Muchas
veces desde esta ventana hemos dicho eso de que la
realidad supera la ficción,
y otra vez más tenemos un claro ejemplo de ello con las últimas
declaraciones de la periodista y cara de las mañanas de “la uno”,
Mariló Montero, hablando sobre
si era o no conveniente donar los órganos del presunto asesino de la
pedanía albaceteña de El Salobral a raíz de una noticia que así
lo anunciaba. "¿Está bien donar órganos de alguien que ha
matado a otras personas, aunque antes de convertirse en un asesino se
dijera que era un buen hombre?". “¿Pasa algo al llevar el
órgano dentro de ti de alguien que ha matado a otros?". Y tras
la cantidad de críticas recibidas tanto en las redes sociales como
en los diversos medios de comunicación, la citada periodista vuelve
al tema en su siguiente programa, y a modo de reflexión asevera que
“no está científicamente demostrado que el alma
no se transmita en un trasplante
de órganos",
con lo cual y a opinión de este vecino del mundo “lo acabó de
arreglar”.
En
primer lugar habría que comentar que la sociedad en general tendrá
una misma opinión con respecto a lo que ocurrió en el citado caso
de El Salobral. Sin embargo, con respecto a otros conceptos sería
muy difícil de llegar a un acuerdo sobre lo bueno y lo malo para que
se tenga en cuenta a la hora de hacer un trasplante de órganos.
¿Sería
conveniente donar los órganos de un estafador, de un “chorizo”,
de un enfermo, como lo es un ludópata?
Los
incondicionales de este blog habrán notado que no he mencionado, y
bien saben que he hecho un gran esfuerzo por no mencionar al mundo de
la política, pero la verdad es que recibir el hígado de un político
tiene que asegurarte el salir indemne de cualquier tipo de comilona,
ya que con lo que
tienen que tragar,
tienen que estar acostumbrados a todo tipo de guisos.
Hilando
muy fino, habrá gente
que no quisiera a priori
recibir el órgano de una mujer, o de un hombre, o de alguna raza
determinada, sin embargo es evidente que la necesidad aprieta, y si
te quedan horas de vida, no vas a preguntar por el “pedigrí” de
un órgano.
Hay
personas que no creen en el alma en general, y es evidente entonces
que menos se habrán puesto a pensar sobre el alma de los órganos, y
a esos tampoco se les puede negar un supuesto trasplante.
En opinión
muy personal de este vecino del mundo, Mariló Montero quizás ha
pecado de honesta y de pensar en alto, teniendo en cuenta que en
cierta manera la opinión vertida en una cadena, precisamente
pública, debiera de ser lo más aséptica posible, y no dejar, sin
quererlo eso sí, a la Organización Nacional de trasplantes en el
disparadero público teniendo que dar explicaciones sobre un asunto
que linda más con la Ciencia ficción, que con la ciencia de cada
día.
Por
cierto, y ya para terminar, me voy a la calle, porque siento que el
alma de mi pie izquierdo necesita oxigenarse un rato mientras pasea a
orillas del Urumea.
*FOTO: DE LA RED