Últimamente parece que se está poniendo de moda en
nuestro país el miedo escénico. Primero fue Pastora Soler, en dos ocasiones, y hace unos días Joaquín Sabina, ambos en plenos conciertos.
Seguro que habrá más de uno que pensara que eso es lo que
ahora se denomina como “postureo”. Este vecino del mundo sin embargo piensa que es algo muy serio, y que como no encuentres la manera de revertirlo te
puede cambiar la vida, porque incluso corres el riesgo de tener que dejar lo que se
supone más te gusta.
Este vecino del mundo entiende muy bien lo que les ocurre
(y con ello no pretende ponerse, ni a su altura, ni medallas que no le
corresponden) porque en cierta manera a un blogger le puede ocurrir lo mismo,
solo que a él nadie le va a ver caído encima de su teclado, ni sentado en
cuclillas en la esquina de una habitación, al más puro estilo Norman Bates. Lo máximo que
ocurrirá es que su post no saldrá y luego, dependiendo de cada uno, será libre
de confesarlo, o disfrazarse con esa frase de que “las musas no han aparecido”.
La vida poco a poco nos va llevando por caminos que
quizás ni los habíamos preparado ni asimilado, y un buen día te das cuenta de
dónde estás y la responsabilidad de tu trabajo, o de tu afición, y ahí pueden
entrar esos ahora famosos miedos.
El Señor Sabina, al bajarse del escenario ese día en
Madrid, y pedir perdón, se refirió a lo ocurrido como que le había dado un Pastora Soler,
y hubo gente que se lo tomó como que había hablado mal de ella. ¡Es curioso!
Porque hace bastantes años, el mismo Sabina cuando tuvo otro problema de salud, se refirió a ello como que “le había dado un marichalazo”, y nadie se quejó (de
la familia real no trascendió ninguna queja tampoco). Muy al contrario, la
gente hizo los chistes pertinentes, e incluso impertinentes. Porque, seamos
sinceros, si algo nos caracteriza a los nacidos en esta piel de toro es reírnos
de todo, y si es nuestro vecino mejor que mejor.
En realidad ese miedo escénico, y por supuesto que se
admiten todo tipo de opiniones, no es otra cosa que un “gatillazo mental”.
Lo mismo que te puede ocurrir en la cama en las lides
amatorias (esa noche que ves el lecho tan grande, y tú, ese es el problema, tan
pequeño), te ocurre también delante, aunque no sea físicamente, de tu público,
quizás por esa comunión que se crea entre artista y público. De repente eres
consciente de lo que tienes enfrente, y se empieza a remover esa base, que a lo
mejor no sabes ni que te estaba soportando, y te entra el miedo a caerte. Quizás si los mismos pájaros pudieran analizar el poder que tienen con sus alas, su mismo vuelo más de una vez se pudiera complicar.
El problema de todo ésto es que como no le encuentres una
pronta solución, puedes sufrir el efecto bola de nieve, y hacerse cada vez más grande.
Por lo leído hoy en las redes sociales, parece que
ayer el Señor Sabina salió triunfante de su segundo concierto en Madrid, aunque
más de una vez, a partir de ahora, al ir a comenzar otro concierto, mirando al
backstage se pregunte dónde se encuentra el siguiente gatillazo.*FOTO: DE LA RED
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