miércoles, 23 de enero de 2013

LA VIDA EN PLAYBACK


A medida en que este vecino ha ido cumpliendo años y experiencias se le han ido formando capas como las de las cebollas que hacen que su capacidad de sorpresa vaya menguando. Sin embargo, hoy la sorpresa ha sido tremenda al enterarse de que una de las partes más importantes de la ceremonia del juramento y toma de posesión en el segundo mandato de Barack Obama, como era el canto del himno por parte de Beyoncé haya sido en playback.
Que quede más que claro, nítido, que la culpa no debe recaer en la cantante sino en las “mentes pensantes” que momentos antes de la ceremonia han decidido que lo que la gente debía oír en realidad era el sonido tomado el día anterior durante el ensayo.
Da la casualidad de que este vecino había visto la citada parte de la ceremonia antes de enterarse del “truco” y le había parecido que la cantante norteamericana no había estado muy fina durante su actuación, pero no le ha dado más importancia al tema, al pensar que la presión, el frío y el ruido ambiente le han podido perjudicar durante su actuación, y que lo importante en realidad era el significado del momento.
Ahora tras la noticia, ya todo cambia, y se pueden dar muchas lecturas al tema, pero muy pocas, si las hay, buenas.
Entre las primeras reflexiones queda claro que el mensaje que se manda siempre está milimetrado y no queda nada al albur, por lo que se puede entrever que cuando se deja que la población se “cabree” al enterarse de una noticia por ejemplo, es porque conviene.
Hasta que punto la sociedad decide, o le hacen creer que decide.
Tratándose del uso del poder es difícil de creer que las decisiones que se toman sean hechas desde un presunto paternalismo gubernamental, y es más fácil buscar la verdad en el uso de todos los medios posibles a beneficio del poder por el poder. Se hace lo que se quiere hacer pero con un presunto paripé democrático.
En otro orden de cosas lo mismo ocurre en ciertas cadenas de televisión en las que estamos cansados de ver a gente normalmente no conocida hablando mal de otra, ésta sí más conocida. El problema es que al entrevistado cuando se le paga para que hable, ya se sabe lo que va a decir, y no solo se le deja sino que se premia por hacerlo, sea verdad o mentira lo que diga, que eso tristemente ya es lo de menos. Y los entrevistadores, gente de la casa, se pasan todo el programa dando palos al entrevistado, mientras se rasgan las vestiduras, un día sí y el otro también, porque normalmente como mínimo son conocidos de la persona sobre la que se habla. Los entrevistadores quedan bien y en realidad los otros dos elementos, el sujeto activo y el pasivo, han recibido más palos que una estera.
Nunca se decide nada porque en realidad lo único que importa es el dinero y la audiencia, sea en un programa televisivo o por lo ya visto en una ceremonia institucional, en la que hasta ahora parecía que se valoraba el sentimiento y la verdad que hay en él, pero incluso eso no interesa cuando hablamos de las altas instancias del poder.
Lo verdaderamente triste será si un día nos enteremos que incluso era playback no solo el himno, sino la voz del presidente y lo que decía, y que en cierta manera ya lo es cuando presuntamente no dice lo que quiere, sino lo que quieren otros.

*VIDEO: DE LA RED

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