Algunas veces para saber lo
que estoy pensando tengo que venir al blog para leerme en el mismo momento en
que estoy escribiendo. Me parece ya un poco obsesivo. Más o menos lo que le
puede pasar a más de uno de esos políticos que se juegan mucho en la próxima
consulta catalana, que de acuerdo a los resultados,dirán una cosa u otra al día siguiente, el primer día del resto de la vida.
La mañana siguiente a los comicios, en lugar de mirar el tiempo que va a hacer, habrá que mirar al mapa
de España, por si le falta un pedazo o no.
Acabo de ver a través de la
red una especie de tráiler de “Ocho apellidos catalanes”, aunque en realidad no se ven imágenes de la propia
película sino a los protagonistas promocionando la cinta. Al final en lugar de ser una película española, será una producción
internacional con actores de diversos países, al menos de dos. Es una especie
de triste cachondeo elevado a la máxima potencia.
A este vecino del mundo le
da mucha pena, y nunca ha querido tener esa sensación, ni mucho menos que la
tengan por él. Pero entre unos y otros se ha llegado al borde mismo del abismo,
a un momento en que ya nadie puede seguir adelante con su discurso porque no
queda ni terreno ni tiempo, y lo próximo puede ser oscuridad.
Se deberían de dar pasos
atrás, y dejar de decir lo que se ha estado proponiendo hasta ahora, eso de “yo
la tengo más grande”, porque puede ser como encontrar entre varios
un billete de quinientos euros, y como nadie lo quiere soltar, al final se
rompe y no sirve para nadie.
El punto en el que nos encontramos es digno de una
película de los mismísimos Hermanos
Marx, el de la parte contratante de la primera parte…, o como diría ahora
el pueblo llano, esa frase tan reiterativa de “se les ha ido la olla”.
Unos pusieron una especie de
cortina de humo para intentar ocultar sus miserias o las de, al parecer, una
familia que fue “muy honorable”, y otros han entrado al trapo más que Islero,
el toro que mató a Manolete y que comprobó que incluso matando no le sirvió
para salvarse.
El domingo terminará una novela,
y el lunes empezará otra. No sabemos si será de política ficción, de humor
negro, o de diversos géneros entremezclados, pero lo que sí es seguro es que no será como parece
que se promete, "escrita entre todos", porque siempre la historia la hacen unos
cuantos, disfrazados, eso sí, de pueblo llano.
La próxima vez que se desafíen dos políticos, o más, que sea mediante el método de comprobar quién resiste más sin respirar. Y que los dos, o los que sean, resistan mucho, muchísimo, hasta que vean esa luz que se dice que ven los que... ¡En fin! Ya me entendéis.
*FOTO: DE LA RED