Siempre se ha dicho que una
fotografía vale por mil palabras, pero hoy, en este post, vamos a hacer al
revés. Hablaremos sobre una auto-foto (selfie), o incluso podríamos denominarlo “autorretrato”,
que se ha hecho viral por Twitter, y como si fuéramos un Sherlock Holmes cualquiera, le haremos
una especie de autopsia honoris causa.
¿La autora?
Una tal “Alyssa”
(porque presumiblemente puede ser un apodo), de Nueva Orleans.
Muy importante el pie de la
foto o, mejor dicho, el tweet o mensaje que explicaba la imagen (foto que
acompaña a este texto), y que traduciéndolo libremente del americano, sería:
-Voy de cena, porque
necesito una excusa para vestirlo.
Escrito el 23 de Diciembre
pasado y se ha hecho mundialmente comentado por el desastre que se muestra en su
habitación, y por el tipo de comentarios recibidos, que van desde “¡Por
Dios! Mirad esa habitación. Rezo por quien se case contigo”, los que
analizan cada objeto que está almacenado en el suelo, y hasta los que le preguntan
“Si
también necesitas una excusa para ordenar la habitación”.
Pero quizás, si cabe, es
mucho más clarificador de la manera de pensar de esta joven, el mensaje que da, en una de las líneas que acompañan a su “perfil”:
“… probablemente no estaré
interesada a menos que tengas un doctorado”.
Antes, normalmente, cuando
te sacabas, o dejabas que te sacaran, una foto, estaba en un contexto, una reunión,
una cena, unas vacaciones (casi como prueba para que vieran que realmente
estabas allí). Ahora, cuando la foto digital no cuesta nada, porque va en el
importe del teléfono, el paisaje no importa, solo el egoísmo del yo.
No soporto cada vez que voy por la calle y veo a jovencitas que se paran, sin comprobar si a alguien le cortan el paso, por esa necesidad insoportable de sacarse un selfie, e inmediatamente, sin decirse nada entre ellas, automáticamente todas sacan morritos, levantan una mano para dejar alzados dos dedos, o incluso uno, y comienzan a contonearse mientras se ponen de perfil. Tengo la sensación de que me he perdido alguna señal, y estoy en la mitad de “una alfombra roja”, siendo yo la noticia al entrar con esas pintas de ser un hombre ¿normal, o anormal?
La joven en cuestión, Alyssa, en
ningún momento había reparado en cómo tenía la habitación. Como se diría en mi
pueblo, a lo mejor lo ocurrido le ha hecho “caer del guindo” del caos
que le acompaña, y más que probable que no sea solo en su habitación. Aunque
por aquello de piensa mal y acertarás, siguiendo con la aparente manera de
pensar, y que la Tierra no gira alrededor del sol, sino de ella, está todavía
más contenta, y las tomaduras de pelo recibidas, las ha transformado en envidia
por parte de los opinantes.
Quizás todo tenga su origen
en una mezcla de varios motivos:
-Esas ganas que todos
tenemos, como padres, de que nuestros hijos no pasen por lo que nosotros
pasamos, y se lo pongamos todo muy, muy fácil.
-Esa manera de entender la
relación entre padres e hijos y que se
traduce en “somos amigos”.
-La manera que explican “qué
es ser joven” especialmente en la televisión, y que en España tiene su mejor
escuela en los ”realities” de la “Cadena Alegre”: culto al cuerpo, a las
descalificaciones, al dinero fácil, al estudiar para qué, “y yo voy con la verdad por delante”.
De todas maneras, y tal como
están las cosas, en cualquier momento recibiremos una foto de un amigo/a, que
estando, por ejemplo, en París, nos diga: Junto a mi tiene la suerte de estar una
tal Torre Eiffel.
Llevo dándole vueltas a este
tema desde hace dos días, en cuanto me enteré del asunto, y quizás, como muchas
veces, mi subconsciente en forma de sueño, ha hablado por mí esta noche:
Estaba, por lo que recuerdo,
en un velatorio, y no sé por qué, ya que creía, durante el propio sueño, que no se debía de hacer porque
lo veía irreverente y fuera de contexto, alguien tuvo la idea de que nos sacáramos una foto, como dirían en
una película con doblaje sudamericano, “con el finado”, cuando de pronto, el muerto saca morritos, se yergue mirando a
la cámara y sonríe mientras levanta su brazo derecho con el signo de la
victoria.
¿Increíble? Tan increíble me
hubiera parecido hace menos de diez años, todo lo que está ocurriendo con ese
culto al “yo” y al dinero fácil, frente a la cultura y a la honestidad.
¿Y el futuro va a depender de gente como aparenta ser Alyssa?...
Quizás no debiera haber hecho esa pregunta, porque no quiero saber la respuesta...
*FOTO: DE LA RED