lunes, 29 de abril de 2013

LAS COSTURAS DE LA VIDA


Cuando los buenos recuerdos se convierten en pesadilla algo dentro de tí se remueve y puede originar un terremoto de sentimientos con epicentro en el corazón.
Algo más o menos así se ha producido este fin de semana, cuando en una de las cadenas de nuestra televisión, en un programa sobre recuerdos de nuestra música de los años sesenta y posteriores, apareció un cantante que ha sido banda sonora en la vida y en los sueños de millones de españoles e iberoamericanos durante décadas.
Este vecino del mundo no va a decir su nombre por respeto a él, y para evitar alguna posible demanda, aunque considero que ésta, si la hubiera, pudiera ser bidireccional, por haber entrado en nuestras casas sin pedir permiso y arremeter contra nuestros recuerdos de esa manera tan cruel.
El problema de muchas personas es el no poder llevarse bien con la imagen que cada día va viendo envejecer en su espejo, y ésto se puede multiplicar si el sufridor de imágenes es un artista famoso.
La primera impresión que sentí al verle fue que era mezcla de una versión española de Michael Jackson y del fantasma de la ópera, y que daba miedo, mucho miedo. Este vecino en ningún momento quiere ser ni malo ni irrespetuoso, prueba de ello es que no he querido decir su nombre.
Una persona que ha sido guapa y elegante, si sabe envejecer con dignidad, aceptando las arrugas y canas que da la vida como medallas que el tiempo te pone, se puede convertir en un maduro cuando menos elegante, con el pelo blanco, o con una calva “brillantemente morena”, y digno sucesor de aquella estrella que un día fue. Ahora, sin embargo, es una muestra patente de lo que él piensa sobre sí mismo.
Asunto aparte serían los doctores que se avienen a colaborar en operaciones de estética que saben de antemano que el resultado cuando menos va a ser dudoso, e incluso contra natura.
Ni en su momento estuve de acuerdo con la actitud de la Garbo de desaparecer del mapa para que nadie viera su manera de envejecer, ni el luchar contra los efectos del tiempo, batalla que tienes perdida de antemano.
Y lo que me pone más triste del asunto es que siendo compositor de sus propios temas, y de los de mucha gente más, haya dejado aparcada esta actividad, privándonos de poder disfrutar de nuevos momentos, aunque sea en nuevas gargantas.
Os dejo por hoy para intentar reparar los daños de la porcelana de mis recuerdos en el terremoto de sentimientos de estos días atrás. Han sido innumerables, y me temo que a la postre, irreparables. Es una pena, como la que pasé.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 27 de abril de 2013

LOS ESPEJOS ESTÁN LLENOS



-Los espejos están llenos de hombres zurdos-
Esas palabras de mi abuelo, dichas precisamente delante de un espejo, me han acompañado toda la vida. Son las últimas que recuerdo de él, y han sido una especie de testamento que sigue vigente.
Cuando era pequeño, en la época en que mi abuelo me dijo esas palabras, siempre me sentía atraído por mi “yo” del espejo, e intentaba ser más rápido que él. Amagaba con la izquierda para al final intentar siempre ganarle con la otra mano, pero el niño del otro lado sabía siempre al dedillo la maniobra perfecta, y en la misma décima de segundo, y con su zurda.
El otro yo de mi abuelo le dijo algo al mío en el mismo momento en el que nosotros hablábamos sobre los espejos y los zurdos, pero no les pude entender.
A mí me gustaban mucho las películas de vaqueros, y en ellas normalmente el personaje del zurdo, era un ser oscuro, mal encarado y que nunca quería saber nada de afeitarse, y con quien además había que tener mucho cuidado en los duelos, pues intentaba matar al protagonista, al bueno de la función.
Siempre he tenido la sensación de que un espejo es la ventana a otra dimensión donde todo se tergiversa y que lo importante nunca llega a verse porque está en las esquinas, por unos centímetros fuera del alcance de nuestros ojos.
Nunca hemos razonado la importancia del espejo, pero gracias a él creemos saber cómo somos, cómo nos ven los demás, pero desde nuestro punto de vista, con la indulgencia que supone el jugar en casa, y sin la frialdad de unos ojos que no nos pertenecen, ni pretenden comprendernos.
Últimamente he llegado a otra teoría, más bien triste, y es que en realidad somos nosotros quienes formamos el espejo y vivimos engañados, porque solo somos sombras coloreadas en un mundo plano y sin alma. Y si no les oímos a los verdaderos propietarios del espejo es porque muchas veces opinan sobre nosotros y no salimos bien parados de sus opiniones.
Cada vez que me encuentro con un zurdo, en mi fuero interno estoy convencido de que es un habitante del otro lado, y me quedo con ganas de preguntarle como cruzó la frontera de cristal y con qué motivos.

*FOTO: DE LA RED

viernes, 26 de abril de 2013

MOMENTO EN ROJO


Ayer sobre las ocho de la tarde este vecino del mundo salió con su cámara de fotos dispuesto a inmortalizar el eclipse de luna que iba a tener lugar. Solo me faltaban unos rasgos orientales, para identificarme aún más con la labor que iba a cumplir. Y como se suponía que el momento sería un poco más tarde de las diez de la noche, salí con tiempo suficiente, como hubieran dicho nuestros padres, para darme un garbeo por el paseo de la Concha.
Estaba a la altura del tiovivo gabacho-romántico en Alderdi-Eder, cuando comencé a darme cuenta de que iba a tener la gran suerte de vivir el momento de la noche, “el momentazo”, como hubiera dicho un siempre excitado Boris Izaguirre, y no era precisamente el eclipse, sino la tremenda puesta de sol que teñía el cielo y el mar donostiarras de un rojo que para sí lo hubiera querido Doña Dolores Ibarruri, más conocida como “La pasionaría”, porque era un rojo pasión, un rojo que aviva los sentimientos, y te hace sentir que por tus venas corre sangre, y que puedes apreciar esa maravilla de la naturaleza.
Estando, literalmente, con la boca y la mente abiertas, pude darme cuenta de que la gente prefiere acaparar que sentir, porque la mayoría de los viandantes en lugar de dejarse llevar por el momento en rojo, luchaban por sacar el mayor número de fotos en el menor tiempo posible, y algunos en posturas incalificables, intentando atrapar la postal en cuclillas, entre los hierros en blanco de la célebre barandilla de la Concha.
Aunque en ningún momento se pudo ver al sol como la típica bola de fuego, sino como una capa roja que cubría el horizonte, mis ojos habían quedado cegados por la belleza del momento, y a partir de entonces, el paseo se convirtió en una borrachera de sentimientos que me hacían estar y no estar. Bajé a la arena, en una semi-inconsciencia complaciente, y recorrí las dos playas aprovechando que la bajamar había ampliado el espejo de arena que reluciente captaba la variada paleta de efectos.
¿El eclipse? Bien, supongo. Ni me enteré, ni lo lamenté, porque para sentir momentos en negro, desgraciadamente lo estamos haciendo todos los días.

*FOTOS: PATXIPE

jueves, 25 de abril de 2013

UN FINAL SIN RESOLVER


Algunas veces piensas que estar bien informado es malo, porque en estos momentos para lo único que sirve es para que te suba la tensión por instantes. Sin embargo, hay momentos en que te das cuenta que el vecino de al lado, o el que está a mil kilómetros, y no es vecino tuyo pero es vecino de otra persona, está tan alterado como tú.
Ayer al subir a casa coincidí en el ascensor, que muchas veces es un recinto frío que solo sirve para comentar el tiempo que hace, y otras, como en ese momento, sirve de confesionario, con Lorena, la del tercero. Tendrá unos cuarenta años, casada, y muy simpática. En este caso lo de “simpática” no antecede al “pero poco agraciada”, porque está, como se decía antes, como un tren.
Me preguntó en voz baja, aunque estábamos solos, si conocería a alguien interesado en comprar un piso en la costa alicantina. Al ver que le seguía la conversación, me comentó que tanto ella como su marido habían llegado a la conclusión, con mucha pena y mucho dolor, de vender su piso, el que tenían para ir de vacaciones. Con bastante tacto, aunque nunca se sabe si es con el suficiente, le pregunté, si era por alguna contingencia laboral de alguno de ellos. Los circunloquios que hay que crear para evitar preguntar si les habían despedido a alguno de ellos.
Tenemos trabajo los dos – me dijo con el tono que se emplea para dar a entender que no es por esa razón. -No, peor que eso. – me dijo con un hilo de voz.- Tenemos trabajo los dos..., pero no nos va a salir a cuenta tener el piso, porque ahora no podemos coger vacaciones por miedo a que nos manden al paro, y luego no nos vamos a poder jubilar hasta los setenta. Para qué vamos a querer el piso con tanta edad, si lo que entonces necesitaremos será asistencia médica un día sí y el otro también.
Tras poner cara de hacerme cargo de lo que decía ella, y prometerle que si me enteraba de algún candidato a posible comprador, nos despedimos.
Al principio tuve la sensación de que Lorena se quejaba de vicio. Sin embargo, tras un tiempo de darle al magín, y ya más en mi papel de vecino del mundo, me dí cuenta de que esa conversación era un claro síntoma de lo que está ocurriendo en nuestra sociedad.
Se está matando, con unas y otras medidas del gobierno de turno, el sueño que cada uno de nosotros lleva dentro, y sin un sueño que sirva de norte, no se puede vivir. Porque el sueño equivale a ilusión, y ese es el mejor de los sueldos que puedes obtener, el que te hace sobrellevar otros momentos que no son tan felices.
En realidad, y ya para terminar, somos como las plantas, y lo mismo que ellas necesitan ser regadas para seguir viviendo, nosotros necesitamos el riegue y el abono de la ilusión, de poder imaginarnos un futuro, una meta, y hoy por hoy esta vida es una novela negra que termina con un asesinato sin resolver, que es el de nuestras esperanzas.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 24 de abril de 2013

EFECTO E.T.


Estos días al levantarme tengo que tener mucho cuidado en no pisarme la moral, ya que la tengo por los suelos. Y es que entre unos y otros, la casa sin barrer.
Unos, son el gobierno que se supone que son profesionales y que, se supone también, que saben lo que están haciendo. Pues están dejando el patio nacional que no lo va a reconocer ni la madre que nos parió a todos.
Los otros, somos nosotros, la culpa de todo, por comprarnos veinte mil pisos y pedir doscientas mil hipotecas, cada uno, e intentar cobrar todo en negro.
Me parece que al final la culpa si va a ser nuestra, pero por dejarnos tomar el pelo cada cuatro años en forma de cita electoral.
Ayer estuve en la farmacia preguntando si había algún tipo de vitaminas para el alma. La de la bata blanca, con su piel igual de blanca, me imagino que por la pregunta, me contestó con mucho acierto, que quizás eso pudiera más pertenecer al reino de los cielos, y a su representación en la tierra en forma de Iglesia. Pero últimamente, y aunque el que manda ese cotarro es tocayo mío, es pensar en la IGLESIA, así en mayúsculas, y me da la sensación de que me empiezan a meter mano, y uno no está en estos momentos para florituras sexuales.
Al salir de la farmacia, y con la sensación de ser el último hombre sobre la tierra, pensé en que quizás la solución a lo que me ocurre está en inventarme algo que tenga el denominado “efecto placebo”, con lo cual más que en el mundo de la medicina, me debiera acercar al mundo de la psicología, o más concretamente al de la parapsicología, o para ser exactos “efecto E.T.” Por un momento, y solo por un momento, juraría que mi dedo índice de la mano derecha mutó a un color rojo fosforescente, y me lo apliqué sobre mi cabeza al tiempo que mis labios decían tan solo dos palabras a modo de sortilegio:-Mi...casa...
Y desde ese momento, y cambiando la película de mi vida, me he convertido en una especie de Forrest Gamp. No paro de andar, y como ahora tengo que asumir que la vida es como un bombón, y que como nunca sé lo que me va a tocar..., no más bombones, ni dulces, ni similares.
No camino por desiertos, pero Donosti por la noche tiene unas playas espectaculares, llenas de reflejos en movimiento, para pasear en solitario, y con el rumor de las olas alejar los demás ruidos de la vida diaria, e intentar que dentro de mí, la única voz que se oiga sea la mía, sin el eco de ningunas palabras que no sean queridas.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 22 de abril de 2013

TAN CARO COMO UN TSUNAMI


Se suele decir que no hay mal que por bien no venga, y eso he pensado cuando a las once de la mañana de hoy, un lunes normal y corriente, he ido al gimnasio y estaba el recinto, como en los grandes días de toros, hasta la bandera. No, no había ningún congreso de jubilados, con lo cual he llegado a la conclusión, de que muchos de ellos eran, por las edades, entre treinta y cincuenta años la gran mayoría, gente en paro. En el argot militar se describiría como daños colaterales de la política actual.
Para aclarar las cosas, el gimnasio al que me refiero es municipal, no de esos privados en los que hacer ejercicio te sale por un riñón, y la persona que está delante tuyo huele a sudor rancio, y no a Chanel 5.
Y es que muchas personas hemos llegado al mismo razonamiento:
El gobierno está recortando de todo, en especial la libertad de expresión, y eso que no cuesta nada en teoría. Como la sociedad está viendo las “barbas de su vecino pelar”, y lo que se va sabiendo sobre la sanidad española, poco a poco va dejando mucho que desear, y no por el comportamiento de los técnicos sanitarios, sino porque cada vez se lo ponen todo más difícil, como consecuencia de todo ello, esa misma sociedad está prestando más atención a su salud, y entre otras cosas al control del peso, que dicho sea de paso, matas dos pájaros de un tiro, porque intentas comer menos, y además ahorras en los gastos del supermercado, ya que de ir al cine, ni hablamos. Ver una película como tiene que ser, en una sala de cine, se ha puesto tan caro, que una de las últimas veces que fui, en concreto a ver “Lo imposible”, le pregunté al de la taquilla, después de que me dijera el precio para dos personas, a ver si era porque después de cada proyección y como consecuencia del tsunami, tenían que recomponer la sala. La verdad es que no le hizo ni gracia, como a mí tampoco el precio, pero si él me mete el dedo en el ojo, yo lo hago también.
Ya se que mucha gente al leer ésto me dirá que él no era el dueño del cine. Yo tampoco soy el dueño de mi vida, porque antes están los bancos y el gobierno, y encima me cuesta dinero.
Espero que este tipo de protesta, la de índole personal, se pueda seguir haciendo, y no tenga que estar a trescientos metros de todo, porque en ese caso si no me va a ver nadie para qué protestar. Lo mismo que decía Luis Miguel Dominguín después de haberse acostado con La Gardner, que lo mejor era el poder contárselo a sus amigos.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 20 de abril de 2013

NOVIA POR UN DÍA


Hace unos momentos estaba practicando el rico deporte del zapping televisivo cuando he visto que en la cadena alegre había comenzado ya el programa de las bodas, que, por cierto, comentario aparte merecería la novia de hoy, por la patente diferencia que había entre el aspecto de la misma y su comportamiento, una mujer hecha y derecha con ademanes de niña pequeña.
Solo he visto unas pocas imágenes pero daba la sensación de que era una especia de parque temático del amor en su vertiente cursi, con una novia vestida de Marilyn Monroe y el novio de Elvis Presley, aunque solo era para desfilar hasta el lugar de la ceremonia, y allí se preparaban con el traje formal.
Cuando ya he visto que mi válvula detectora de “vergüenza ajena” marcaba el máximo, y había peligro de explosión, he apagado el televisor, y he comenzado una especie de introspección, de un viaje al pasado, que me ha llevado a mis ocho años. Triunfaba en la única cadena de televisión el programa “Reina por un día”, los domingos sobre las cuatro de la tarde, en el que a una mujer, elegida entre las muchas solicitudes que recibía el programa, se le sentaba en un trono, con corona incluida, y se le agasajaba con todo tipo de regalos para la casa.
Ahora seguramente cualquier mujer le tiraría al presentador los electrodomésticos a la cabeza, diciendo que eso no era un regalo para ella, en todo caso para los dos.
Ni que decir tiene que la boda es solo por lo civil, con lo que en plena legislatura de la derecha, derecha, y más derecha que nunca, es un auténtico despropósito dejar atrás a la Iglesia.
Lo mismo que piensan legislar contra los “escraches”, en cualquier momento, y como ya han cogido carrerilla las mentes pensantes del gobierno, prohíben que las bodas civiles se acerquen a menos de trescientos metros de un estudio de televisión.
El programa en sí es un síntoma de lo mal que está la economía en España cuando ponen como “el no va más” el regalo de una ceremonia nupcial. Hemos pasado del apartamento en Torrevieja, del célebre “Un, dos, tres”, al pago de una boda, que aunque sea de ensueño, no hay color. Y es que, en el fondo parece, que ni unos estudios de televisión podrían hacerse cargo de una hipoteca. Y eso sí que es un problema.

*FOTO: DE LA RED

viernes, 19 de abril de 2013

EL PODER DEL PERDÓN


No voy a ser muy original al decir que la vida es un camino que hay que pasar. El fallo quizás es que muchas veces solo caminamos por la vida, pensando en llegar a la siguiente curva, o recodo del camino, en el menor tiempo posible.
Sin embargo, cometemos un gran error, y es el de la filosofía en sí que tiene que mover a todo turista, y es el de disfrutar del viaje por el viaje mismo.
Estaba viendo ayer un programa, en "la cuatro", otro nuevo reallity, en el que un grupo de jóvenes, no muy atléticos ni preparados, iban a ser acribillados a diferentes pruebas, cada cual más impactante. Y durante la primera de ellas, en el fondo de un "cenote", cueva subterránea inundada de agua, en México, solo una persona, de los diez concursantes, fue capaz de fijarse en el paisaje y de explicar lo bonito que era el panorama que les rodeaba.
En realidad la vida misma, como un todo, no tenga sentido, sino analizamos cada uno de los momentos que la componen, y eligiendo para cada una de las etapas, pudiéramos decirlo así, a los mejores acompañantes posibles.
No hay que olvidar, y muchas veces lo hacemos, en enfatizar la importancia de la persona que te acompaña en cada momento de la vida, y que normalmente no sabemos de la duración de la misma hasta que termina.
En esos momentos, hay que ser muy hombre, o mujer, para pararse un momento, y mirar al compañero, que se va o que se queda atrás, y decirle que fue muy bonito mientras duró, y muchas veces, pedir perdón si la posible culpa fuera de uno mismo.
Además en España no existe mucha experiencia en lo de pedir disculpas, y el de atribuirse el título de “metedor de pata honoris causa”, porque eso nunca forma parte de una estrategia, sino que es algo que sobreviene, y mientras intentas esquivar el hecho de que el color rojo y grana se instale en tus mejillas, como si fueras un aprendiz de torero, por otro lado tu cerebro trabaja como nunca antes lo había hecho, en la búsqueda de una coartada para buscar el “tú no has sido aunque lo parezca”.
Más de una vez en ese camino de la vida, convendría pedir perdón al respetable, como si fueras un buen torero en una mala tarde, y decir eso de: -Qué arte he tenido para hacerlo todo tan mal, y sin quererlo ni haberlo preparado-. Y quizás en ese momento, con el derecho que te da, todo lo que suena a sincero y verdadero, veas en los ojos de la otra persona, que aunque no diga nada, ya te ha perdonado. 
Y es que el perdón es solo digno del hombre y de la mujer, ningún otro animal, y eso que muchas veces nosotros somos más animales que cualquier animal salvaje, puede ofrecer el poder del perdón, algo tan simple y profundo.

*CUADRO: "TRAS EL CAMINO" ("Oleo pintado por Patxipe)

jueves, 18 de abril de 2013

EN EL PAÍS DEL ESPERPENTO


¡Qué fría estaba la condenada! Es que vivir la vida según Don Miguel Arias Cañete, es como rodar una película de Indiana Jones pero sin presupuesto americano, y con la banda sonora a cargo de El Koala. Eso de ducharse con agua fría, y jugarse la vida con yogures a la ruleta rusa, osea sin fecha de caducidad, es saborear la vida en cada instante.
Este vecino está convencido de que en sus ratos libres el Señor Cañete ha grabado los discos de los pitufos, haciendo del Padre Abraham, cambiando, claro está, su acento madrileño por el de guiri.
Lo único positivo que veo a la figura del Señor Cañete, es que rima con “polvete” y a uno ese tipo de promesas, aunque no sean electorales, le sube la moral.
Como dijo Don Ramón María del Valle-Inclán, España es el país del esperpento. Tonadilleras que se desmayan en olor de sobacos de multitudes, ex-alcaldes escondidos detrás de un cinturón, que tienen más juicios que vidas los gatos, actrices que triunfaron en el Hollibúd, en los tiempos del Eastmancolor, rompiéndole el corazón al mismísimo Gary Cooper, y sin hablar inglés, ¡eso es arte!. Duquesas que entre sarao y sarao todavía tienen tiempo de escribir su segundo libro de memorias. Por cierto, como sigamos así, cualquier día se va a dar el extraño caso en España, que va a haber más gente que escribe libros, ¡ojo!, y los publica, que gente que los lea, porque va a ser materialmente  imposible hacer las dos cosas a la vez.
Con la cantidad de juicios que se están celebrando y los “futuribles”, dentro de muy pocos años, estaremos inundados de libros contando las aventuras carcelarias al modo del Papillón francés, de los famosos que están dentro, y si alguna que otra inculpada, todavía recurre la sentencia, se podía dar el caso, si pierde el recurso, de la grabación de algún disco en directo dentro de la propia cárcel, con títulos como “La bien pagá” o “Romance de la otra”.
Y si han tenido la suerte, por uno u otro motivo, de escapar de las guarras de la justicia, escribirán libros del tipo “Cómo pegar un pelotazo y que te admiren tus enemigos”, “Entre sobre y sobre, sobresueldo”, y uno de los más jugosos podía ser el titulado “Yo le escribía los textos a la Cospedal”, podría ser representado además como monólogo por Carmen Machí, haciendo de una ama de casa que en sus ratos libres le escribía los textos a la dirigente, no confundir con “inteligente”, del partido popular.
Como siempre se ha dicho en España “No hay mal que por bien no venga”, y males tenemos para dar y regalar.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 17 de abril de 2013

LA MADRE DE ELI


Prometo que este vecino del mundo ha desayunado lo mismo de siempre, sin embargo parece que me he despertado un poco filósofo esta mañana, y diré cosas como que la vida no es una ciencia, y menos exacta. Que dos personas, criadas de la misma manera te pueden salir completamente diferentes, y que tampoco podemos coger el rol de pequeños dioses e intentar que nuestros descendientes miren por nuestros ojos.
Todo lo anterior viene porque ayer me encontré con la madre de una amiga y me dijo que Eli, mi amiga, y su marido, mi amigo también, para evitar malentendidos, estaban intentando escribir la carta a la cigüeña, aunque ella ya le había avisado a su hija de todos los inconvenientes que iba a tener, y más en esta época de crisis en que una boca más se va a notar mucho, y especialmente en su educación. Eso sí, luego me dijo también, que una vez informada su hija de todo lo que ella opinaba, y como no le iba a hacer cambiar de idea, desde ese mismo momento le iba a ayudar en todo.
Evidentemente ella esperaba mi aprobación, pero como la vena de mi cuello tiene vida propia, y no obedece a instintos netamente racionales, en ese momento se hinchó y me vi abocado a decirle, que ella ya había tenido hijos y sin embargo le aconsejaba a su hija a que no lo hiciera.
Le pregunté luego, si ella cuando era joven hubiera obedecido a su madre en momentos así, y me dijo claramente que no.
Por mi parte le dije que nosotros básicamente somos animales, tristemente pero es así, y estamos aquí para perpetuar la especie, y que los de la prehistoria estaban peor que nosotros, y que si ellos no se hubieran decidido, nosotros no estaríamos aquí, fuera eso bueno o malo, porque visto todo lo que está pasando, y lo mal que nos comportamos muchas veces... Aparte de que como he comentado anteriormente, la vida no es una ciencia exacta, y ahora en plena crisis, se comienza a dar, al menos se dice que hay claros síntomas de ello, otro “baby boom”. Algunas de las mujeres implicadas, ya están diciendo que ahora que están en el paro, y sin apariencia de conseguir algo a corto plazo, es el momento de ello.
Resumiendo, la próxima vez que nos veamos, la madre de Eli y este vecino del mundo, si es que ella hace por verme, seguro que no me invita a comer, creo yo. Pero, si algo aprendí hace mucho tiempo, es que no debo de dejar nunca nada en el tintero, y eso se aplica también a la boca.

*DIBUJO: DE LA RED

martes, 16 de abril de 2013

TAN ERGUIDO COMO GIBRALTAR


Este domingo pasado hizo muy buen tiempo en Donosti, podía haber sido tranquilamente un día de Agosto, y aproveché, por aquello de que el sol con prudencia da alegría, para pasar dos horas en la playa de Gros.
A la vuelta, y todavía sintiendo los arrumacos de Lorenzo coincidí con un ex-compañero de trabajo y su mujer. Este vecino iba con pinta, más que de turista accidental, de turista después de un accidente, intentando recomponerse tras un duro trabajo, vigilando la orilla de un lado al otro.
Lo primero que me dijo, y para romper el hielo: -“¡Qué bien viven los millonarios!”-. A lo que le contesté:-Pues no lo sé, porque yo estoy en el paro-. Dándole al final de la frase un ligero retintín, que él acusó en el acto, mostrándose conciliador de inmediato.
Para aquellos que se hayan incorporado a este blog no hace mucho tiempo, les diré que esta ventana abierta al ciberespacio cumplirá tres años en agosto, el mismo tiempo que este vecino primero se vio incluido en un ERE, y luego al cabo de nueve meses, como en cualquier situación “embarazosa”, fue despedido. En total nos fuimos a la calle, treinta personas y sus respectivas familias. Eso sí, como al principio amenazaban con mandar a sesenta, el final fue un gran éxito para los sindicatos, y magnanimidad para la empresa. Más o menos como está haciendo el gobierno, primero te dice que va a privatizar los hospitales, y luego que solo unos cuantos. Lo que no sabemos en ambos casos, en la de la empresa en que este vecino trabajaba y en la del gobierno, cuales eran sus verdaderas intenciones, porque puedes decir de primeras mucho más, y al final consigues lo que querías, y encima le dejas a la otra parte la sensación de que ha conseguido algo.
Hace mucho tiempo decidí en una larga conversación conmigo mismo, que nunca iba a sentir odio por nadie, porque ese sentimiento sobretodo puede ser malo para el que lo siente. Y tampoco soy amigo de ir contando mis penas al primero que aparezca. Ésto, lo del blog es otra cosa, porque hay verdades maquilladas de mentiras, y al revés. Es como un juego de espejos, que al final no sabes lo que estás viendo.
Siempre he tenido claro, que tengo que ser mi mejor amigo, por eso me mantengo activo en todo momento, y estar lo más alejado posible de las esquinas, para no llorar en ellas.
Y mientras otros compañeros, que fueron despedidos a la vez, procuran no saludar a aquellos que tuvieron que ver algo con aquella situación, este vecino saluda a todo el mundo, porque en realidad soy un recordatorio con patas de una situación incomoda de la que no tengo nada de qué arrepentirme.¡Ojo! No les invitó a comer, pero tampoco lo hacía antes.
Hay que mantenerse erguido, como Gibraltar en el estrecho, para recordar que un día pasó algo, y en el escrache que nosotros hicimos por las casas de los jefes, nosotros sí estábamos, porque no teníamos de qué avergonzarnos, mientras que la otra parte implicada, en ninguno de los casos apareció. Y es que ahora para despedir a alguien no hace falta ser valiente, existe el bureau fax, o despido con mando a distancia.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 15 de abril de 2013

EL SÍNDROME DEL PREGONERO


A este vecino del mundo siempre le han gustado los chistes cortos, y hay uno, que aunque es muy viejo, le sigue haciendo gracia. Lo que ocurre es que para contarlo por escrito, es un poco complicado porque hay que darle la entonación que le daría un pregonero de pueblo, de esos que ya no creo que queden muchos. Sustituiré la cancioncilla por alguna que otra vocal demás, a modo de entonación. Es el siguiente, aunque me imagino que más de uno lo conocerá: -Mamá, ¿por qué papá mató al pregoneeeerooooooo?
Y es que cada día que pasa, este vecino viendo la actitud del todavía gobierno de España se acuerda del mismo chiste, aunque la situación en concreto no tenga ni pajolera gracia.
Este gobierno sufre del síndrome del pregonero, que creo que no existe, pero desde hoy, y todavía con la entonación del pregonero, queeeeda inauguraaaaadoo.
Cada vez que alguien habla alto contando las verdades del barquero, el gobierno ya está consultando las leyes por si puede empapelarlo por algo, y además con multa, por aquello de que hay que sacar dinero de cualquier sitio.
Entre lo que les dice la Merquel, y lo acatan con un “sí, bwana”, sin pestañear, con lo que se demuestra que aquel dicho antiguo de que “Africa empieza en los Pirineos” después de todo era verdad, y el tiempo que se pasan investigando para empapelar a la plebe, no tienen tiempo para pergeñar un campo de actuación anti-crisis, suponiendo que no sea la última, y se pueda salir de ella.
Ahora resulta que todo aquel que protesta con la plataforma antideshaucios es filoetarra. Como diría un amigo del pueblo: -Es como para mear y no echar ni gota.- Y ésto lo añado yo, a lo mejor aprovechan la citada orina, y la analizan para empapelarte por consumo de algo, aunque sea de mala leche que es lo que más ocurre últimamente.
Dicen que el paro está bajando. Claro, cada vez quedan menos por perder su trabajo.
Tiene pinta de que va a ocurrir lo mismo con las protestas, cuando empapelen por lo que sea a todo el que se mueva en la foto, dirán que el país está como una balsa de aceite.
Y es que, ya se sabe, “muerto el perro se acabó la rabia”, y por ahora rabia hay mucha, y cada vez, tristemente, habrá más.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 13 de abril de 2013

SPAIN IS DIFFERENT, O CASI


Spain is different”, ya lo decía el eslogan franquista, utilizado para promocionar esta piel de toro llena en un tiempo de playas y chiringuitos.
Mientras que lo normal es que la juventud, paradigma de ideas y utopías, ponga en un brete al gobierno de turno, aquí son los para mí mal llamados “yayoflautas” los que se parten la cara en nombre de sus nietos, con el recuerdo de la época posterior a la guerra civil, que pensaban que habían abandonado para siempre, pero que en realidad está más cerca que nunca.
Hasta el gobierno es diferente a los de los otros países.
Para que luego digan que este gobierno no tiene recursos. Que no puedes impedir el movimiento “escrache” pues los acotas a trescientos metros de todo, que eso puede ser, como diría el ya olvidado Álvaro de la Iglesia, “en la porra”, y además, vía sanciones les sacamos bastante pasta, que no nos vendrá mal para lo que sea, incluido un poco de confeti para algún que otro cumpleaños, si hiciera falta.
Y es que el español, no el idioma, sino el nativo de España, es una persona de recursos.
Será el único país, por ejemplo, en el que hay un programa del corazón en el que las noticias son los mismos tertulianos, con sus filias y sus fobias.
El periodismo de la llamada prensa rosa, salvo excepciones que no se si llamarlas “honrosas”, últimamente se ha transformado en arte total. Son una especie de escultores que con los materiales que en ese momento tienen modelan situaciones utópicas a las que luego dan rasgos hasta cierto punto reales.
Ayer mismo, en la cadena alegre, dieron unas imágenes, de Zeus, el hijo de Sara Montiel, tomadas al día siguiente del funeral de la actriz, en el que se le ve, con aparente tranquilidad, ir al gimnasio. Unas imágenes que analizadas fríamente, no es que no sugirieran nada, sino que llevaban al aburrimiento. Pues ahora viene el arte que citaba anteriormente. Los contertulios, convertidos en ese momento en una especie de comité psicológico llegaron a la conclusión de que su comportamiento en ese instante denotaba total indiferencia con el drama que acababa de vivir unas horas antes, y que según ellos ven la vida, su actitud distaba de lo que ellos estiman que es lo “normal”.
Me imagino que como todavía la Semana Santa está cercana, esperaban que se flagelara un día sí y el otro también. Y en ese momento, el citado comité, quizás hubiera estimado que eso era excesivo y que rondaba el mundo del paripé.
Y es que todos somos diferentes en un mundo diferente, que no por ello mejor.

*FOTO: DE LA RED

viernes, 12 de abril de 2013

HA PASADO UN ÁNGEL


Siempre se ha dicho que los ángeles no tienen sexo, sin embargo hoy este vecino del mundo se ha despertado con la noticia de que esa firma de lencería que tiene contratado en este negocio terrenal a un grupo de ángeles, queridos incluso por el más acérrimo de los ateos, ha decidido no renovar el contrato de la modelo australiana Miranda Kerr porque, y ésto es textual, “tiene mala reputación”.
En primer lugar, y mientras se me está cargando la vena del cuello, si este vecino fuera ella, o su marido, el actor Orlando Bloom, desde este mismo momento pondría a los abogados a trabajar para “empapelar” a la firma de lencería.
Lo primero que choca es que en esta sociedad actual en el que el concepto de moral en general está más bien relajado se le pueda tachar a una persona de tener mala reputación. A lo mejor se refieren a que en el mercado existen grandes cantidades de fotos y videos de ella ligerita de ropa, y que da la casualidad de que en muchos de ellos especialmente, porta alas de ángel.
Está claro que algún “lumbreras”, como se diría en mi pueblo, no ha querido dar explicaciones por el cese de la actividad de la señorita en cuestión, y ha optado por dejar el balón de la duda en el tejado de la modelo. Sin embargo, y aunque este caso se trata de altas esferas, es un claro ejemplo de indefensión ante una gran empresa, y a eso de que infama que algo queda.
A este vecino le gusta hacer bien su trabajo y ha indagado sobre el pasado de la citada modelo para ver a qué se puede referir el comunicado de la firma de lencería, y lo único que ha podido encontrar es una anécdota nada más para ella.
En febrero del 2010, se convirtió en noticia cuando un banquero con sede en Sídney, David Kiely, fue pillado viendo fotos "picantes" de la modelo en su ordenador mientras un compañero de trabajo estaba siendo entrevistado en directo en la televisión. A los pocos días, el clip de la entrevista, que había sido subido a internet, recibió más de 1,3 millones de visitas, y Kiely fue suspendido en su trabajo. Hasta aquí todo puede ser “normal”. Pero para más “inri” de la historia, y mediante una campaña por Internet se pidió la readmisión del citado señor en su puesto de trabajo, y la misma Miranda Kerr hizo unas declaraciones a su favor, y el bancario se mantuvo en su puesto.
Es una pena la noticia de hoy, porque, aunque ha pasado un ángel, en el fondo ésto es un ejemplo de lo farisáica que es la sociedad, y que si alguien tiene la culpa de algo, nunca lo será una empresa, sino solo una persona, y si es mujer, mejor para ellos, porque en teoría es más fácil de injuriar.
¡Ya me han estropeado el día!

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jueves, 11 de abril de 2013

EL HOMBRE QUE MATÓ A KENNEDY


Muchas veces algo tan sencillo como coger un autobús nos puede aclarar una serie de pautas del comportamiento humano, incluido el nuestro.
Por razones que no vienen al caso, mi vida transcurre muchos días montado en un autobús, aunque en trayectos de una hora más o menos.
Los autobuses que estoy obligado a tomar van siempre numerados, y es frecuente el caso de la gente que respeta el número del autobús pero no el asiento, y naturalmente, por azares de la vida, y como esa persona ya está sentada, gentilmente de primeras te ofrece el suyo, que además, y ni si quiera hace el paripé de buscarlo, se lo sabe de memoria. Ni que decir tiene que el suyo puede estar encima de una de las ruedas traseras.
Otro gesto muy frecuente de las personas al montarse en el autobús es colocarse de una en una en cada fila de dos asientos.
Si las personas van solas normalmente quieren una “parcelita” a estrenar. Por esa regla, solo iría la mitad del autobús con gente.
En un tiempo en el que estamos conectados a la red de redes día y noche, sin embargo somos lobos solitarios, y la palabra “lobo” está elegida expresamente, porque si se sientan al lado nuestro no diremos nada, pero nos sube la temperatura de la mala leche.
Mención a parte merecen esas personas que para asegurarse de que nadie se les va a poner al lado, y con un aire virginal, dejan en el asiento anexo de todo: abrigo, paraguas, cartera... Personalmente, si en una fila, de dos asientos a la izquierda y otros dos a la derecha, y en cada una de las partes hay solo una persona, elijo para sentarme el que tiene al lado dejadas sus reliquias, y la mayoría de las veces te miran con cara de no comprender.
Ese simple gesto equivale a unas cinco visitas al psicólogo, y te deja como un guante, pasando tu mala leche al propietario del tesoro desparramado y que se hacía el sueco.
Hoy, en ese mismo autobús, había una mujer leyendo el periódico, por cierto, cada vez se ve menos gente leyendo el periódico en sitios públicos a no ser que sean propiedad del local en el que te encuentras, quiero pensar que es por ahorrar gastos, y las dos personas de atrás alzando el cuello para mantenerse informadas también, lo cual corrobora mi anterior suposición de que es por ahorrar, y que el género humano es curioso por naturaleza. Por cierto, siempre me he preguntado si en el número de lectores que barajan los periódicos, tendrán en cuenta a los que te acompañan como guardaespaldas mientras tu lees en espacios públicos, y que hacen verdaderos esfuerzos por no decirte de que todavía no cambies de página, porque ellos no han terminado.
Mención aparte, y ya para terminar, merecen esas personas que se sientan a tu lado y por el mero hecho de que respondas a su “buenosdías”, se creen con el privilegio de contarte su vida, y además pasándose por el forro de sus caprichos la normativa vigente en cuanto al uso de decibelios. Pero, aunque parezca imposible, los hay peores: aquellos que nada más sentarse te empiezan a interpelar, y por un momento tienes la impresión de que estás delante de la policía haciéndote responsable del asesinato de John F. Kennedy, y para más regodeo te preguntan lo que significa “F”.

*DIBUJO: DE LA RED

miércoles, 10 de abril de 2013

EL PODER DEL SILENCIO


Vaya por delante, que la intención de este vecino del mundo en el tema de hoy, no es hacer leña del árbol caído, ni siquiera de mover sus raíces un poco, solo aprovechar aquello de que el Pisuerga pasa por Vallodolid.
Los periódicos digitales de hoy se hacen eco de una importante metedura de pata de Mariló Montero, presentadora del programa matinal de TVE1, concretamente durante la retransmisión en directo del cortejo fúnebre que acompañaba a los restos de Sara Montiel por las calles de Madrid. 
La citada presentadora preguntó a la joven reportera desplazada al lugar en cuestión: -¿Qué hay dentro del coche de Sara Montiel?-. La joven, se supone que con una mezcla de asombro y estupor, contestó con una obviedad, como no podía ser de otra manera: -Tiene los restos mortales de la actriz-. Y a partir de ésto, se ha dicho de todo, y nada bueno, sobre la presentadora en cuestión.
En honor a la verdad, y sin ánimo de echar un capote a nadie, pero intentando no faltar a mi opinión, este vecino del mundo quiere pensar que la pregunta de la presentadora era relativa a una foto colocada junto al féretro, y que era el único objeto que acompañaba al vehículo, por expreso deseo de la actriz.
El poder, y el arma de un periodista, es la palabra, bien sea escrita o hablada. Sin embargo, muchas personas, y en especial las nuevas generaciones, no se dan cuenta del poder del silencio, y hay momentos, como el de ayer, en el que las palabras sobran.
Este vecino, como espectador televisivo, está harto de ver momentos en que a gente conocida, evito el usar la palabra “famosa” expresamente, especialmente en momentos tristes, por el fallecimiento de algún allegado, y viendo claramente que no se encuentra en condiciones, ni es el momento, de contestar, se le pregunta el famoso: -¿Cómo estás?-
En ese momento siempre deseo que la persona entrevistada levante la cara y mirando directamente a los ojos del periodista de turno, le conteste: -¿Cómo te encontrarías tú?
En realidad, la mayoría de las veces, al periodista que pone la alcachofa no le interesa que respondas eso, sino lo que quiere en realidad es ponerte la citada alcachofa en el ojo, para molestar, y que tengas una mala contestación para crear una nueva noticia, y de un poco de nieve crear una gran bola.
Muchas veces convendría recordar que es el momento, la escena en sí, el que habla, y que una imagen puede valer más que mil palabras, o por lo menos, el silencio del respeto.

*FOTO: DE LA RED

martes, 9 de abril de 2013

LA TRASTIENDA DE UNA VIDA

Para todos aquellos que me siguen desde hace un tiempo, y que afortunadamente cada día son más, creo que el perfil que puedo dar, es el de una persona con la ironía afilada pero bastante sosegado en el comportamiento, que duda de todo, comenzando por sí mismo, y que no intenta imponer ninguna idea, sino mostrar las suyas, y oír las de los demás.
Llevo unas semanas que, con intención de promocionar mi blog, intervengo en varios medios digitales dando mi opinión sobre la actualidad, y dejando al final del comentario la dirección de mi blog.
Ayer en una de mis intervenciones me ocurrió algo lamentable. Uno de los lectores empezó, no una batalla dialéctica, sino una guerra basada en descalificaciones. En su primera intervención, y al decir que era poco menos que basura mi aportación, le contesté que mirara en el diccionario la palabra “ironía” y que a lo mejor aprendía algo. Eso ya fue el comienzo del fin, y para no darle más carnaza, decidí que a partir de ese momento, dijera lo que dijera el supuesto ofendido, no iba a intervenir más. La verdad es que a consecuencia de eso, más de treinta personas me han mostrado su apoyo.
Este vecino del mundo, cuando comenzó esta aventura, sabía que iba a haber gente que discrepara con mi opinión, y eso es bueno, siempre que se lleve con educación y guardando las formas. Sin embargo, lo de ayer fue un desmelene total, y la búsqueda del cuerpo a cuerpo, y uno ya solo está para ciertas relaciones sexuales más bien esporádicas.
Como no hay mal que por bien no venga, este suceso me ha alumbrado ciertas escenas de mi niñez y que las tenía en la oscuridad del olvido.
Cada cierto tiempo salen a la luz ejemplos de bullying, de acoso escolar, y muchos pensarán que eso es algo consecuencia de los tiempos que corren, sin embargo en mi niñez ya existía, y a ese comportamiento le llamábamos “matonear”.
Ni que decir tiene que el autor del matoneo no era el más inteligente, pero sí uno de los más grandes y fuertes. Este vecino, y algún otro compañero, lo tuvimos que soportar durante varios años. En realidad en nuestro caso más que afectar a nuestra mente, no era exactamente un maltrato psicológico sino epitelial, con más cardenales que en un cónclave del Vaticano, ahora que otra vez está de moda, afectaba a nuestros brazos. Siempre se sentaba en un pupitre estratégicamente colocado, y cuando se aburría, brindaba algún que otro puñetazo a nuestros brazos principalmente.
Este tipo de episodios se suelen resumir con esa célebre frase de que lo que no mata hace más fuerte, pero también te puede dejar una mella para toda la vida, o el comienzo de una caída en picado.
Recuerdo que para darme ánimos pensaba que al hacerme mayor todo iría cambiando. Por entonces ignoraba la existencia de Hacienda y su larga sombra.
De todas maneras, y como soy de la filosofía de que todo sirve para algo, lo de ayer me ha servido para hacer un poco de limpieza en la trastienda de mi vida, y de recordar que hay que dejar en el basurero ciertos recuerdos por haber más que caducado.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 8 de abril de 2013

CON OJOS DE CINÉFILO


Hay cepas y ceporros, machos y machitos, golfos y golfárrias, damas y damiselas. Todo depende de qué punto de vista utilices, o qué onda quieras sintonizar.
Ahora mediante los avances conseguidos, incluyendo internet, puedes crear una especie de mundo a medida, recibir el tipo de noticias que quieras, oír emisoras de todo el mundo con la clase de música que previamente has elegido.
A todo ésto hay que añadir el mundo de los podcast, programas previamente grabados, y que los puedes bajar para escucharlos cuando quieras.
¿Es bueno un mundo a medida, vivir en una especie de nirvana, o es mejor ser consciente todo el día de dónde estás?
Mediante las famosas “apps”, o programas para los teléfonos “inteligentes”, pueden ya conseguir prácticamente de todo, y ahora, por ejemplo, este vecino del mundo puede oír Capital Radio, desde el mismo Londres, la misma emisora que oía hace más de treinta años, durante mi estancia de estudiante. Entonces era una emisora muy divertida, ahora no, probablemente el que no es divertido soy yo.
Hay personas que pasan la vida haciendo sesudos estudios de dónde y cómo están. Haciendo detallados retratos del egoísmo del mundo que les rodea, y cómo luchar contra ello. Y sin embargo, la imagen que dan desde fuera no es la de ser la alegría de la huerta precisamente.
Aunque parezca de primeras que me voy a referir a una bebida americana, este vecino del mundo piensa que la chispa de la vida reside en la curiosidad, y aunque ésta mató al gato, que le quiten lo bailao.
La curiosidad es una especie de vehículo que nos lleva hacia adelante, nunca hacia atrás. Reside en el mañana, porque el hoy ya se sabe. Como diría uno de los personajes de Paco Martinez Soria, es la zanahoria que tira del burro.
Observando el mundo con los ojos de un cinéfilo empedernido, la vida es una trilogía, formada por el ayer, hoy y mañana, y no quiero que me cuenten el final, sino verlo en riguroso estreno.

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sábado, 6 de abril de 2013

FUTURO CIEGO


Hoy me he levantado de mal café, y eso que el que acabo de tomar, y aunque se denomine como “mezcla”, debía de ser de los mejores cafés del mercado, porque como a Nerón, en “Quo Vadis”, se me ha escapado una lagrimita para la posteridad.
Hay días en que la gente que te conoce sabe que es mejor no acercarse a la zona minada, en este caso a este vecino del mundo, porque no esta el horno para bollos. Últimamente, la sabiduría popular en forma de dichos, está glorificando una expresión que a mi personalmente me encanta, aunque no tenga nada de glamour, y Carmen Lomana no la vaya a decir nunca, sin embargo estoy seguro que la ha pensado más de una vez, e incluso le da morbo, pero eso depende de en qué esferas te muevas, también es inconfesable, y es la muy descriptiva “No tengo el chichi para farolillos”, y si uno no tiene el día para algo tan nuestro como una verbena, es que el panorama está a media asta.
El sentimiento que en general tiene el personal es como si desde nuestro respectivo hogar todos hubiéramos gozado de una preciosa vista a la playa, con el ronroneo del mar acariciando nuestros sueños, y un buen día abrimos la puerta de casa, y solo vemos un muro que nos impide ver nada; de un presunto futuro plácido y feliz, a un no futuro, o futuro ciego.
La sociedad en general está tan mosqueada, que más de uno al levantarse por la mañana y encontrarse en frente del espejo habrá dicho:- ¿Y tú, qué cojones estás mirando? Para esa expresión por cierto, el inglés, me refiero al idioma, no al hijo de la Gran Bretaña, está muy bien, pues utiliza el “fuck”, nuestro denostado “joder”, para casi todo. Nosotros somos más específicos, e incluso dependiendo de nuestro nivel cultural, podemos insultar más o menos, sin embargo, al británico prácticamente se le retrata por igual, y seas “sir” o “hooligan” (para nosotros “juligan”), el fuck es el pasaporte universal.
Hablando de “pasaporte”, y ya para terminar por hoy, pues me está subiendo la tensión, está tan mal el panorama que cualquier día nos sustituyen el pasaporte a la hora de salir de España, por la marca de un “tampón”, como a la salida de una discoteca, en la frente, para que al poco tiempo se te borre, y así luego no puedas volver. Y lo triste es, que a lo mejor nos hacen un favor.

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viernes, 5 de abril de 2013

CUESTIÓN DE PIEL


Odio las frases hechas cuando se utilizan higiénicamente para vadear un camino que puede ser espinoso, y la reina de todas ellas es “No es nada personal”.
Cuando alguien se acerca a ti y encabeza su discurso con “noesnadapersonal”, como diría mi tío Paco, -ya te puedes dar por follao, porque nada bueno se avecina-. Mi tío, exfilósofo de taberna, tuvo que dejar esa devoción, cuando se prohibió el fumar en todo tipo de negocio. Siempre ha dicho muy dignamente que para él hablar en los umbrales era de conspiradores.
En realidad en muchas de las situaciones que se están dando actualmente se podría oír una voz en off que diría todo el tiempo la frasecita de marras.
Este vecino del mundo cuando pensó en elegir una profesión, una de las cosas que le preocupaban era el tener que tomar decisiones que afectaran a personas.
Ahora en cambio está a la orden del día el recibir un bureau fax informándote de que, la empresa en la que llevabas unos treinta años, ya no cuenta con tus servicios, y no puedes protestar a nadie, porque por casualidades de la vida, mire usted por donde, ninguno de los jefes está esos días en la empresa.
Lo mismo ocurre con las decisiones de los bancos o del gobierno que afectan a muchas personas, y que no puedes encontrar a ningún interlocutor porque las órdenes vienen siempre de arriba.
Como antídoto de todo ésto, y porque la naturaleza es sabia, se creó el movimiento escracher, que este vecino del mundo cree que la expresión vendrá de la palabra inglesa “scratch”, que significa: rayar, rascar, rasgar, y sobre todo “rasguño”, lo que ya implica una cuestión de piel, y que se caracteriza, por describirlo de alguna manera, en protestas personalizadas. Se escoge un objetivo, una persona vinculada a una decisión importante que afecta a un colectivo, y van a su casa o lugar de trabajo, o gentilmente se le acompaña un trayecto, y se intenta un cara a cara para hacerle patente, por si todavía no se ha enterado, la indignación presente. Una especie de "cobrador del Frac" pero sin cobrar, y nunca mejor dicho.
Es uno de los movimientos más efectivos, aunque siempre se corre el riesgo de que alguien se salga de las normas establecidas y quiera llegar más allá con, en ese momento, el sujeto pasivo, y que en otros momentos se ha mostrado tan activo.
Como el poder y la justicia siempre se van de copas, los sufridores, o futuros sufridores de este movimiento dicen que no hay que implicar a sus familias, y que llegar hasta su casa significa eso, involucrarlos, y quieren ilegalizarlo.
Siempre me ha dicho mi tío Paco también, -A mi no me importa que me metan el dedo en el ojo, pero me jode no poder ver a mi familia porque no puedo abrirlo.-
Cuando se toman medidas que tienen que ver con el dinero, no se juega con un número de una lista, sino con una persona que tiene detrás una familia, y eso sí es terriblemente personal.

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