Hace unas horas que ha acabado la liga, con la mayoría de los partidos jugados a la misma hora por aquello de las suspicacias y de los maletines, que por cierto, éstos deben de ser como los billetes de quinientos euros, o incluso las meigas que nadie ve pero que existir parece que existen.
Ayer tenía cosas que ordenar en casa, de lo poco que te dejan ordenar en casa, una vez que estás casado, porque para lo demás están ellas, con ese dedo, el de ordenar, que como el de ET parece que se pone hasta rojo en momentos culminantes. Mientras, en un segundo término, tenía ese aparatito llamado radio, con pinta de indefenso pero que en días, como el de ayer, parecía una olla a presión. Era tal el follón que en ciertos instantes se montó, que miraba al aparato de radio en sí, por si se movía o incluso cambiaba de color, y no veía nada, pero lo que es oír, todos los colores del arco iris metamorfoseados en diferentes sonidos.
Si hay que definir al día de hoy sería como el de la resaca de sentimientos, con declaraciones como “se veía venir”, o “es que este año el estamento arbitral se ha portado muy mal con nosotros, escamoteandonos varios penaltis en momentos muy importantes”.
El fútbol en general, puede ser como una parábola de la vida en sí, con ricos, con pobres, con ganadores y perdedores, con figuras y con obreros, con sueños que te venden, y realidades que te encuentras.
Una liga de fútbol se asemeja mucho a un curso estudiantil, con deberes que tienes que hacer y que muchos los van dejando hasta el final. Hay alumnos que son verdaderas figuras y meten goles en cualquier campo, en el de las matemáticas, en el de las ciencias, y otros que solo encuentran excusas, como que el “profe” se la tiene guardada desde hace mucho tiempo, y haga lo que haga no aprobará nunca.
Y es que el profe y el árbitro son tal para cual, lo mismo en mundos diferentes. De hecho, desgraciadamente no es difícil encontrar maestros o maestras agredidos por un padre, o madre, que en este caso, serían los equivalentes a los hinchas, o forofos, y que se creen la mayoría de las declaraciones de sus estrellas, y viven en un mundo quizás un poco cambiado de la realidad.
Hace unas horas que ha acabado la liga, y para algunos hoy será un día negro, y para otros como el día de la lotería de Navidad en lo que a la Diosa Fortuna se refiere.
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