lunes, 5 de septiembre de 2011

UN MUSICAL DE COSTUMBRES

Oído esta mañana en las oficinas de Pesa junto a la estación de autobuses en Donosti:
-Perdone, señor -una señora que sólo podía utilizar Loewe, dirigiéndose al caballero de la taquilla – Me podría decir esta tarde a qué horas hay autobuses para Loiu.
-A las horas en punto - le responde una voz varonil.
-Pues entonces deme uno para esta tarde a las 4:30- ella le contesta con un aire de decisión total.
-Señora, le estoy diciendo que a las horas en punto- le corrige la misma voz varonil de ya no tan caballero señor.
-Perdone, no me daba cuenta – le contesta la señora toda amabilidad y comprensión.- Démelo entonces para las 16:30.
Mi primera reacción ha sido mirar por los alrededores por si descubría alguna cámara oculta, pues la tal señora tenía que ser un autentico cebo, no podía ser otra cosa.
Tras explicarle en plan profesor a niño pequeño a qué se refería, la señora Loewe ha cogido el billete para las cuatro de la tarde, totalmente erguida, y con cierto aire de ingravidez se ha dispersado en el exterior.
Sinceramente, tras pensarlo no me ha extrañado nada esta conversación, pues últimamente he comprobado que hay un gran problema de incomunicación.
La gente en general, no escucha, hace que escucha, y va a lo suyo.
Hace mucho tiempo que lo tengo comprobado con el siguiente detalle. Salgo del portal de casa a la calle, si hay otras personas, de primeras ellas entran antes.
Entro en el portal de casa desde la calle, si hay otras personas también entran las primeras. Todo sonrisas y buenas maneras, eso que no falte.
Pues lo ocurrido hoy es lo mismo, la gente va con un plan predeterminado, y de eso no se apea.
Muchas veces en nuestra sociedad lo que se lleva no son las buenas maneras, sino la buena coreografía, somos auténticos bailarines de un musical de costumbres, en el que prima los buenos ademanes, pero que al final...cada uno va a lo suyo, y lo demás no 
importa.

*FOTO: UN MOMENTO DEL MUSICAL "HAIR"

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