Antes de nada quiero aclarar, que ir a Riviera Maya en teoría es más caro que otras zonas caribeñas como puede ser Punta Cana, en República Dominica. Dicho esto, diré que La Nuri y yo tenemos un buenísimo recuerdo de esa zona, por lo que el reto de este año era conseguir al menos el mismo sabor de boca del año pasado.
En la agencia de viajes nos habían hablado muy bien del HOTEL OCCIDENTAL GRAND FLAMENCO XCARET, y aprovechando una oferta de Pullmantur para dos semanas nos decidimos a probar... Y lo que se dice probar ya hemos probado...
El hotel es una preciosidad, rodeado de una vegetación exuberante, hay que aclarar que la selva está al lado mismo, y se pueden encontrar animales por los jardines e incluso en los pasillos.
Cuando llegas al hotel después de diez horas de viaje lo primero que quieres es que los trámites de entrada sean lo más rápidos posible; tardamos un rato, pero tampoco fue eterno.
A La Nuri, antes de comenzar un viaje, le gusta exprimir el poder de internet al máximo, por lo que tras leer muchas opiniones de otros viajeros, ya sabíamos que prácticamente nos tocaría en el edificio doce, donde suelen alojar a la mayoría de los españoles. Quiero aclarar que el hotel tiene más de setecientas habitaciones, pero no es sólo un edificio, sino muchos y numerados.
Nada más entrar en la habitación sobre las siete de la tarde, hora local, y teniendo en cuenta que el comedor cerraba a las diez, hacemos un repaso del estado de la habitación, y nos encontramos que el pequeño frigorífico, no es que no funcionara sino que estaba literalmente muerto. En cambio la televisión, en color, pero de las de antes, todavía estaba viva, porque se movía, pero mucho además, pues luego vimos que la antena no tenía la pieza que conecta con el televisor.
Tras avisar a recepción, nos prometieron que un técnico nos atendería ahorita mismo. Como ese ahorita mismo, duraba ya más de una hora, llamamos otra vez, y al tercer ahorita mismo vino el técnico que se acababa de enterar, y le creo.
Nos arreglaron los dos temas enseguida...cambiandolos de otra habitación, por lo que mi sospecha es que los nuestros no funcionaban porque pertenecían a otra habitación que anteriormente se había quejado también. Llegamos al comedor a las nueve y media de la noche.
La luz, amarilla, de 125 v. era excasa en todo el hotel, por lo que no podías pasear por los jardines de noche, pues no se veía nada.
Tres días después, y tras observar que lo que nos ofrecía el hotel no era proporcional a lo que se pagaba, me decidí a hablar con el jefe de recepción, pues no quería que al final, al irnos nos preguntaran si estabamos contentos con el servicio recibido, y encima nos tomaran por tontos. Tras un intento por parte de los recepcionistas en parar mi queja, me pasaron con el jefe de recepción.
Lo primero que le dije es que no queríamos que nos cambiaran de habitación, sino que simplemente queríamos expresar nuestra decepción por todo en general, pues por ejemplo la comida, totalmente repetitiva, es comida de autor, pues eres tú quien tienes que dar cuerpo a tu plato cogiendo un poco de aquí y de allá. También le dije que el café es auténtico aguachirri, y en cambio luego hay una especie de chiringuito donde puedes tomar buen café expreso pero que no entra en el todo incluido.
Como recompensa por ser chicos malos y protestones nos cambiaron de edificio, al diecinueve, donde se extrañaron de que siendo españoles estuvieramos alojados allí, además no fue sólo un conserje el extrañado, sino dos. Era de más categoría, pero a nosotros en la agencia no nos especificaron que había diferentes tipos de habitaciones. Si en la primera habitación teníamos apenas un balcón todo sucio y con lianas colgando, y sin luz, en la nueva habitación había dos terrazas pues la habitación hacia esquina. Además, en el salón de la habitación, pues ahora teníamos hasta salón, nos habían dejado una botella de ron.
Luego nos enteramos de que la zona primera donde nos habían puesto estaba prácticamente cerrada pues iban a renovar. Pero teniendo en cuenta que no había más de doscientas habitaciones ocupadas en todo el hotel, ¿por qué nos pusieron allí? Mi respuesta no la puedo demostrar, y por eso no la diré, pero me hicieron sentir un Alfredo Landa con maleta vieja en Vente a Alemania Pepe.
Y lo que más me duele es el saber que es una empresa española, y que la impresión que extraes es que quieren crear el ambiente para que enseguida te vayas a la habitación, y así consumir lo mínimo posible, pues en teoría está todo incluido.
Aunque de esto no tiene la culpa la dirección del hotel, nos tocaron cinco días de fuertes lluvías, pero en ese momento el grupo de actividades creemos que tampoco estuvo a la altura, pues apenas había nada organizado para ese tipo de días, y además en las zonas comunes del hotel había goteras por todos lados.
La verdad es que consiguieron que estas vacaciones no las olvidemos nunca, ni les olvidemos a ellos ni a sus progenitores.
Como se suele decir...quitando todo lo malo...lo pasamos fenomenal.
Para finalizar diré que siempre que estaba en el hotel, una idea rondaba mi mente, si los Hermanos Marx llegan a ser coetáneos, hubieran estado allí.
*FOTO: F.E.PEREZ RUIZ-POVEDA