Como en los trucos de los
prestidigitadores, y amparándose en la pantalla del huracán Sandy,
una superproducción de la naturaleza en la tierra de las
superproducciones cinematográficas, la compañía de los sueños por
antonomasia, Disney, ha comprado la compañía del Midas del séptimo
arte, George Lucas, Lucasfilm. A partir de ahora el reino de los
sueños solo tendrá un único dueño.
Desde esta atalaya, este
vecino del mundo, vé con mucha tristeza el que al final los sueños
de todos los pelajes, solo tengan un origen y un dueño, porque los
sueños en realidad no deberían tener dueños y pertenecer a todos
nosotros, pero ya que ésto es imposible, crear un autentico
monopolio puede incluso dar miedo.
Ya por de pronto el
pensar que la princesa Leia pase a convertirse en una más de las
princesas almibaradas de la factoría Disney me da repelús.
Personalmente siempre he
pensado que la virginal princesa, tenía un ramalazo español por su
más que parecido a la dama de Elche.
Este vecino del mundo
siempre ha pensado que el mundo infantil es un mundo al que se debe
de proteger, porque en ellos está el futuro; y el panorama que se
presenta tras esta nueva adquisición es no solo triste sino
preocupante, ya que a partir de ahora prácticamente el mundo
infantil estará en manos de ese imperio y de sus ideas, siempre en
una sola dirección, y eso no es bueno.
Lo mismo que para pintar
un cuadro conviene tener delante toda la gama de colores, aunque
luego solo se elijan unos cuantos, para los niños y jóvenes es
necesario, todo tipo de ideas, ya que de lo contrario siempre está
el peligro de la manipulación.
Junto con la noticia de
la compra de los citados estudios, también se ha sabido que para el
2015 se presentará la próxima película de la Guerra de las
Galaxias.
Tal como queda ahora el
panorama, a este vecino le da miedo el pensar que en cualquier
momento nos vamos a enterar de que detrás de
Darth Vader, Anakin
Skywalker, en realidad está el Tío Gilito, con lo cual se podría
explicar el poder monetario del citado personaje, y que tristemente
todos los caminos nos llevan a Disneyland, el país de los sueños,
pero con etiqueta, y ésta como los peajes siempre se pagan.
*DIBUJO: DE LA RED