sábado, 17 de septiembre de 2011

FANTASMAS DEL PASADO


Mañana triste, propicia a la melancolía por los apuntes de lluvia, arropado por románticas canciones de un Nat King Cole eterno, eso sí, cantadas preferiblemente en inglés, pues incluso un sentimiento como el amor puede sufrir por un tan marcado acento americano.
Leyendo un periódico digital me he encontrado con un fantasma; con una imagen que pensaba pertenecía al pasado, y que todos los miedos ya por fin habían sido desterrados.
La estación de autobuses, idea que consideraba consolidada en Donosti, parece estar en peligro otra vez.
El máximo mandatario del ayuntamiento pone en duda la construcción de la citada estación basándose en el hecho de que la Diputación no va a cumplir su parte.
Cuando alguien está seguro de algo tiene que llegar a hacer lo imposible por conseguir su objetivo, y no volverse atrás a las primeras de cambio, porque “parece” que alguien no va a cumplir con lo pactado, y más cuando hay papeles firmados por medio.
Lo que hay que intentar es que cada entidad cumpla su palabra, y no escudarse en el comportamiento de otros.
Siempre he pensado que alguien que toma decisiones se puede confundir, pero que hay que ir con la verdad por delante. Si se toma una decisión en contra de lo pactado anteriormente, no intentes encontrar ayuda en otros compañeros de viaje, cuando en otros momentos dices que prefieres hacer el viaje tu solo. Uno se puede confundir pero ante todo está la honestidad, y no practicar juegos de magia intentando desviar la atención del espectador-sufridor.
Durante años he trabajado de cara al público, y muchos visitantes se extrañaban de que en una ciudad tan importante como Donosti faltarán dos cosas: una estación de autobuses, y los grandes almacenes del corte británico.
Uno, que en vez de años cumple décadas, se acuerda de que para los mundiales de futbol del ochenta y dos, sonaba Atotxa como una de las posibles sedes del campeonato, siempre que se acometieran obras en el campo para lo cual hubieran recibido dinero. En su momento se dijo que ese dinero mejor era para otros usos, el quid de la cuestión es que esa cantidad solo podía ser destinada a las obras en Atotxa. Se perdió aquella oportunidad, y el nuevo campo se inauguró... en 1993.
Basándonos en el famoso dicho de que aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, y que en este caso Valladolid somos nosotros, lo que hay que hacer es que cada parte cumpla con su palabra firmada, y no acabar con el cauce del río; porque en ese caso el río pasaría por algún otro lado y otros serían los beneficiados.
Miedo me da pensar, que dentro de un tiempo, con tanto recorte, y ahora que estamos en pleno festival de cine, las estrellas del festival tengan que venir con mochila y saco para dormir.
Tanto en el caso de la estación de autobuses como en el futuro del festival hay que pensar en lo positivo de ambos, que es el trabajo que puede generar y la publicidad de cara al exterior, pues gastos siempre habrá y cuanto más se tarde las cifras más altas serán.
Ahora para intentar mezclar belleza con la tristeza que siento, voy a dejarme en manos de Stephen Sondheim, y su preciosa canción Send in the clowns, un ejemplo de hacer arte con la desesperanza.

*CUADRO: PAYASO TRISTE, DE PIERRE ROSSION

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