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jueves, 7 de mayo de 2015

AITOR MAZO, AMIGO HONORIS CAUSA



Me acabo de enterar, y no daba crédito, de la muerte del actor Aitor Mazo.

No, no le conocía personalmente, pero Aitor era una de esas personas a las que siempre he considerado como amigo Honoris Causa.

Ser amigo honoris causa no es ser una eminencia en nada, sino ser una de esas personas que siendo conocidas a nivel público, sientes por él algo que trasciende a lo general y te ha llegado a lo más íntimo. Podrías decir, sin mentir, que es de tu familia. Y Aitor Mazo es uno, de los pocos, Honoris Causa, como me ocurría con Álex Angulo.  Y en menos de un año se nos han ido los dos. ¡Qué injusta es la vida, y la muerte!.


El Señor Aitor Mazo no ha sido de papeles protagonistas, sino que incluso con breves apariciones dejaba su impronta como lo hizo en “15 años y un día”, de Gracia Querejeta, en la que con su breve aparición como el vecino con perro, sugería mucho más de lo que tenía en el texto.
Que le conozcan como el cura de “Ocho apellidos vascos” quizás es un poco injusto, por su papel de aparente pequeñez, en comparación con la amplitud de la misma trayectoria de su carrera. Pero quien conozca el día a día de los vascos, su retrato de cura de derechas de toda la vida, es una composición redonda, una extraña mezcla de humor y cariño.

Este vecino se comenzó a fijar en él, y ya entonces llevaba años en el negocio de los cómicos, al ser uno de los presentadores de un programa de varias autonomías, llamado “Olé tus vídeos”, con vídeos mandados por los televidentes, y entre sus compañeros recuerdo que también estaba Ximo Rovira.

Si algo tiene Aitor Mazo, porque todavía su muerte se antoja como imposible, es algo clave en la figura de un actor: verdad, y humanidad. Lo mismo ha encarnado personajes buenos, como malos, pero una característica suya ha sido llenarlos de mucha coña. Dotado de un físico imponente, en cuanto a aparente envergadura, en cualquier momento pudo ser acusado de ladrón, porque escena en la que aparecía, escena que robaba con indiscutible facilidad.

También ha intervenido en otros éxitos cinematográficos del cine español como “Airbag”, y “La comunidad”. Como bilbaíno de nacimiento, el cine vasco tampoco le ha sido ajeno, siendo además por esas cosas que tiene el destino, su primera película (“Lauaxeta”) y la última “Lasa y Zabala” de su filmografía.

El bueno de Aitor Mazo siempre ha servido para dar empaque a un proyecto, ya que al leer su nombre en los créditos, te daba sensación de seguridad. Esa misma seguridad que hemos perdido hoy al enterarnos de su fallecimiento.

Este vecino del mundo no sabe si es verdad eso de que siempre se van los mejores, porque al final nos iremos todos, pero al menos, y desde un punto egoísta, el Señor Aitor Mazo ha sido muy importante. Lo dicho, un amigo Honoris Causa que hoy se ha doctorado en eternidad, una historia por la que ha fichado para siempre, o para nunca.


Descanse en paz Don Aitor Mazo. Siempre te recordaremos con mucho, mucho, cariño, el mismo que has depositado en cada uno de tus trabajos.


*FOTO: DE LA RED

lunes, 2 de febrero de 2015

ACTUALIZANDO A GILA


La vida actual en nuestra España me recuerda a una película de Ingmar Bergman. Gracias a Dios, a los hados, al destino, o a lo que sea, con mucha más gracia, por supuesto.
Lo de Ingmar Berman se refiere a los recuerdos de cuando este vecino del mundo fue a ver “Gritos y susurros”, hace más de cuarenta años, creo que fue mi primera incursión en el firmamento del director sueco. Y antes de ir a ver la película, leí todas las críticas, habidas y por haber, y me pertreché con una brújula para no perderme. 
Pues eso, que ahora cualquier cosa que pasa en España, te puedes, si quieres, asesorar con mil cantos de sirena, y al final es posible que tu barco de opinión se hunda, porque cada cual pinta la vida con el color que quiere. Y, generalmente, con grises, y “marrones”, especialmente los que nos atañen más de cerca.
De todas las maneras, el que no se toma sus pequeñas venganzas es porque no quiere. Esta mañana, sin ir más lejos, estaba dentro, como se dice ahora, de una entidad bancaria, y a la persona que me ha atendido no le he visto muy centrada. Por eso le he dicho, ante sus continuos chascarrillos y risas, a un punto de ser desaforadas, que lo bueno que tienen ellos en su trabajo, es que trabajan con red. En el mismo instante se ha notado perfectamente que ha entendido que, aquello, su postura, le iba a traer factura, y nunca mejor dicho, porque se ha puesto en modo “autodefensa”, y me ha preguntado el por qué de lo de la red.
-¡Hombre! Está muy claro, pase lo que pase en el negocio en que usted trabaja, siempre “pagamos” nosotros…
Me ha dado la impresión de que esa misma conversación ya la había tenido con anterioridad, y que él se habría defendido con eso de que “es un mandado, que el negocio no es suyo, y que cumple órdenes”. Y alguno de sus interlocutores ya le habría dicho, que lo mismo había ocurrido con lo de las preferentes, y que luego nadie sabía nada, y que órdenes eran órdenes; y mientras, sus jefes en lugar de plegar velas, las desplegaban en lugares paradisiácos, y todo pagado gracias a sus tarjetas “black”.
Por eso, ese empleado se ha callado, porque su defensa era una huida hacia adelante, y a mí me ha dado cargo de conciencia, amén de los otros cargos que había ido a pagar.  Porque ni ellos cambiarán, ni nosotros tampoco, y como a lo largo de la historia se nos ha echado todo tipo de culpa, ya nacemos, no con un pan debajo del brazo, sino con un saco de culpa heredada. A favor del empleado, el que ya tiene clarísimo a quién no va a conceder ninguna hipoteca.
Por todo eso, entre el universo de Bergman, y el de Miguel Gila, sin dudar me quedo con este último, es más nuestro. Su juego entre bromas y veras, forma parte de nuestra idiosincrasia, y su famosa frase: “Y si no sabe aguantar una broma que se marche del pueblo”. No es muy democrática, pero sí visceral, y con un punto de inocencia dicha por el auténtico Gila.
Poniendo al día el universo de Miguel Gila, la única variante que se podría dar ahora, para buscar a un culpable mediante indirectas, en su famosa frase “alguien ha matado a alguien” es “alguien ha robado a alguien”. Lo demás sigue igual, nadie se da por aludido.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 3 de enero de 2015

UNA VIDA DE PELÍCULA

Al final ya no sabes quién copió a quién, pero ésto del cambio de año, viene a ser como la serie de las películas de Rocky que vas cambiando de película, pero la historia se convierte en histeria, y pasas del Rocky 1 al 6 con una creciente sensación de déjà vu y menos dinero en el bolsillo.
Y en lo que va de año, y como diría mi madre “y lo que te rondaré morena”, las mismas caras y las mismas situaciones. En la tele por ejemplo, muchos programas se puede resumir como “alguien dilapida a alguien”, o bien los tertulianos a un político, o los colaboradores entre ellos, o a un conocido no muy famoso, porque si es muy, muy famoso, y tiene algo de poder, el peloteo va in crescendo. En la política: todos contra Podemos, y Podemos repartiendo casta a todos.
Me he pasado un buen rato,  y no lo encuentro, juro que no lo encuentro, buscando la cadena para tirar de la bomba de este retrete universal.
Por aquello de buscar la paz interior, para luego colaborar en lo poco que se pueda en “la paz de todos” (esto último me ha quedado un poco “vaticano”), me propuse como comienzo de año, lo único que me he propuesto, porque nunca he conseguido llevar una proposición adelante más de dos o tres semanas, iniciarme en el TAI CHI, pero en plan autodidacta, mediante algunos vÍdeos, y a horas muy tempranas, para evitar el espectáculo lamentable a los sufridores familiares. 
Y ahí estoy, una especie de Karate Kid pero en versión casados contra casados, intentando hacer el salto de la grulla en una pequeña barca, pero más mareado y perdido que el original, y sin barca.
No sé si eso será normal pero tengo agujetas hasta en las pestañas. ¡Es curioso! Me duelen músculos que no sabía ni que tenía. Pero, en fin, todo sea por la paz universal.
A mi alrededor, y tras los festejos de fin y comienzo de año, noto muy poca gente, o verdaderamente se pasaron entre comilonas y bebidas varias, o “la cosa” está verdaderamente mal y se mantienen en barbecho,  y tiesos, muy tiesos, hasta que se saquen las siguientes fotos con motivo de los Reyes Magos.
Personalmente, e inicialmente no iba a pedir nada, deseo un poco de la  “chispa de la vida” y no me refiero a la bebida americana, sino a ganas de vivir, porque desde un punto de vista de amante del cine, me está ocurriendo con la vida, lo mismo que me ocurrió cuando vi “Tesis”, la película de Amenabar, muy interesante, y con mucho suspense, pero llegó un momento en que me daba lo mismo quién fuera el asesino, solo quería que terminara ya.
La vida, como es natural, no deseo que se termine, pero sí me gustaría que se convirtiera en un musical para que todos bailáramos, con la rapidez de un Tommy Steele cualquiera, y cantáramos juntos, y no lo que es, una película bélica, en la que cada uno hace la guerra por su cuenta.
Por favor, que paren este tanque que me  bajo.

*FOTO: DE LA RED

viernes, 9 de mayo de 2014

MENSAJE ASÉPTICO Y CLARO

A estas alturas del año, y cuando todavía parece que fue ayer que nos estábamos quitando las últimas serpentinas navideñas del tejido epitelial, por aquello de la calvicie del vecino, resulta que ya estamos más cerca del verano que de comer castañas, y que junto al eterno olor a salitre al que siempre va ligado una ciudad besada por el mar, otro año más ya tenemos  el cartel para el próximo Festival de Cine.
Y como diría el chiste, el cartel del festival está, y cómo está. Un cartel sobrio él, austero él, que va a lo que va él, centrando el foco de atención en las palabras, y es que no hay otra cosa.
Al verlo me ha recordado a cuando te preguntan por una persona, que tú ya has conocido y que sabes que es no muy agraciada, pero que no quieres hacer daño, y dices eso de “muy simpática”. Pues eso, es muy aséptico, que va a lo que va, y que el mensaje nunca puede ser equívoco, porque no hay otra cosa. Si se buscaba eso, pues que se ha logrado, pero ahora viene eso de “para semejante camino no hacen falta alforjas”. Es decir que la obra ganadora es esa, y luego tanto los artistas como los que la han elegido, la podrán vestir con todo tipo de frases sugerentes como “Un cartel clásico para un festival ya consolidado”.También habrá aquellos que utilizarán el término tan socorrido ahora de "minimalismo", y yo siempre me acordaré de aquellos exámenes de pequeño, dejando la hoja medio en blanco. Resulta que era minimalista y ni mi padre ni yo lo sabíamos...
Pues eso, que he conocido a la novia, y es muy simpática, pero que yo me quedo con mi Santa, porque entre otras cosas no ronca, y ésta vaya usted a saber, que a lo mejor siendo un cartel, a lo peor destiñe. Eso sí, desde el punto de vista de lo que ahora se llama “merchandising”, van a quedar unas tazas y unas T-shirt muy apañadas.
Todos sabemos que entre una película entretenida y una obra de arte, hay una diferencia, que nadie sabe lo que es pero que está hay. Lo mismo ocurre con el cartel de este año, académicamente será  perfecto, pero no creo que decore ninguna de las dos habitaciones que tengo. Eso sí, me acordaré de él, que seguro, seguro, en el fondo es ese el mensaje.
Es que ya no me quedan ni serpentinas de fin de año que quitarme, y para ver el “marco incomparable” me temo que me tendré que acercar al sitio en el que se encuentra, porque en el cartel de este año no hay ni una referencia, y quizás sea mejor así, aquella persona que lo quiera ver, que se acerque a la ciudad. 
Por cierto, quizás el mismo cartel anunciador sea, al final, toda una metáfora sobre la crisis, vaya usted a saber.

*ILUSTRACIÓN: CARTEL GANADOR DE ESTE AÑO

lunes, 10 de junio de 2013

CON MUCHO RESPETO

Entre la brillante niebla se hace paso la figura de un alma entrada en años, pelo canoso y nariz aguileña, herencia sin duda de su origen vasco.
Le sale al encuentro el espíritu de una bella mujer: -Elías, desde que nos hemos enterado que venías, te estábamos esperando. En este lugar no se puede decir que uno se alegra de encontrar a otro, porque significa lo que significa..., pero ya que ha pasado, mejor encontrarnos aquí eternamente, que en la competencia...
-Hola, guapa – le dice el vasco en un tono de cariño de lo que un día fue. -Compruebo que sigues tan bella como siempre, y que incluso te ha sentado bien, si se puede decir así, tu viaje...En realidad me alegra que seas tú, una persona a la que siempre tendré tanto cariño, la que me dé la bienvenida...La verdad es que no era un buen momento, me imagino que nunca lo es, para dejar mi trabajo, dará la sensación de que la derecha me ha ganado, pero creo que los que me conocían sabrán que si El Pardo no pudo conmigo, los de ahora menos, aunque están dejando nuestra industria, y la cultura en general, como un solar.
-Recuerdas – le dice ella con su todavía acento malagueño – que “mamá un día cumplió cien años”, pues ya tiene ciento treinta y cuatro, y Rafaela te está esperando. Verás que la luz de aquí es espléndida para un rodaje, me recuerda a la luz de mi tierra, aunque echo de menos el olor a salitre...
-¿Sabes si el jefe de todo ésto pregunta el espíritu recién llegado, mientras mira a su alrededor observándolo todo – estaría de acuerdo con el rodaje de nuevas historias?, es que acabo de llegar y ya me están entrando ganas. Uno está acostumbrado a un tipo de vida y no se puede cambiar de un minuto a otro.
-Si con la cantidad de cineastas americanos que hay aquí, - le dice ella mientras sus preciosos ojos le sonríen- no han conseguido nada de nada, me temo que tú, más de lo mismo, aunque como nos conocemos ya tienes un motivo aquí por el que luchar. 
Mientras que ambas figuras comienzan a alejarse hacia la luz, él comenta: -Ya veo que todavía te acuerdas de mi manera de ser, y de que siempre me han dicho que tengo el culo inquieto. Por cierto, aquí de la Real no me podré enterar de nada, ahora que nos van bien las cosas...Es una de las penas que me rondan por haber tenido que irme, esa, y la comida, porque me imagino que aquí de la nueva cocina vasca...es lo que tiene tener que cambiar de aires...

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 8 de mayo de 2013

¿DULCE ESPERA?


El gran actor Pepe Isbert dijo una vez que a ellos, a los actores de cine, les pagaban por esperar. Hay que tener en cuenta que para rodar una película, en lo que menos se tarda normalmente, es en hacer la toma. Primero hay que colocar las cámaras, luces, micrófonos (si lo hacen con toma de voz directa), tomar las medidas a los actores por si hay primeros planos...
¿Os habéis parado a pensar la gran cantidad de tiempo que pasamos esperando? Si descontamos el tiempo que pasamos durmiendo y esperando, al final lo que hacemos es bien poca cosa. Porque no solo esperamos por nosotros, sino que lo hacemos también por los que están delante de nosotros, y los que están delante de ellos, y así sucesivamente.
Este vecino del mundo es un gran nervioso, y cualquier día de estos, conseguirá volver antes de ir, y la sala de espera de una caja de ahorros es un gran laboratorio de esperas. 
Si el citado establecimiento es de los de lujo, en realidad a lo que me refiero es que está adecuadamente preparado, tiene una máquina que te da un número para indicarte el orden en que te van a atender, porque entenderte en un banco o caja de ahorros es difícil, sobre todo si les vas a pedir algo. ¡Pues bien! Todo el mundo se sienta, y espera calladamente, y es en el momento en que encaras a la persona de la ventanilla cuando EMPIEZAS a buscar los documentos necesarios para la transacción. Y antes que tú, eso mismo lo hizo el anterior, y el anterior...
Eso, si todo va normalmente, y a la persona de la taquilla no la llaman por teléfono, y no comienza a hablar encriptadamente, señal inequívoca de que está hablando de todo menos de trabajo.
Si Dios consiguió crear todo lo que nos rodea en seis días, es que era un gran organizador, y ya había hecho con mucha antelación todos los pedidos, y además se dieron las circunstancias necesarias para que nada fallara, dejando al margen la cantidad de cerebro que dejó al protagonista del evento, es decir al ser humano, y que se le olvidó dejarnos el manual de instrucciones.
Ya para terminar, comentaré que establecimientos como IKEA y similares, en el que uno de los principales activos es la rapidez, el secreto en realidad es que tú mismo te atiendes, y coges lo que necesitas, y el gran arte del “inventor” de estos negocios es que el cliente paga aparte de por los materiales, por haberse atendido gentilmente así mismo. A eso en mi pueblo se le llama hacer un negocio redondo.

*FOTO: DE LA RED