Es
norma de este vecino del mundo el reposar los temas antes de
exponerlos. Por eso, hoy he salido a dar un paseo mientras en mi
mente estaba dándole vueltas al asunto del “Prestige”, que como
ya todo el mundo se habrá enterado comienza el juicio en A Coruña,
diez años después.
Lo
que ocurre es que cuando ya tenía todo el tema preparado para
comentarlo, he vuelto a casa, y para mi sorpresa he comprobado que en
todas las puertas de la finca, como se diría en plan fino, alguien
había dejado una bolsita de plástico junto con una flor roja y el
sobre para votar el próximo domingo.
Lo
primero que he pensado, y teniendo en cuenta, que en esta casa hay
más de cien viviendas, el gasto innecesario que supone el detalle de
la flor, porque donde vamos a tener que ponernos una flor para llamar
a la suerte es en otro sitio...
Desde
otro punto de vista, y siendo malo, en realidad este mes el detalle
de la flor les habrá salido más barato, porque este es el primer
mes en que el cálculo entre la gente que entra y la que sale de el
país, da negativo en más de ochenta mil personas, que es la gente
que buscándose las alubias ha tenido que emigrar. Esperemos que el
gobierno no tenga la humorada de computar eso como que han bajado los
parados.
En
realidad, con la publicidad de las elecciones tenía que haber pasado
como con el Prestige, diez años para comprar las flores, y así
darse cuenta de que ya no merecen la pena.
Hay
“patatas calientes” que no es que esperen a que se enfríen, sino
que ya directamente las pasan al departamento de congelados.
Hay
que pensar que desde que ampliamos nuestro vocabulario con la palabra
chapapote, ya hay una nueva generación de españoles.
Es
más, se ha descubierto que los primeros bien-intencionados ayudando
a paliar el desastre, y por trabajar en malas condiciones, su ADN
había variado. Pues bien, ha pasado tanto tiempo que su ADN ya ha
vuelto a su normalidad.
Se
suele decir que la justicia es lenta pero eficaz, pero esta vez el
juicio casi se debía de haber celebrado en Toledo, en el hospital
nacional de parapléjicos, porque así se debió de quedar la
justicia, aparte de ciega, en este caso.
Sin
embargo, para olvidar asuntos que huelen mal, y no solo por el
chapapote, siempre nos podemos acercar a las fosas nasales, la flor
que nos regalan algunos partidos políticos.
*FOTO: DE LA RED