miércoles, 17 de abril de 2013

LA MADRE DE ELI


Prometo que este vecino del mundo ha desayunado lo mismo de siempre, sin embargo parece que me he despertado un poco filósofo esta mañana, y diré cosas como que la vida no es una ciencia, y menos exacta. Que dos personas, criadas de la misma manera te pueden salir completamente diferentes, y que tampoco podemos coger el rol de pequeños dioses e intentar que nuestros descendientes miren por nuestros ojos.
Todo lo anterior viene porque ayer me encontré con la madre de una amiga y me dijo que Eli, mi amiga, y su marido, mi amigo también, para evitar malentendidos, estaban intentando escribir la carta a la cigüeña, aunque ella ya le había avisado a su hija de todos los inconvenientes que iba a tener, y más en esta época de crisis en que una boca más se va a notar mucho, y especialmente en su educación. Eso sí, luego me dijo también, que una vez informada su hija de todo lo que ella opinaba, y como no le iba a hacer cambiar de idea, desde ese mismo momento le iba a ayudar en todo.
Evidentemente ella esperaba mi aprobación, pero como la vena de mi cuello tiene vida propia, y no obedece a instintos netamente racionales, en ese momento se hinchó y me vi abocado a decirle, que ella ya había tenido hijos y sin embargo le aconsejaba a su hija a que no lo hiciera.
Le pregunté luego, si ella cuando era joven hubiera obedecido a su madre en momentos así, y me dijo claramente que no.
Por mi parte le dije que nosotros básicamente somos animales, tristemente pero es así, y estamos aquí para perpetuar la especie, y que los de la prehistoria estaban peor que nosotros, y que si ellos no se hubieran decidido, nosotros no estaríamos aquí, fuera eso bueno o malo, porque visto todo lo que está pasando, y lo mal que nos comportamos muchas veces... Aparte de que como he comentado anteriormente, la vida no es una ciencia exacta, y ahora en plena crisis, se comienza a dar, al menos se dice que hay claros síntomas de ello, otro “baby boom”. Algunas de las mujeres implicadas, ya están diciendo que ahora que están en el paro, y sin apariencia de conseguir algo a corto plazo, es el momento de ello.
Resumiendo, la próxima vez que nos veamos, la madre de Eli y este vecino del mundo, si es que ella hace por verme, seguro que no me invita a comer, creo yo. Pero, si algo aprendí hace mucho tiempo, es que no debo de dejar nunca nada en el tintero, y eso se aplica también a la boca.

*DIBUJO: DE LA RED

2 comentarios:

  1. El ser humano es un animal muy puñetero, que a pesar de ser una palabra de gran resonancia, no aclara demasiado.
    Me voy a meter en un charco, estimado Patxipe, al tratar de lanzar una sugerencia a lo que cuentas.
    Como bien dices, lo de seguro no te invita a comer, es que yo entiendo que la gente se queda con un poso hasta por minucias, que para ellas no lo son, supongo.
    En realidad, la gente no es que quiera oir lo que le guste oir, que también, sino que digamos nuestro discurso ante sus orejas ha de preservar su emoción.
    Es un dilema eterno, Patxipe, nuestro derecho a ser libres para expresarnos versus los enconos de los demás por quítame allá esas pajas.
    Si pudiera escoger, escogería un mundo donde la gente se moviliza en una conversación sólo por la construcción de ideas, sin egos, sin atribuciones personales, solo por aprender, sólo por saber, así de friki, y es por eso que al leerme parece que me posiciono levitando sobre el otro colectivo (más numeroso) de la reactividad emocional.
    Pero no puedo escoger qué mundo, solo a ratos me retiro un poco.

    Supongo que es cuestión de egos, que el mío no lo tengo hipertrofiado (en especial me refiero a cuando me toca en la parte de oir al otro), aunque también tenga mis "movidazas" como cualquier individuo con patas.

    Espero que después de hablar con tus abogados, te despaches a gusto conmigo.
    Un admirador -de tu blog-.
    Juan Manuel.

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  2. Para: José Manuel
    No, para ésto no ha hecho falta reunirme con mis abogados, porque además cobran por horas.
    Comprendo lo que me quieres decir, pero como me conozco, después de tantos años, prefiero comentar lo que pienso, y no quedarme con las ganas, porque tampoco se lo dije de malas formas.
    Ella quería oír otra cosa, pero colocó el dial en emisora equivocada. Quería oír los 40 principales, y escuchó al loco de la colina.
    Un abrazo.

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