Vaya
por delante, que la intención de este vecino del mundo en el tema de
hoy, no es hacer leña del árbol caído, ni siquiera de mover sus
raíces un poco, solo aprovechar aquello de que el Pisuerga pasa por
Vallodolid.
Los
periódicos digitales de hoy se hacen eco de una importante metedura
de pata de Mariló Montero, presentadora del programa matinal de
TVE1, concretamente durante la retransmisión en directo del cortejo
fúnebre que acompañaba a los restos de Sara Montiel por las calles
de Madrid.
La citada presentadora preguntó a la joven reportera
desplazada al lugar en cuestión: -¿Qué
hay dentro del coche de Sara Montiel?-. La joven, se supone que con
una mezcla de asombro y estupor, contestó con una obviedad, como no
podía ser de otra manera: -Tiene los restos mortales de la actriz-.
Y a partir de ésto, se ha dicho de todo, y nada bueno, sobre la presentadora en
cuestión.
En
honor a la verdad, y sin ánimo de echar un capote a nadie, pero
intentando no faltar a mi opinión, este vecino del mundo quiere pensar
que la pregunta de
la presentadora era relativa a una foto colocada junto al féretro,
y que era el único objeto que acompañaba al vehículo, por expreso
deseo de la actriz.
El
poder, y el arma de un periodista, es la palabra, bien sea escrita o
hablada. Sin embargo, muchas personas, y en especial las nuevas
generaciones, no se dan cuenta del poder del silencio, y hay momentos, como el de ayer, en el que las palabras sobran.
Este
vecino, como espectador televisivo, está harto de ver momentos en
que a gente conocida, evito el usar la palabra “famosa”
expresamente, especialmente en momentos tristes, por el fallecimiento
de algún allegado, y viendo claramente que no se encuentra en
condiciones, ni es el momento, de contestar, se le pregunta el
famoso: -¿Cómo estás?-
En
ese momento siempre deseo que la persona entrevistada levante la cara
y mirando directamente a los ojos del periodista de turno, le
conteste: -¿Cómo te encontrarías tú?
En
realidad, la mayoría de las veces, al periodista que pone la
alcachofa no
le interesa que respondas eso, sino lo que quiere en realidad es
ponerte la citada alcachofa en el ojo, para molestar, y que tengas
una mala contestación para crear una nueva noticia, y de un poco de
nieve crear una gran bola.
Muchas
veces convendría recordar que es el momento, la escena en sí, el
que habla, y que una imagen puede valer más que mil palabras, o por
lo menos, el silencio del respeto.
*FOTO: DE LA RED