“Spain
is different”, ya lo decía el eslogan franquista, utilizado para
promocionar esta piel de toro llena en un tiempo de playas y
chiringuitos.
Mientras
que lo normal es que la juventud, paradigma de ideas y utopías,
ponga en un brete al gobierno de turno, aquí son los para mí
mal llamados “yayoflautas” los que se parten la cara en
nombre de sus nietos, con el recuerdo de la época posterior
a la guerra civil, que pensaban que habían
abandonado para siempre, pero que en realidad está más cerca
que nunca.
Hasta
el gobierno es diferente a los de los otros países.
Para
que luego digan que este gobierno no tiene recursos. Que no puedes
impedir el movimiento “escrache” pues los acotas a trescientos
metros de todo, que eso puede ser, como diría el ya olvidado Álvaro
de la Iglesia, “en la porra”, y además, vía sanciones les
sacamos bastante pasta, que no nos vendrá mal para lo que sea,
incluido un poco de confeti para algún que otro cumpleaños, si
hiciera falta.
Y
es que el español, no el idioma, sino el nativo de España, es una
persona de recursos.
Será
el único país, por ejemplo, en el que hay un programa del corazón
en el que las noticias son los mismos tertulianos, con sus filias y
sus fobias.
El
periodismo de la llamada prensa rosa, salvo excepciones que no se si
llamarlas “honrosas”, últimamente se ha transformado en arte
total. Son una especie de escultores que con los materiales que en
ese momento tienen modelan situaciones utópicas a las que luego dan
rasgos hasta cierto punto reales.
Ayer
mismo, en la cadena alegre, dieron unas imágenes, de Zeus, el hijo
de Sara Montiel, tomadas al día siguiente del funeral de la actriz,
en el que se le ve, con aparente tranquilidad, ir al gimnasio. Unas
imágenes que analizadas fríamente, no es que no sugirieran nada,
sino que llevaban al aburrimiento. Pues ahora viene el arte que
citaba anteriormente. Los contertulios, convertidos en ese momento en
una especie de comité psicológico llegaron a la conclusión de que
su comportamiento en ese instante denotaba total indiferencia con el
drama que acababa de vivir unas horas antes, y que según ellos ven
la vida, su actitud distaba de lo que ellos estiman que es lo
“normal”.
Me
imagino que como todavía la Semana Santa está cercana, esperaban
que se flagelara un día sí y el otro también. Y en ese momento, el
citado comité, quizás hubiera estimado que eso era excesivo y que
rondaba el mundo del paripé.
Y
es que todos somos diferentes en un mundo diferente, que no por ello
mejor.
*FOTO: DE LA RED