martes, 16 de octubre de 2012

LA FLOR?, DONDE YO TE DIGA

Es norma de este vecino del mundo el reposar los temas antes de exponerlos. Por eso, hoy he salido a dar un paseo mientras en mi mente estaba dándole vueltas al asunto del “Prestige”, que como ya todo el mundo se habrá enterado comienza el juicio en A Coruña, diez años después.
Lo que ocurre es que cuando ya tenía todo el tema preparado para comentarlo, he vuelto a casa, y para mi sorpresa he comprobado que en todas las puertas de la finca, como se diría en plan fino, alguien había dejado una bolsita de plástico junto con una flor roja y el sobre para votar el próximo domingo.
Lo primero que he pensado, y teniendo en cuenta, que en esta casa hay más de cien viviendas, el gasto innecesario que supone el detalle de la flor, porque donde vamos a tener que ponernos una flor para llamar a la suerte es en otro sitio...
Desde otro punto de vista, y siendo malo, en realidad este mes el detalle de la flor les habrá salido más barato, porque este es el primer mes en que el cálculo entre la gente que entra y la que sale de el país, da negativo en más de ochenta mil personas, que es la gente que buscándose las alubias ha tenido que emigrar. Esperemos que el gobierno no tenga la humorada de computar eso como que han bajado los parados.
En realidad, con la publicidad de las elecciones tenía que haber pasado como con el Prestige, diez años para comprar las flores, y así darse cuenta de que ya no merecen la pena.
Hay “patatas calientes” que no es que esperen a que se enfríen, sino que ya directamente las pasan al departamento de congelados.
Hay que pensar que desde que ampliamos nuestro vocabulario con la palabra chapapote, ya hay una nueva generación de españoles.
Es más, se ha descubierto que los primeros bien-intencionados ayudando a paliar el desastre, y por trabajar en malas condiciones, su ADN había variado. Pues bien, ha pasado tanto tiempo que su ADN ya ha vuelto a su normalidad.
Se suele decir que la justicia es lenta pero eficaz, pero esta vez el juicio casi se debía de haber celebrado en Toledo, en el hospital nacional de parapléjicos, porque así se debió de quedar la justicia, aparte de ciega, en este caso.
Sin embargo, para olvidar asuntos que huelen mal, y no solo por el chapapote, siempre nos podemos acercar a las fosas nasales, la flor que nos regalan algunos partidos políticos.

*FOTO: DE LA RED

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