sábado, 8 de diciembre de 2012

RECURSOS A LA DONOSTIARRA


“Que por mayo era por mayo cuando hacían la estación…”
Remedando al clásico se podía decir así, después de  que ya se ha confirmado el comienzo en mayo del año que viene de las obras de la famosa, y eso que todavía no se ha realizado, estación de autobuses donostiarra.
Desde la atalaya en que este vecino del mundo observa y luego escribe, es sinceramente muy difícil de creer que no haya cambios de fechas ni atrasos sine die, porque si en épocas de vacas gordísimas no comenzamos las obras, ahora si eso ocurre deberíamos de salir en primera plana de cualquier periódico a nivel mundial.
De todas maneras, el donostiarra de pro tiene sus propios recursos para animarse en épocas en que vienen mal dadas. Lo más manido es apelar en cualquier momento al  “marco incomparable” como si con eso, con tener un paisaje envidiable, se arreglara todo.
Es triste decirlo, pero para tener ese paisaje no hemos hecho nada, la mera casualidad, porque si hubiéramos tenido que comprarlo, todavía estaríamos sin decorado.  Con eso de que para cualquier cosa hay que crear comisiones a favor y en contra, al final como no se ponen de acuerdo, siempre nos quedamos sin nada. Y sino a las pruebas me remito en lo que a estación de autobuses se refiere, que andamos pelando la pava desde mediados de los setenta ( sí, del siglo anterior), y de lo que ya nos hemos hecho eco en esta atalaya en múltiples ocasiones.
Lo del marco incomparable viene al pelo para explicar cómo es el donostiarra. Él es muy de observar, organiza grandes fiestas en la Semana Grande, pero normalmente la participación es para mirar; charangas, para ver, con muy poca gente bailando por detrás; concurso internacional de fuegos artificiales, para mirar, otra vez. Es que el donostiarra nunca  se descompone, y menos en una fiesta.
Otro recurso donostiarra es recurrir a la imaginación para intentar competir, muchas veces con el vecino vizcaíno. Que ellos tienen metro, a nosotros nos da lo mismo, cogemos el viejo tren del “topo” (por los años que ya tiene, aunque las unidades sean nuevas), le cambiamos el nombre, le bautizamos como “metro”, y…¡fuera complejos!, para nosotros la honra y para ellos el dinero.
En cualquier caso, siendo así, no hacemos mal a nadie, solo a nosotros, y además, no nos vamos a quejar, para no descomponer la imagen.

*DIBUJO: DE LA RED

No hay comentarios:

Publicar un comentario