Y es que la pareja, o sus
asesores si los tienen, que en ese caso deberían de ser despedidos
fulminantemente, lo han puesto muy fácil. En las fotos que han distribuido, se
supone que a los pocos minutos del parto, la madre, Pilar Rubio, luce un rostro
que para sí lo quisieran muchas, y si me apuran hasta muchos: un maquillaje
perfecto.
La gente siempre más
partidaria de que todo vaya mal a los demás, especialmente si se trata de algún
famoso y, se supone, con dinero, ha aprovechado la ocasión para hacer chistecitos
de todo tipo recalcando en tono jocoso un perfecto maquillaje hasta después de
parir…
Sinceramente, esta vez me
tengo que posicionar a favor de la feliz pareja. Han sido consecuentes con su
manera de vivir, que siempre, al menos eso han transmitido siempre, tiene un
mucho de apariencia. Incluso el común de los mortales normalmente hubiera
parido un Adriano, pero ellos, rizando el rizo, una vez más, han engendrado un
Máximo Adriano, lo que en matemáticas hubiera equivalido a un Adriano a la
máxima potencia.
Todo lo que se vende a estos
niveles, o ayudará en el futuro a vender, tiene que ser profesional, como el
maquillaje motivo de la polémica.
Al final, si alguien no ha estado a la altura, por decirlo de alguna manera, ha sido el padre de la criatura, que le ha dejado a ella sola ante la polémica. Y es que Sergio Ramos debería haber redondeado la escena luciendo, como no podía ser de otra manera, la indumentaria de la próxima temporada del equipo que él representa.
Si somos,
lo somos hasta el final.