lunes, 12 de septiembre de 2011

LA BOLSA Y SUS EFECTOS

En los diarios digitales y en la radio están todo el tiempo comentando sobre la caída de las bolsas europeas, y como europeos que hemos querido ser, de nuestra bolsa también.
Yo no entiendo de esas cosas, pero he estado un buen rato mirando dentro del armario donde tenemos las bolsas en casa, y yo no veo nada raro. Eso sí, están cada vez un poco más chuchurrías, y si alguna vez no descargábamos todo el contenido al regresar de hacer compras, ahora desde luego están vacías.
En nuestra casa hemos aprendido del mundo taurino, y hemos recibido a la crisis a puerta gayola, sin perder nuestro sitio en la plaza, con auténticos pases de pecho a los acreedores, y manoletinas al hambre, es decir, creando arte de los momentos complicados.
Tenemos la despensa como los chorros del oro de limpia que está, entre la escasez y los productos blancos, en cualquier momento tendremos que ponernos gafas de sol.
Hay que ver el lado positivo, ya nada se pone malo y hay que tirarlo a la basura porque caduca. Además tenemos los reflejos a flor de piel, en cuanto notamos un cambio en la despensa, para bien o para mal, enseguida nos damos cuenta, cantidad de latas, fecha de caducidad, número de serie...
Por lo demás, salvo ligeros cambios, seguimos haciendo la misma vida de siempre.
Cada dos semanas solemos ir a un centro comercial, donde cenamos en un chino, después compramos unas chuches, bebida y luego vamos al cine. Normalmente vamos tres, mi mujer, uno de mis hijos y el que escribe este blog.
El único cambio por la crisis ha sido a mejor, pues hemos aprendido a repartir, uno cena, otro va al cine y el otro se come las chuches. Así estamos los tres contentos, y más unidos que nunca, pues el que va al cine luego tiene que contar con pelos y señales todo lo que ha pasado en la película. Ni que decir tiene que cada vez que salimos al centro comercial, el orden de disfrute va cambiando, como una auténtica familia democrática que somos.
Ni en las vacaciones ha habido un impedimento por la crisis. Este año por ejemplo hemos estado dos semanas en Acapulco, eso sí solo la Nuri y el menda, una pensión malagueña, pero éste detalle lo obviamos, para qué vamos a dar información que no se nos pide. Además nos pusimos como tarea leer un libro sobre los usos y las costumbres de México, con lo cual, la crisis nos ha venido bien hasta para ampliar nuestra cultura. El único cuidado que hemos tenido es que no se nos notara los dichos malagueños que hemos podido aprender esos días.
Por lo demás, ya digo, no hay mal que por bien no venga, pues los michelines ya sólo son un recuerdo, y de agilidad como un gato. El otro día encontré un billete de veinte euros en el suelo, y sin flexionar las rodillas en un segundo era mío. El problema es que era publicidad de un gran almacén, y lo único que han conseguido es que nosotros ya no vamos a ir nunca más a esa gran superficie por publicidad engañosa . No hay derecho a que te ofrezcan algo..., y luego sea mentira.
En resumen, no se preocupen por lo de las bolsas porque a nosotros, los de a pie, no nos va a afectar, porque no tenemos ni para invertir...

*FOTOS: DE LA ENTRADA

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