Muchas
veces han preguntado a este vecino del mundo el método que emplea
para escribir un artículo, y es tan simple como sentarse, relajarse
e intentar que aquello que se agita interiormente salga a la
superficie. Una especie de psicólogo de ti mismo, en el que te ves
tumbado y comienzas a decir lo que te preocupa, o aquello que en
cierta manera no te ha dejado indiferente.
Hay
días que llevas temas preparados y otras veces uno era el propósito,
y otro lo que en realidad sale de dentro.
A
Picasso se le atribuye la frase “si vienen las musas que te pillen
trabajando”, y este vecino está totalmente de acuerdo con el
artista malagueño. La actitud mental sería muy parecida a
agacharse para comenzar a recoger hilos que vas encontrando, y
algunas veces el citado hilo te lleva al ovillo, y otras el hilo solo
era eso, un trozo de hilo que no llevaba a ninguna parte.
En
el día de hoy me persigue desde que me he levantado la imagen de
Soraya Sáenz de Santamaría, esa mezcla de fragilidad y de no haber
pasado bien la noche, y consiguientemente estar de “mala milk”. Y
la verdad es que esa imagen me da mucho miedo, porque se podría
intuir una doble personalidad, con una parte que hace el mal, y otra
que se arrepiente y va pidiendo clemencia por las esquinas.
En
época de entrega de premios a las mejores actuaciones, la
vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría se
descuelga, en la presentación del Fondo Social de Vivienda,
con un monólogo en el que busca la lágrima, incluso la suya, que
dicho sea de paso no llegó al menos durante la escena a toma única
urdida como en los mejores tiempos del NO-DO.
Está
clara que Doña Soraya es una actriz del método..., del método para
hacernos todo tipo de cortes y recortes, y a la vez intentar que le
comprendamos.
Si
en realidad lloraba por aquello de que “cuando veas las barbas del
vecino cortar...”, hay que confortarla diciendo que debe de
tranquilizarse, ya que a ella seguro que eso nunca le va a pasar,
porque en el utópico caso que le fuera todo mal, la gente de su
partido ha dado grandes muestras, especialmente en el caso de Ángel
Carromero, para darse prisa en utilizar todos “nuestros” recursos
a ayudar al compañero en apuros.
Por
cierto, es curioso el detalle de ser requisito indispensable
el tener un niño de tres años para poder optar a un piso del Fondo
Social de Vivienda, porque de esta manera se promociona el aumento
de la natalidad, y se asegura casi totalmente que las parejas
homosexuales no puedan optar a ellos, porque si han sido desahuciados
de un piso por falta de recursos, difícilmente habrán podido
gastarse ese dinero que no tienen en tener familia.
Hay
mañanas en que no hace falta ni agacharse para recoger el hilo del
suelo, pues te echan el ovillo directamente al ojo.