Para todo aquel despistado, este vecino quiere recordar
que hoy es Sábado de Carnaval, en el que el día, al menos en Donosti, está prácticamente disfrazado de noche y agua,
por lo que habrá que disfrazarse de tener muchas ganas de juerga, e
intentar dar el pego como mejor disfraz del año.
De todas maneras, no solamente disfrazamos nuestra
vestimenta, sino que hay momentos en que también disfrazamos nuestro lenguaje, y no precisamente en Carnavales.
Buena muestra de ello es por ejemplo la inquietante
frase: “Te lo digo desde el cariño”.
Si la palabra es la llave que abre el lenguaje a los
sentimientos, esa frase es una especie de ganzúa que abre la famosa caja
de Pandora y puede salir de todo, con la agravante de que como se dice
desde el cariño, lo cual implica, se supone, aprecio, el receptor lo tiene que hacer
también con cariño y comprensión.
Si la persona que se va a mostrar impertinente no te
conoce de nada, en ese momento puede disfrazar su lenguaje con otra variante a
la frase anterior, que no implica cariño, pero sí una supuesta educación, y es la frase: “Si me lo permite”, que en
realidad no busca tu opinión, porque para cuando intentas expresarte, y decir,
quizás, que te trae al pairo lo que te va a decir la otra persona, ya te lo ha
dicho, y solo ves su nuca mientras se va. Es una frase que casa para lo que se
espera, por ejemplo, de un político, que con educación te va a mandar quizás al infierno, y si no tan lejos, quizás al final te tendrás que conformar
a que solamente te suba una vez más los impuestos.
Y si nos adentramos en el terreno amoroso, este vecino
solo va a mencionar una frase, que quien más quien menos ha tenido que oír
alguna vez, y que si se viera dibujado en ese momento en un comic, un centenar
de interrogaciones anidarían en su cabeza.
Este vecino se refiere a la famosa frase “El
problema no eres tú, cariño, el problema soy yo”.
Si a modo de película
hubiera que remarcar esta frase con una banda sonora, bien pudiera ser con la
marcha fúnebre, porque en ese momento, y con lo que te van a decir a
continuación, vas a tener que “enterrar” la ilusión que tenías
puesta en esa relación.
Ante las frases expuestas, es mejor ponerse el traje de
baño y salir a la calle para darse unos largos de realidad en la piscina de la
vida, y volver a casa como nuevo, o al menos algo más relajado.
*FOTO: DE LA RED
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