 16, el día después de cada gala de expulsión, que normalmente son los jueves. Pero como se suele decir como variante al dicho tradicional: El hombre propone, Dios dispone, y el Diablo lo descompone. Y antes de que venga mañana el diablo, que puede adoptar muy diversas formas, como una gran campaña en todos los balcones de la casa Telecinco, en forma de gran mayoría de colaboradores a favor de que Suso se puede salvar, este vecino quiere dejar bien claras unas cuantas cosas antes de que ese concursante se pueda salvar mañana.

En primer lugar, este vecino ignora si el mismo nombre, “Suso”, es diminutivo de algo, nombre que familiarmente le dan al concursante, o simplemente su nombre real, sea lo que fuere, al concursante le viene como anillo al dedo.

El Suso (algunas veces, y según la zona puede adoptar diversos nombres como chucho, susú, xuixo o xuxo) es el nombre que se le dá a un pastel con crema por dentro. Y Suso, el concursante, en realidad es eso, algo que se vende por su apariencia más bien golosa. Gustará a hombres y mujeres, especialmente al género femenino que se siente atraído por un hombre canalla, al que muy secretamente quiere redimir, pero que no se da cuenta que él no quiere ser redimido.

Suso, el concursante,  no deja de mirarse en todos los espejos de la casa, porque está enamorado de sí mismo, y solo busca a las mujeres para hacer una muesca más en su culata y para reafirmarse con cada conquista (donde pone el ojo, pone la bala, y todo lo que pueda, menos el corazón) de que él es el mejor, el más guapo, el…todo, y solo se merece reposar en el Olímpo de sí mismo.

En el caso de la madre de Suso, y no me gusta hablar de las personas que no concursan, pero ella está tomando parte muy activa en el intento de su salvación, debería de diferenciar el salvar la cara a su hijo, callándose por ejemplo lo que cree que hace mal, con intentar vendernos la moto de que lo que hace mal lo hace porque es joven.  Para su madre: ¡Solo tiene 22 años!  En cambio, según su testimonio también, la mayoría de la culpa de su comportamiento la tiene Sofía, que tiene 19 años, pero que en ella no aplica el que es joven.

Además, y siguiendo con la teoría de su madre, todo lo que hace es para que el público se ría y lo pase bien. Hoy ha dicho en uno de los programas que va apareciendo, que si a su hijo le expulsan el jueves, el programa deberá de contratar a un payaso porque los demás son muy aburridos.

Habría que explicarle a Merche, la madre de Suso, y se lo podría contar además, como gran estudioso en Gran Hermano precisamente,  Quique, el médico, aunque su hijo le llame despectívamente "el bibliotecario", que una de las páginas más bonitas de Gran Hermano, fue en su novena edición la protagonizada por Judith Iglesias, a la postre ganadora, y primera reserva en ganar el concurso, quien nos deleitó con sus grandes conversaciones con Andalla, sobre muy diversos temas.

Ya para terminar con el capítulo de la mater amatísima, me gustaría preguntarle, y sin ánimo de hacer sangre, si a su hijo en casa le han hablado, y lo digo en plural, alguna vez de la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, de la solidaridad, y de la conveniencia de cultivar, junto con el cuerpo, también el intelecto. Porque no toda la educación hay que darla en la escuela... Y su respuesta además podría aclarar muchas cosas.

Siempre se dice que los futbolistas, con lo que ganan y con los millones de seguidores que tienen, deberían de dar ejemplo de buen comportamiento. Sin embargo, no nos preocupa que estos famosos, aunque lo sean por tres meses, den mal ejemplo. Es más, en más de un caso son una especie de mando a distancia de los deseos ocultos del que mira. Yo no lo puedo hacer porque todo mi entorno me conoce pero que lo haga él y en cierta manera cumple mis sueños.

Que siga Suso, ese pastelito de crema envenenada, significa pura y duramente el culto al cuerpo, a las apariencias, al machito, al nada por dentro, todo por fuera, reírse de los “bibliotecarios”, de la gente que tiene una formación.

Suso, y ya lo ha dicho, promete más de lo mismo, falta de compromiso con los demás,  y más “tetas veo, tetas quiero”. Ahora parece que se ha fijado en Niedziela, y si le dejan dentro de la casa hasta el final del concurso, corre peligro de terminar la ronda de todas las mujeres de la casa,  y comenzar una segunda.

¡Abrid los ojos!, A Suso no le han marginado sus compañeros. Se ha quedado solo porque ha querido, y porque le resulta lo más fácil. En el fondo, es un cobarde. Hace una putada queriendo, a cualquier concursante, tergiversando los hechos porque le da la gana, además lo ha reconocido, y en lugar de dar la cara, se refugia en sus cuarteles de invierno. Come solo, porque es más fácil para él no ver los ojos de los demás.

Este vecino del mundo tiene entendido que por contrato los concursantes tienen que cumplir muchos requisitos, entre ellos: comer junto con los demás, y este pastelito de relleno, Suso, en este caso muy amargo y pesado, se va a comer solo, sin que la organización, al menos no me consta dato en contrario, le recrimine su actitud.

Antes de votar para que siga en la casa (como al parecer muchos están haciendo), y vosotros, desde fuera como un Pilatos cualquiera, os limpiéis las manos ante cualquier desaguisado que pudiera cometer, haceros una pregunta: ¿Si vosotros estuvierais en el concurso, o tuvierais una hija, o una hermana dentro, desearíais que Suso, el pastelito, el orgullo de sí mismo, estuviera cerca, o incluso más que cerca? La respuesta creo que más que clara, es nítida.

El resto, la misma cadena y su mariachi (los colaboradores) que digan lo que quieran, porque Telecinco está pensando en llenar todo sus huecos con publicidad, que la vea el mayor número posible de espectadores, y el mariachi, en que su empresa gane bien, para poder pedir incluso más dinero.


Nosotros, todos los demás, no somos más que tontos útiles; pero este vecino sentía la necesidad en conciencia, de advertir y aclarar ciertas cosas, antes que el mal esté hecho.

*FOTO: DE LA RED


miércoles, 23 de julio de 2014

NI TÍO, NI TÍA, NO SON MANERAS

Ignoro si lleva mucho tiempo anunciándose por televisión, pero en los últimos días este vecino del mundo ha visto un anuncio que bajo un ligero prisma de humor anima a “adoptar un tío”, así, como suena.
Para aclarar el asunto este vecino ha indagado por internet y, por de pronto es una idea francesa, lleva allí casi cinco años, y con relación al mismo tema, este vecino se ha encontrado con las siguientes perlas, en la web. "…un nuevo concepto de mercado cuyo objetivo es convertir a los hombres en productos de consumo para mujeres.”
“..En Adoptauntio.es han tomado desde el principio la decisión de ofrecer un producto atractivo, con un toque de humor y una estética muy cuidada a la vez que desenfadada y cercana. ¿Que cómo funciona? Imaginaros una tienda online en la que venden ropa, zapatos, complementos… ahora imaginaros que el producto principal son hombres y que en vez de “pagar” por ellos, las mujeres son las que toman la decisión de si hablar con un chico o no.”
Lo adjuntado en negrita y en cursiva se ha encontrado en la red, a las primeras de cambio,  a modo de explicación de qué es esa web.
Ahora, imaginémonos que donde dice “tío” ponemos “tía”, y parece que, en una especie de túnel del tiempo,  hemos retrocedido unos años, y de pronto asoma “la mujer objeto”.
Este vecino se ha criado en una familia vasca en la que reinaba, como en casi todas, el famoso matriarcado vasco, y desde pequeño le enseñaron que los hombres y las mujeres son iguales. Y también le inculcaron esa célebre máxima de “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”.
Este vecino del mundo tiene, lamentablemente, más vida por detrás que por delante, y es difícil, muy difícil, de escandalizar, pero oír ya la expresión “adopta un tío” le humilla, porque si suena mal dirigirse a una mujer, como “tía”, ¿por qué va a sonar bien “tío”?
¡Ah! Lo olvidaba… Está todo impregnado de un toque de humor. En muchos anuncios en los que antes el rol era encarnado por una mujer, ahora lo hace un hombre, pero la mayoría de las veces con un toque de humor. Y es que, en este caso, el humor se utiliza como vaselina para que no haga daño, como tantas veces en cuestión de sexo.
Hace unos años una marca de lavadoras, quiso publicitar la idea de que los hombres se hicieran cargo de lavar la ropa, y para “incrustar” la idea, en el anuncio no se veía  a ningún hombre en ningún momento, digamos que en una “situación normal”, sino vestido con mallas y en gestos, por decirlo de alguna manera, cuando menos “curiosos”.
¿No hubiera sido mejor decirlo llanamente? “Señores, usar la lavadora es muy fácil, la pueden usar ambos sexos, ambos, y a nadie se le tiene que caer los anillos por ello.” Así nos hubiéramos evitado las bromitas, y el mensaje hubiera sido más que claro, nítido.
¿Por qué siempre que se gana una batalla tras muchos años de lucha, y este vecino no sólo se refiere a la igualdad entre hombres y mujeres (que no nos vamos a engañar, todavía no se ha conseguido),  después se cometen los mismos errores, por decirlo de alguna manera, por el otro bando?.¡Ojo! Que la citada publicidad también puede haber sido diseñada por un hombre, para “dorar la píldora” a la mujer. Sea lo que fuere, en ningún caso, es justo.

*FOTO: CAMPAÑA PUBLICITARIA